Sobre el 2026
- 29/12/2026 00:00
El 1 de diciembre en mi columna titulada: Una visión adelantada sobre el 2026, presenté parte de la visión de la revista The Economist en su edición titulada: The world ahead 2026. Esa publicación resume lo que ellos, con datos sugieren, es lo que globalmente podemos esperar para el año que inicia este próximo jueves. Señalé que: “Más que leer, es una edición para estudiar cuidadosamente y para los que nos preocupa o llama más la atención una disciplina en particular más que otra, propone una visión interesante, reflexiva y discutible sobre cómo enfocar nuestras inquietudes dentro de lo planteado”.
En la sección sobre cultura, la editora Alexandra Switch Bass, cubre varios temas que no necesariamente tienen que ver con los aportes culturales de las distintas comunidades y etnias alrededor del mundo; o sobre los espacios que luchan por mantener y que a lo largo de los últimos años han visto amenazados de diferentes maneras con el fin de disminuir o eliminarlos, incluso por medio de la violencia y la guerra. Alexandra Bass inicia con un aspecto que tiene que ver con el consumo de alcohol alrededor del mundo particularmente en la industria del vino. Señala que: “En 2026, el mundo se dará cuenta de que la humanidad ha alcanzado su punto máximo de consumo de vino. El volumen de vino vendido en los principales mercados en 2024 fue aproximadamente un 9 % inferior al de su máximo en 2014, según IWSR - International Wine & Spirits Record-, una empresa de datos sobre el consumo de alcohol. Tanto el volumen como el valor global del vino vendido disminuirán en 2026. Las ventas de vino siempre han disminuido en épocas de vacas flacas, como durante la crisis financiera mundial de 2007-2009. Pero hoy, por primera vez en la historia moderna, el vino está experimentando un declive secular que no tiene nada que ver con las condiciones financieras generales. La gente simplemente está bebiendo menos”.
El ejemplo del consumo de vino a nivel mundial es parte de una conducta generalizada acerca de la disminución del consumo de licor. Los datos en Panamá confirman este cambio cultural.
Rachell Lloyd, editora adjunta de cultura, presenta información sobre un nuevo museo que abrirá en los Ángeles, California impulsado por George Lucas el creador de Star Wars, y su esposa, Mellody Hobson. La inauguración está prevista para el 22 de septiembre de 2026 tras múltiples retrasos.
“A diferencia de un museo dedicado exclusivamente a Star Wars, su misión es más amplia: celebrará el arte narrativo: la narración visual a través de los siglos y los medios, desde el cómic y las ilustraciones hasta la fotografía, la pintura, los murales y las obras cinematográficas”, según presentaron medios internacionales. Además de lo presentado, la serie de películas de Star Wars se ha convertido en parte de la cultura universal durante la última parte del siglo XX y el inicio del siglo XXI.
Por último, para este artículo, no puedo dejar de mencionar las dificultades y posibilidades del continente africano.
John McDermott, corresponsal jefe en África de The Economist, escribe: “No podemos llenar el vacío”, en referencia a las graves dificultades que enfrenta parte del continente para este 2026. “Seramila Teddy, gobernador de Sava, una región al noreste de Madagascar, uno de los países más pobres del mundo, afirma que desde que el presidente Donald Trump desmanteló la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), hasta la fecha el mayor vehículo estadounidense para la entrega de ayuda exterior ha habido un impacto realmente enorme”.
McDermott nos dice en su escrito que: “la definición de esta nueva era quedará en manos de los propios africanos. En teoría, los recortes de la ayuda y el desmantelamiento de la “industria” del desarrollo en general, con sus miles de tecnócratas bienintencionados, pero a menudo ingenuos, deberían obligar a los responsables políticos africanos a asumir una mayor responsabilidad. Durante demasiado tiempo han dependido de terceros para establecer sus prioridades. El fin de la vieja era debería crear el espacio para que las élites africanas piensen con mayor ambición en la modernización de sus países según sus propios términos”.
Es muy poco espacio para un resumen que muestra el valor de esta publicación de The Economist. Pero en esencia, no somos una isla en donde los vaivenes globales no tienen efecto. Por eso es importante leer o estudiar la opinión de expertos y mantenernos al tanto de lo que puede o no venir para nuestros países que luchan por encausar su desarrollo.