Salario mínimo: 0.31 centavos al día no alcanzan para una taza de café
- 12/12/2025 00:00
Asaltaron las organizaciones sindicales, se tomaron Conato, para luego en forma tardía convocar a la Comisión Nacional de Salario Mínimo. Representantes ilegítimos de conato desde el primer momento se ponen a disposición del Gobierno, avalaron la no consulta nacional, que el referente para fijar el salario mínimo fuera solo la canasta de alimentos y no la canasta ampliada familiar (alimentos sanos, agua, transporte, vivienda, salud, educación, vestido, comunicación, recreación entre otros gastos necesarios).
El día 3 de diciembre, sin argumentos y contradiciendo el propio reglamento de la Comisión que ellos aprobaron, la ministra de Trabajo impide la presentación de la propuesta de Conusi, donde demostrábamos cuanto le cuesta a una familia de 4 miembros cubrir la canasta de necesidades básicas (alimentación saludable y otros gastos), demostrábamos cómo a mayor riqueza producida por los obreros la ponderación a salario disminuye y la ganancia empresarial aumenta, cómo los salarios reales han perdido poder de compra ante los aumentos permanentes de los precios.
La representación ilegítima de Conato no tenía propuesta, la ministra de Trabajo acude a dilatar el proceso hasta cerrar la reunión de ese día. Ante la denuncia de Conusi sobre lo sucedido, la ministra sin reconocer su arbitrariedad, en la reunión del 9 de diciembre dejó que Conusi presentará su propuesta de salario mínimo justo y digno para los trabajadores. Carentes de argumentos para la discusión de la única propuesta real, ya que el sector empresarial -como siempre- no presenta propuesta (para ellos la lógica es no aumento), la ministra establece una mesa paralela excluyendo la representación de Conusi, allí fraguaron lo que ha dado en llamar “consenso histórico”.
No se puede llamar consenso a un pacto fuera de la mesa, del cuarto adjunto, donde el sector obrero no estuvo representado, pues Conato desde el primer momento declaró que su objetivo era presentar una propuesta que aceptara el sector empresarial. No se puede llamar consenso a un accionar de burla, irrespeto y traición a los trabajadores. Lo histórico es que este es el ajuste más bajo de la historia, un ajuste peor al del periodo de pandemia. Un ajuste de 1.6 %, de 0.31 centavos al día que no alcanza siquiera para una taza de café. Que desproporción con el aumento a los magistrados de la CSJ y del TE ($14,000 al mes). Ajuste que no cubre el incremento de los precios del 2024 y 2025, que no contempla los aumentos de precios del 2026 y 2027, ya que los empresarios correrán a aumentar los precios pues no se establecen medidas complementarias como la disminución y control de precios. Que mantiene 2 regiones, un sumario de actividades económicas, clasificación de empresas por tamaño, y que no mira la inequidad que persiste en materia salarial hacia las mujeres ¿Es esto lo que celebra Conato? ¿A quién sirvieron? Al gobierno de empresarios y de nadie más. No se podía esperar nada de los voceros del Conato, instalados ilegítimamente.
A los oídos de los micro y pequeños empresarios, lo pactado en términos ponderados favorece al gran empresario. Sigue la asimetría que los desfavorece. Ya los empresarios han reconocido que es el “mejor momento para empezar proyectos”, claro con salarios precarios. La patronal no es capaz siquiera de hacer válida su cacareado argumento “los salarios deben aumentar en función de la productividad”, la productividad de los trabajadores ha aumentado pero los salarios no. Hasta dónde este país podrá aguantar tanta inequidad y desigualdad, una de las mayores de América Latina.
Más crecimiento económico y mayor productividad de los trabajadores no han significado más empleo, menor informalidad y mayor salario. La lucha sigue siendo contra la inequidad y desigualdad, por salarios justos para la vida digna, por la recuperación del poder adquisitivo de los salarios para la reactivación económica, por una verdadera política pública que fomente los sectores productivos y la micro y pequeña empresa.