Sobre elecciones, pactos y ética
- 22/01/2024 00:00
El pasado lunes, 15 de enero de 2024, se firmó el Pacto Ético Electoral que regirá las elecciones generales que se llevarán a cabo el próximo 5 de mayo de 2024. En su presentación, el magistrado presidente del Tribunal Electoral de Panamá, Alfredo Juncá, llamó a que reine un clima de tolerancia y respeto en la campaña electoral, así como al manejo responsable de la información sin caer en la campaña sucia.
Entre otras cosas, el Pacto señala que: “Los candidatos y partidos políticos se comprometen a una campaña política basada en principios y valores como la paz, igualdad, tolerancia, respeto a la dignidad de la persona, a la vida privada y familiar de los candidatos a puestos de elección. Además, a contribuir con la transparencia del proceso electoral conforme con la voluntad democrática del pueblo panameño, a rechazar todo tipo de violencia política, campañas sucias y desinformación que atente contra el libre y responsable ejercicio de los derechos y deberes políticos...”.
También señala, entre otros asuntos, que: “Los medios de comunicación social asumen el compromiso de crear un clima electoral ético, confiable, seguro y transparente, en el que impere el más estricto respeto a la dignidad de las personas, a cubrir el proceso electoral de forma imparcial y evitar la publicación de noticias falsas. Deben aplicar estándares profesionales en la verificación de la información antes de su publicación, para evitar la lesión del derecho al honor de las personas”.
¿Por qué se engañan? La intención es loable, pero la realidad concreta, todos sabemos que será otra. Ya esto se ha tratado de hacer anteriormente, es una perdida de tiempo y otra manera de tratar de jugar el mismo juego, bajo las mismas condiciones, esperando un resultado distinto.
Dos candidatos presidenciales no asistieron, prefirieron enviar al acto de firma a sus candidatos a la vicepresidencia. La profesora y candidata Maribel Gordón no asistió ni envió a su representante. No he visto declaraciones de ella o de su campaña electoral sobre su inasistencia, pero quiero asumir que no tiene estómago para participar de un espectáculo que, como igualmente manifestó la candidata Zulay Rodríguez “... va a ser letra muerta”.
En la sección de Medios, Entretenimiento y Deportes dirigido por Minos Bantourakis en el portal del Foro Económico Mundial, aparece un escrito titulado: ¿How can we build trustworthy media ecosystems in the age of AI and declining trust? (¿Cómo Podemos construir ecosistemas confiables de medios en la era de la inteligencia artificial y un declive en la confianza?). El escrito se sostiene sobre la posibilidad de que más de 2.000 millones de personas alrededor del mundo participarán de procesos electorales en sus países durante este año 2024. “En lo que será un año sin precedentes para las elecciones, aumentan las preocupaciones sobre la velocidad y la escala sin precedentes a las que la inteligencia artificial (IA) generativa podría amplificar la desinformación y la desinformación”. El artículo cita unas declaraciones que le dio a The Guardian en julio de 2023, Ben Winters, abogado principal del Centro de Información sobre Privacidad Electrónica, en donde manifestó que: “Los grados de confianza disminuirán, el trabajo de los periodistas y otras personas que intentan difundir información real será más difícil...”.
Hay que regresar a lo básico de nuestras creencias más íntimas; las del imaginario colectivo que con repetitivas campañas comunicacionales a lo largo de las décadas los han moldeado: “Centro del mundo”, “corazón del Universo, país de primer mundo”, por ejemplo.
Si los problemas más puntuales que tenemos son, a mi parecer, monumentales, (deuda pública, agua, Caja de Seguro Social, educación, transporte, migración, certeza del castigo y un largo etcétera), resolver el tema de la desconfianza en el manejo de la comunicación, la desinformación y el acoso de unos contra otros candidatos en tiempos electoreros es de manejo secundario, más cuando está probado que no cumplirán.
En el escenario mundial plateado para el 2024, pocas probabilidades habrá para resolver los graves problemas de las mayorías de los países que, como el nuestro, sufren de incertidumbre por verdaderas oportunidades de desarrollo para todos.
Una firma en una función mediática, por solo cumplir con una tarea, no garantiza un resultado electoral en donde en realidad no habrá control sobre los procesos comunicacionales de manipulación. Esos pactos y acuerdos se dan cuando los tiempos produzcan líderes con un verdadero compromiso ético y que su único objetivo es servir al país.