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¿Por qué la ira y ataque persistente demócrata hacia Donald Trump? (1)

En la imagen el presidente estadounidense, Donald Trump. Shutterstock
  • 17/06/2025 00:00

El mundo entero ha visto cómo el Partido Demócrata estadounidense ha pasado más de diez años intentando destruir a Donald Trump mediante una bien orquestada campaña de diversas instituciones privadas y gubernamentales y unos medios de comunicación que distorsionan y suprimen los hechos cuando entran en conflicto con su agenda anti-Trump. Es necesario que la gente comprenda la mentalidad marxista, progresista y liberal a la que se enfrenta, que prácticamente destruyó a Europa y ahora está proliferando en la sociedad, las universidades y las escuelas estadounidenses, lavando el cerebro a la gente.

Cuando en el 2015 Trump anunció que se lanzaría para la presidencia de Estados Unidos, los demócratas se alegraron, incluso lo asistieron con donantes para que ganara las primarias del Partido Republicano, porque pensaron que él sería más fácil para su candidata Hillary Clinton vencer. Luego de la sorpresiva victoria presidencial de Trump en 2016, comenzó la arremetida descomunal, el odio y la ira demócrata hacia él. El resto es historia conocida.

Tras las tres últimas elecciones presidenciales estadounidenses, los demócratas, como partido político, comprendieron que perdieron la confianza de los electores, quienes ya no votaban por ellos como antes; además, les resulta más difícil hacer trampa, por lo que decidieron que necesitaban un nuevo tipo de electores para poder volver a controlar ese poder anhelado y obligar a esa nación a seguir su ideología progresista, liberal, marxista y homosexual, y concluyeron que es necesario reemplazar votantes estadounidenses por inmigrantes ilegales y proveer a esa nueva base electoral beneficios especiales, como alojamiento gratuito en hoteles, en casas, comida, dinero, ropa, etc., y hacer todo a su alcance para defender, proteger e impedir la deportación incluso de ilegales criminales, violadores y terroristas, en un esfuerzo por comprar su lealtad, independientemente del daño causado a esa sociedad.

Luego, permitieron que más de 20 millones de inmigrantes ilegales, incluidos asesinos, violadores, terroristas, etc., ingresaran a EE.UU. a través de las fronteras, y otros trasladados directamente por avión y repartidos en diversos Estados, no porque sea bueno para EE.UU., sino, porque es bueno para los demócratas para mantener el poder, afirmando luego que no podían controlar la frontera.

Pero el momento que Donald Trump asumió como presidente, la tasa de ilegales que cruzaban libremente y sin verificación la frontera estadounidense se desplomó drásticamente a casi cero, lo que pone de manifiesto la cínica conspiración demócrata.

Mientras ostentaban el poder, los demócratas gastaron miles de millones de dólares para destruir a un solo hombre. Han abierto deliberadamente las fronteras de ese país y permitieron la entrada de decenas de millones de inmigrantes ilegales con el único objetivo de contrarrestar a un solo hombre en las urnas.

En lugar de reconocer su temor al éxito de Trump, prefirieron inventar que es un violador, racista, misógino, sexista, mentiroso empedernido, etc. Están molestos y avergonzados porque cada éxito de la administración Trump pone de relieve su fracaso. Cada éxito fronterizo demuestra que mintieron al público sobre la frontera y sobre la verificación adecuada de millones de peligrosos delincuentes ilegales que liberaron en ese país, creando una amenaza existencial para la seguridad nacional. Cada éxito logrado por Trump para bajar la inflación, los altos costos de los productos, la gasolina, etc., expone su incompetencia e ineptitud, y están furiosos.

Están presionando ahora por el derrumbe definitivo de la cultura estadounidense, su sistema educativo y electoral para imponer un control unipartidista. Estamos frente a agentes del caos, gente corrupta, perversa y anti Dios, con una agenda depravada. Están creando una cultura basada en la locura, la mentira, la manipulación y la violencia. ¿Es eso lo que quieren los ciudadanos estadounidenses? ¿Cuántas señales más necesitan enviar los demócratas sobre sus intenciones perversas para que la gente despierte? Todo esto también demuestra por qué los demócratas parecen despreocupados de su imagen pública, de lo que piensa la gente de ellos. Trump está luchando prácticamente solo contra esa mentalidad depravada lo mejor que puede.

La clave detrás de la repartición demócrata de millones de ilegales en varios estados, ciudades y condados de EE. UU. es que su mera presencia allí se contabiliza en el censo estatal y distrital para la distribución de escaños en la Cámara de Representantes. Mientras más personas logran ingresar a esos distritos que controlan, más podrán inclinar la balanza a su favor en los distritos congresionales. Esa es la misión demócrata: reemplazar a votantes estadounidenses con inmigrantes ilegales; demuestra además por qué son tan defensivos y despiadados para evitar la deportación de ilegales.

Las estadísticas muestran que en EE.UU. hay actualmente unos 100 millones de inmigrantes ilegales esparcidos por todo el país, y los demócratas cuentan con entre 20 y 30 escaños adicionales en la Cámara de Representantes que no tendrían sin la presencia de esos ilegales que inundan sus distritos congresionales. También explica por qué muchas ciudades controladas por demócratas alegan ser ciudades santuarios para ilegales para impedir que sean detenidos y deportados.

Recientemente, el proyecto de presupuesto del presidente Trump fue votado en la Cámara de Representantes y aprobado por solo un voto, siguiendo la línea partidista. Los demócratas estuvieron cerca de impedir su aprobación, lo que subraya la conspiración y siniestra trama de usar inmigrantes ilegales para obtener más escaños en la Cámara de Representantes y así poder obstruir la agenda y proyectos del presidente Trump.

*El autor es planificador jubilado