Trumpulinismo o... rentismo-transitista a costa del desarrollo del país

AFP
  • 23/09/2025 00:00

Hemos dicho en escenarios y ocasiones diversas, que lo que viene ocurriendo con el gobierno Trumpulino, es que dice beneficiar con proyectos al país entero y ya no solo en referencia al 34% que le regaló su voto para elegirlo como gobierno, sino a los que hacen parte del beneficio que ha otorgado un modelo de “desarrollo” escasamente productivo y ampliamente basado en el rentismo, fundamentalmente en torno a la actividad de la zona de tránsito. Esto es, el modelo “Transitista-Rentista”, que presenta los signos de agotamiento que se expresan en el aumento del desempleo y sobre todo en esa disminución de la tasa de ganancia generalizada en las operaciones del gran capital privado que oculta decir que representa con el eufemismo de que representa a “toda” la empresa capitalista privada.

El problema al que nos referimos no radica en que se quiera impulsar “motores” de la economía sin más. El problema es que, por un lado, se buscan fórmulas para forzar el movimiento de acumulación (enriquecimiento) de dueños de capitales privados internacionales con actividades no productivas y en la zona de tránsito, a los cuales se pueden pegar como rémoras, los grupos beneficiados la mayor parte de la historia republicana, como rentistas (los que venden bienes y servicios a esas grandes inversiones) o peor, se aprovechan parasitando los recursos del Estado a través de supuestas concesiones siempre leoninas contra el interés del pueblo panameño.

Por otro lado, esas fórmulas que se buscan son antidemocráticas (solo para los empresarios del círculo de socios o parientes de la cúpula gubernamental) y se engaña al pueblo y empresarios fuera de este círculo, vendiendo la idea de que se hace en beneficio de todos.

En tercer lugar, no menos importante, el problema es que se privilegia la lógica económica del mayor beneficio para estos grupos por encima de las lógicas del interés social y ambiental. Esto evidentemente conduce a la elevación de las desigualdades económicas y sociales de la población...al subdesarrollo del país.

Veamos el ejemplo alrededor del cruce de mercancías por la zona de tránsito. Una manera de favorecer la más rápida elevación de la tasa de ganancia de los inversionistas del comercio internacional es aumentando la tasa de rotación del proceso de circulación de esas mercancías. Es este el servicio que ofrece el Canal de Panamá (empresa del pueblo no controlada por el pueblo) y la compañía del Ferrocarril de Panamá (empresa privatizada con altas ganancias que no comparte justamente con el pueblo panameño).

De aquí proviene el proyecto de construir embalses de agua para hacer más “eficiente” el paso de mercancías con buques por el Canal de Panamá; más barcos, más veces, mayor rotación del capital invertido, mayor tasa de ganancias. Los tres problemas que indicamos arriba se manifiestan aquí, al observar cómo se está avanzando con dicho proyecto. Veamos.

Lo antidemocrático se revela en la medida que al margen de la narrativa de que se está consultando con las poblaciones implicadas (residentes, propietarios, expertos en el tema) lo cierto es que se evidencia un diálogo de sordos. Ya el presidente dijo que, como en el caso de la diabólica minera de Costa abajo de Colón, “va porque va”.

El proyecto de Río Indio, se argumenta, estará aumentando el tránsito de alrededor de 13 a 16 buques diarios por el Canal de Panamá. Esto suena bien en lo económico y financiero. Pero cuando partimos de la lógica del beneficio social (democrático) aparecen otras vías de beneficiar al país que no al costo de poblaciones que ya sufren las agonías del subdesarrollo. Pues bien, el propio líder del trumpulinismo manifestó desde tierras niponas que se invertirán milenarios millones para la construcción de un “gasoducto”. Lo que no dice es que se “concesionará” a grupos de inversionistas asociados a su gobierno (ya suenan apellidos como Vallarino, Alemán y algunos otros). Ya conocemos las triquiñuelas de las concesiones, donde el país recibe migajas mientras los concesionarios se llevan la tajada del león.

Esto, aunque no se da cuenta de esto, ofrece un sentido distinto a la “necesidad” del proyecto de embalse de Río Indio, por cuanto que este gasoducto que bien puede convertirse eventualmente en un oleoducto, evitaría el paso de ocho a diez buques transportando gas. Esto lleva a que lo adicionaría Río Indio, requeriría de menos, para evitar su construcción y destruir socio económica y culturalmente a comunidades enteras que quedarían bajo el agua de los embalses. Con una planificación y estímulos inteligentes en beneficio del país, se podría añadir una red ferroviaria de última generación que pasaría mercancías en menos de la décima parte del tiempo que un paso de buques, de manera que sería equivalente a la carga de los 13 a 16 barcos adicionales de Río Indio...Pero esto solamente es pensable y ejecutable cuando la lógica no es la económica de ganancias privadas no democráticas...El trumpulinismo es la política obtusa del rentismo-transitismo a costa del país, de campesinos, de trabajadores de las periferias y hasta de los inversionistas que no son parte del círculo de sus “socios”.