‘Sorpresas te da la vida’: intolerables afrentas a nuestra soberanía
- 23/05/2025 00:00
Para mi sorpresa, son muy pocos los escritores panameños que se han expresado en los medios nacionales o internacionales, o de alguna otra forma notable, en torno a los acuerdos recientes entre Panamá y Estados Unidos con respecto a diversos aspectos del Canal de Panamá que afectan notablemente nuestra soberanía. ¡Y es que si los cuento con los dedos de una mano, lamentablemente, me sobran dedos!
Sin ser yo especialista en estos temas, ni mucho menos, y habiéndome dedicado toda mi vida a la escritura de cuentos, poemas y ensayos literarios, así como a la investigación literaria, la preparación de antologías literarias temáticas o de índole histórica, así como a la docencia universitaria, yo mismo me asombro cuando siento una necesidad verdaderamente apremiante de mantenerme alerta y participativo en lo que está ocurriendo en nuestro país en tan delicados temas nacionales. Esto, independientemente de que por razones de edad y de salud, llevo más de año y medio residiendo en México al cuidado de una de mis hijas mexicanas...
Así, irremediablemente, resulta que en la práctica el tema de la soberanía panameña sobre el Canal, gravemente afectada por las ambiciones desmesuradas del sicópata Trump, y a menudo muy mal manejada por nuestro gobierno, han propiciado que hasta el momento yo haya publicado 11 artículos de opinión sobre diversas vertientes del tema, publicados todos en La Estrella de Panamá, al igual que este que hoy me ocupa. En tal sentido, invito a mis lectores a rastrear en internet los diversos artículos anteriores sobre este asunto tan desagradable, entre los más recientes: “Lección de patriotismo para el autócrata Trump”, publicado el 24 de enero del presente año; así como “Empieza a empañarse el futuro de la patria”, del 18 de abril.
Y ocurre que más de una vez, cuando tengo preparado algún artículo relacionado con determinado aspecto de nuestras letras, incluso a veces al haberlo redactado ya, siento la súbita necesidad de posponerlo para expresarme de forma más inmediata sobre la realidad panameña, hoy amenazada por diversos peligros inminentes, o encubiertos tras eufemismos que nuestro gobierno no sólo tolera, sino que a menudo avala, aunque una y otra vez lo niegue.
Obviamente, no es fácil lidiar con un loco obsesivo y amenazante; con un individuo que desde la Casa Blanca cada día enreda más al mundo con sus ocurrencias de todo tipo, que en el fondo son siempre desmesurados exabruptos. Como es sabido, a su propio país lo tiene cada día más patas pa´rriba. Y sepa Dios a qué calibre de intimidaciones somete a nuestro gobierno tras bastidores, para que este se haya atrevido a ceder, como lo ha hecho, cada vez más, violando normas básicas del Tratado de Neutralidad...
Tener a soldados gringos uniformados paseándose por la ciudad, “como Pedro por su casa”, así como concentrados en tres de sus antiguas bases, a las que debemos pedir permiso para poder entrar, es no sólo una afrenta intolerable, sino vergonzosa por donde se le mire. Me refiero, por supuesto, a Howard, Rodman y Sherman...
Invito a mis colegas escritores a usar su creatividad para explorar, cada quien a su modo, estos temas con la profundidad que merecen, tanto en el plano nacional como en el de la difusión internacional. Panamá es mucho más que la querida patria en donde hemos nacido, sino el sitio que habrán de heredar nuestros hijos y nietos. No finjamos demencia.
Por cierto, ¿cómo es posible que no se hayan conocido declaraciones contundentes sobre la actual situación por parte de una figura internacional influyente y querida como lo es Rubén Blades...? ¿Que no hayamos sabido nada al respecto del autor de Patria y Pablo Pueblo? ¿Temor a que ya no le permitan residir en EE.UU.?