Periodismo en época de transformaciones
- 17/11/2025 00:00
El pasado 13 de noviembre se celebró el día del Periodista en Panamá, una profesión que ha tenido sus altas y bajas a lo largo de la historia, con contribuciones puntuales y en algunas ocasiones heroicas, que han definido momentos cruciales de la vida nacional. Hoy, más que en cualquier otra época, por la naturaleza del oficio, el ejercicio de la profesión enfrenta retos significativos que, seguramente, redefine sus formas, objetivos y procesos en las siguientes décadas de este siglo XXI.
Hay varias definiciones sobre la labor del periodista, entre estas: “Un periodista transforma información compleja en historias claras y accesibles —ya sean reportajes, artículos o análisis— para ayudar al público a comprender qué está sucediendo y por qué es importante”. Una cosa es presentar una información desde varias perspectivas y otra, muy diferente, es manipularla para, evidentemente, engañar y servir propósitos desinformativos y aviesos. En nuestro medio hay periodistas que presentan responsablemente varias perspectivas de un evento para que el público pueda tener una visión más holística de lo presentado, conforme su marco de referencia.
Como referencia para la transformación del oficio la lectura del libro de Yuval Harari, Nexus: Una breve historia de las redes de información desde la Edad de Piedra hasta la IA”, es una buena referencies. Explora cómo la inteligencia artificial, la biotecnología y los datos están transformando el futuro de la humanidad. “Examina la fusión entre humanos y tecnología, los desafíos éticos, los cambios de poder y la posible redefinición de la conciencia, la libertad y la inteligencia en la era moderna”. ¿Leyeron bien?: “la redefinición de la conciencia”.
En medio de los retos que nuestros países y las comunidades vulnerables del supuesto primer mundo están experimentando para poder acceder a mejores condiciones de desarrollo, el periodismo tiene la obligación de mirarse en el espejo con el objetivo de superar los escollos estratégicos y de formación que lo mantiene en una lucha tenaz con la desinformación que la tecnología ha facilitado en las últimas dos décadas. Es necesario objetivos claros para formar una nueva conciencia crítica en la población. Debe aprovechar esa “fusión entre tecnología y humanos” y reestructurar sus redes y ecosistemas de información a fin de que su oficio sea más efectivo en la entrega.
Harari explora lo que él llama las “Fases históricas de la información: oral, escrita, impresa, digital e Inteligencia Artificial, -IA- “. Las tres primeras, aún muy presentes al inicio del presente siglo. Con ellos, una serie de características mantenía el engranaje social y la tarea era vencer esa vieja “conciencia” existencial de los grupos humanos y balancear la información para presentarles un mundo más claro con sus males y bondades, para ayudarlos a tomar mejores decisiones sobre sus vidas. “Los seres humanos cooperamos no solo porque compartimos hechos, sino también porque compartimos historias —religiones, dinero, naciones— muchas de las cuales no son literalmente ciertas. Estas ficciones compartidas crean un orden a gran escala”.
Todas las fases han experimentado retos de tratamiento y difusión de la información. Según Harari “A diferencia de las tecnologías anteriores (imprenta, internet), que ampliaron la capacidad humana, la IA se presenta como un agente capaz de tomar decisiones, aprender y actuar, lo que plantea interrogantes sobre el control, la capacidad de acción y la autonomía humana”.
En el caso que nos ocupa, el periodismo, la fase digital y ahora que transitamos por la época de la IA, están redefiniendo todos los sistemas y de muchas maneras reorganizando ese “orden a gran escala”, reinventando un mundo de sistemas en donde posiblemente tendremos que vivir con la duda constante de lo que es o no es verdad.
Los retos del periodismo moderno se han convertido más que nada en amenazas a la presentación y veracidad de la información. Un reto que va de la mano con el proceso educativo que igualmente requiere de enormes transformaciones. En Nexus, Harrari teoriza y “... advierte sobre un nuevo tipo de división global, no puramente ideológica ni geográfica, sino digital y algorítmica: imperios tecnológicos rivales, entornos de información incompatibles y realidades aisladas”. A menor escala, si no ayudamos a las capas sociales menos educadas a identificar las informaciones dudosas o simplemente falsas, todas las brechas que nos dividen como sociedad continuarán ampliandoce.
Los periodistas que no caen en el juego del espectáculo noticioso, la insensata búsqueda de “likes” para alimentar su ego o, el interés de ocupar un lugar en los espacios de la farándula debe entender que ya hay que emprender la tarea de reinventarse en este nuevo sistema digital que aún está desarrollándose y que sin duda alguna transformará para siempre las formas en que podrán llevar a cabo tan necesaria e importante labor.