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Los sesgos en la toma de decisiones de los dueños de pymes

El sesgo de precio representa otra trampa frecuente. Archivo | La Estrella de Panamá
  • 05/05/2025 00:00

Uno de los sesgos más comunes es el de afinidad personal. Tendemos a favorecer como socios a amigos de la infancia o compañeros universitarios

Durante un reciente taller sobre reclutamiento de personal productivo, surgió una reflexión importante sobre los sesgos que afectan nuestras decisiones empresariales. Como propietarios de pequeñas y medianas empresas, frecuentemente operamos bajo prejuicios inconscientes que pueden comprometer el éxito de nuestros negocios.

Uno de los sesgos más comunes es el de afinidad personal. Tendemos a favorecer como socios a amigos de la infancia o compañeros universitarios. Aunque muchos negocios exitosos han nacido de estas relaciones, es fundamental evaluar objetivamente los valores compartidos, la visión empresarial y el compromiso de cada socio potencial. El riesgo aparece cuando se pierde el enfoque o surgen cambios significativos que pueden afectar negativamente al negocio.

El sesgo de precio representa otra trampa frecuente. La creencia de que “más económico es mejor” puede resultar contraproducente. Esta mentalidad funciona como un arma de doble filo: lo que pagas generalmente determina el alcance de los resultados obtenidos, y optar por la alternativa más barata raramente proporciona los resultados deseados.

También somos vulnerables al sesgo de confirmación, donde aceptamos información que valida nuestras creencias preexistentes. Nos apoyamos excesivamente en experiencias personales —conversaciones previas, eventos asistidos— sin considerar factores adicionales relevantes.

El sesgo de ambigüedad nos hace aferrarnos a lo conocido, rechazando innovaciones o cambios por temor a lo desconocido. En contraste, el sesgo de optimismo, común entre emprendedores, nos lleva a visualizar escenarios excesivamente positivos, ignorando posibles riesgos.

Finalmente, el sesgo de costo hundido nos impulsa a continuar invirtiendo en proyectos solo porque ya hemos comprometido recursos significativos, aun cuando la evidencia sugiere que deberíamos abandonarlos.

Para superar estos sesgos y mejorar nuestra toma de decisiones:

1. Recopila información exhaustiva antes de tomar decisiones importantes. Busca datos objetivos y evalúa diferentes perspectivas para obtener un panorama completo.

2. Desarrolla autoconciencia para reconocer cuando estás atrapado en un sesgo. Pregúntate: “¿Qué consejo le daría a un amigo o familiar en esta misma situación?”

3. Consulta con personas de confianza que puedan ofrecer perspectivas imparciales. Estas conversaciones ayudan a clarificar el pensamiento y conducen a decisiones más equilibradas.

Identificar y gestionar nuestros sesgos no solo mejora nuestras decisiones empresariales, sino que fortalece nuestra capacidad de liderazgo y el potencial de crecimiento de nuestras organizaciones.

*La autora es especialista en pymes