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Presidentes posinvasión: un saber colonizado desde EE.UU.

Ilustración de los presidentes panameños entre 1989-2023. Jam Piere Barría | La Estrella de Panamá
  • 13/05/2025 01:00

Desde hoy, el presidente de Brasil se ha encontrado en Beijing con sus homólogos de Colombia, Gustavo Petro, y Chile, Gabriel Boric, quienes junto a otros estarán participando en el foro de ministros de Exteriores de China y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac). Comunidad de la que son miembros 33 Estados de nuestro continente, entre estos Panamá.

La cuestión es que, mientras este organismo avanza en llegar a acuerdos de financiamiento del desarrollo económico en bloque, nuestro país se ha alineado con el bando que busca lo contrario de esta entidad, esto es, con el actual grupo de poder que gobierna en EE.UU. Ergo, Panamá se quedará fuera de las distintas oportunidades de enrumbar nuestra economía y sociedad hacia el desarrollo nacional capitalista autónomo, por estar imbricado con los intereses de dicho grupo de poder proteccionista, liderado por Trump.

Es esto lo que ha llevado a identificar al actual grupo gobernante de Panamá, como vendedor de nuestra soberanía al trumpismo. Su identidad de intereses hace que reconozcamos tal articulación de dominación-sometimiento entre colectivos gobernantes bajo la denominación de trumpulino.

Sin embargo, es menester llamar la atención sobre la carga de entregas de nuestra soberanía desde 1990. En primer lugar, no solamente se trata de la soberanía territorial, sino también la sanitaria, en cuanto sometida a las normas del complejo industrial médico-financiero, que someten al país con los productos farmacéuticos y de insumos sanitarios y el control tecnológico de nuestro sistema de servicios médicos. Igual podemos referirnos a la soberanía alimentaria y, en su momento, la extractivista minera que opera a través de verdaderos enclaves económicos por encima de nuestra soberanía.

En segundo término, me refiero a que las cesiones de nuestra soberanía al poder norteamericano no es rasgo exclusivo del trumpulinismo. Los bloques sociales de poder que se han sucedido la presidencia estadounidense desde la invasión de su ejército a nuestro territorio en 1989 y su respectiva ocupación en 1990, han encontrado terreno fértil en todos, toditos, los gobernantes desde esa fecha para ir configurando de manera ascendente el posicionamiento del ejército estadounidense en nuestro territorio, unas veces, so pretexto de control de narcotráfico, otras de control de inmigraciones, y la novedad, para la defensa del Canal de Panamá ante la indemostrada amenaza comunista china.

Pues bien, ese terreno fértil lo encontramos en virtud de que todos estos gobernantes forman parte del mismo bloque social de poder criollo, al grupo de los rentistas transitistas y, recientemente, dentro de estos, se han subdividido entre los extractivistas (promineros) y los rentistas no extractivistas.

Por lo visto, todos han sido colonizados en cuanto al saber anglocentrista. Tienden a cursar rutas de formación académica e ideológica proimperiales en el propio EE.UU. Tales son, las que tienen que ver con formación (militar o no) en academias preuniversitarias de corte militar en EE.UU., como fue el caso de los presidentes Guillermo Endara (Black-Foxe Military Institute), Martín Torrijos (Academia militar de Wisconsin), Ricardo Martinelli (la academia militar de Stountan en Virginia, de esencia racista) y Laurentino Cortizo (Academia militar de Valley Forge, Pennsylvania).

Pero, aparte de estos tipos de estudios, todos/as los/as han sido presidentes de Panamá, después de la invasión gringa de 1989, habían hecho sus estudios universitarios en EE.UU.: Endara en universidades de Tulane y Nueva York. Este presidente fue el único en estudiar su licenciatura en la Universidad de Panamá. Pérez Balladares, en la Universidad privada de Notre Dame y en la de Pennsylvania. Mireya Elisa Moscoso no fue instruida a nivel superior, pero llegó a sacar un diploma de Diseño de interiores en el Miami Dade Community College. Su mayor diploma fue la vinculación en esa ciudad con lo más granado de la ultraderecha hispana estadounidense. Martín Torrijos, en la Universidad de Texas; Martinelli, en la Universidad de Arkansas; Varela en la Universidad de Georgia; Cortizo en la de Austin en Texas y José Raúl Mulino en la de Tulane, como Endara. Cabe decir que el presidente Mulino es egresado de la facultad de Derecho de la Universidad Católica de Panamá (USMA), que para la época (1982) fungía como formadora de políticos de la ultraderecha panameña.

El amor por el “amo imperial” no es únicamente por ser parte del bloque rentista, este ha sido colonizado en sus propias entrañas escolares. Con lo cual se confirma una vez más que el control de las mentes viabiliza con más facilidad las imposiciones del colono, sin necesidad de aparecer como impositivo, aunque en el trumpulinismo no hay preocupación por guardar mucho las apariencias, lo que se observa en el quebrantamiento del Estado de derecho actual y los operativos de abierta represión.

Por esto, no se percatan de que hay una contradicción entre los intereses del pueblo panameño y los del colono imperial; su saber está colonizado desde las propias entrañas del monstruo, como diría José Martí.

*El autor es sociólogo, investigador y docente