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Surgimiento de la neuva China, multilateralismo y desarrollo compartido

  • 05/09/2025 17:50

El militarismo del imperio japonés protagonizó la invasión a Manchuria (antiguo Manchukuo), entre 1931 y 1945. La crisis de Manchuria puso en evidencia que Japón abrigaba expansionismos territoriales y económicos no solamente sobre Manchuria, sino que ocupó 10 ciudades, lo que provocó reacciones heroicas por parte del ejército leal a China. China acusó a Japón de agresión ante el Consejo de la Sociedad de Naciones, sin ningún resultado.

Las tropas leales del Ejército Nacional Revolucionario, escribieron capítulos memorables en la defensa de China, logrando una histórica victoria, de allí que en este año 2025 el pueblo chino conmemora el 80 Aniversario de la derrota del fascismo representado por las fuerzas invasoras japonesas, transformando la vieja nación amenazada en la nueva nación abierta a los vientos de la historia contemporánea. El primero de octubre de 1949 surgió al mundo la República Popular China. El impulso notable de Den Xiaoping y sus reformas imprimieron posteriormente un vigoroso salto de calidad que transformó a China en un país moderno y abierto al mundo.

El Presidente chino Xi Jinping ha manifestado que China aplica una política exterior independiente y de paz, persistiendo en desarrollar la amistad y cooperación con los demás países, basado en los principios de coexistencia pacífica. Esta política de coexistencia pacífica mereció el elogio del ex-Secretario de Estado de los Estados Unidos, Henry Kissinger en su viaje a China en 2023. En esa ocasión, Kissinger manifestó que a Estados Unidos y al mundo le conviene tener buenas relaciones con China para fortalecer unas relaciones internacionales basadas en la coexistencia pacífica.

En la Cumbre de la Organización de Cooperación de Shangai celebrada en agosto del 2025, el Presidente de China propuso “La Iniciativa para la Gobernanza Global”, con el objetivo de trabajar con todos los países por un sistema de gobernanza global más justo y razonable con miras a avanzar de la mano hacia la comunidad del futuro compartido de la humanidad, con mayor democracia en las relaciones internacionales. Reiteró la necesidad de defender la coexistencia pacífica, la cooperación de beneficios para todos los países y apostó por el multilateralismo, el respeto al derecho internacional bajo los dictados de la Organización de Naciones Unidas, dentro del respeto a la igualdad soberana de los Estados, sin distinguir entre grandes o chicos.

El crecimiento de China se ha enlazado profundamente en la economía mundial, de allí que China tiene un papel relevante en la economía global siendo el mayor socio comercial para más de 50 países en el mundo y uno de los tres principales socios de más de 120 países. El gobierno chino ha expresado que China abrirá las puertas a la globalización y por tanto, a una economía abierta para brindar a otros países oportunidades en los mercados, las inversiones y el comercio.

La apertura de China al exterior ha estado sustentada en una visión multilateralista, dentro de una economía globalizada. Con esta visión el Presidente Xi Jinping, lanzó al mundo la Iniciativa de La Franja y la Ruta, la cual reeditó la antigua Ruta de la Seda, que desde la antigüedad conectó a China con occidente. Por consiguiente, esta es una audaz propuesta para ampliar el comercio de China con el mundo y no solo con Europa como hizo su predecesora, la Ruta de la Seda. Esta actuación del gobierno de China se enmarca en un verdadero concepto de multilateralismo perfectamente entendido.

Bajo este concepto de multilateralismo, que preconiza un mundo multipolar, contrario al mundo unipolar, China junto con otros importantes países como Rusia, Brasil e India constituyeron en el año 2009 el bloque de los BRICS, incorporándose Sudáfrica en el año 2010, los que se consideran miembros fundadores. A partir del 1 de enero del 2024 se unieron oficialmente 5 nuevos miembros: Arabia Saudita, Egipto, Emiratos Árabes Unidos, Etiopía e Irán. El bloque de los BRICS se creó como un foro de cooperación económica que representa poco más del 45% de la población mundial, el 30% de las economías y el 20% del comercio mundial y la producción global.

A pesar de propuestas tan trascendentes como la de La Franja y la Ruta y la participación destacada de China en el bloque de los BRICS, el gobierno panameño, por presiones externas, anunció su determinación de no prorrogar el Memorándum de Entendimiento sobre la Cooperación en la Iniciativa de La Franja y la Ruta, con evidente perjuicio para la economía nacional, ya que tal decisión provocará la paralización de proyectos de beneficio mutuo para ambos países, teniendo en cuenta que China representa la segunda economía del mundo.

Ni el gobierno, ni los ciudadanos panameños debemos ser guiados por la tésis según la cual China ejerce influencia sobre la administración del Canal de Panamá, tal como lo ha planteado reiteradamente el gobierno de los Estados Unidos. Esta supuesta influencia China también fue planteada sin ningún fundamento antes que la República de Panamá asumiera la administración del Canal de Panamá, cuando algunas figuras públicas estadounidenses se referían a la supuesta intervención de China en la administración del Canal.

Es así, que en noticia aparecida en el periódico Crítica, de fecha 15 de diciembre de 1999, se hablaba del supuesto temor por el control del Canal por parte de China. Esa fecha coincidió con el viaje del ex-Presidente Jimmy Carter a Panamá para hacer entrega simbólica del Canal al gobierno panameño. Según esta noticia el estadounidense Joe Reeder, presidente de la Junta Directiva de la antigua Comisión del Canal “tildó de ridículos a los congresistas norteamericanos que sostienen que la vía acuática será controlada por los chinos comunistas”.

Al acordarse las relaciones diplomáticas entre China y Panamá, este último aceptó el reconocimiento de una sóla China, lo que excluye cualquier tipo de relación oficial entre el gobierno panameño y Taiwán, con fundamento en la Resolución 2778 de 1971 de la Organización de Naciones Unidas, que reconoce a la República Popular China como “el único representante ante las Naciones Unidas”. Esta circunstancia demanda del gobierno panameño acatar dicha Resolución bajo la divisa tácita de una sola China. En caso contrario, las relaciones Panamá-China sufrirían un grave retroceso.

El establecimiento de relaciones diplomáticas entre Panamá y China, obedeció a un consenso nacional, ya que fue el resultado de una consulta con participación de los principales sectores de la vida nacional, bajo el liderazgo de la Asociación Panameña de Amistad con China (APACHI), lo cual sólo tiene comparación con un plebiscito nacional. Por tanto, nuestra política en las relaciones con China debe tener en cuenta nuestra identidad nacional, que nace y madura en la mente de los hombres y mujeres de nuestro país, lo que da sentido a la lucha por la reafirmación de la soberanía nacional, sin injerencia extranjera. Este debe ser el fundamento de la política exterior panameña.