Un dudoso Premio Nobel de Economía

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  • 17/11/2025 00:00

El Premio Sverige Risksbank en Ciencia Económica en Memoria de Alfred Nobel 2025 fue otorgado a Joel Mokyr junto a Philippe Aghion y Peter Howitt. El argumento de la Real Academia Sueca de Ciencia para otorgar el premio a estos dos últimos autores fue por su desarrollo de la teoría del crecimiento sostenible debido a la destrucción creativa. Se trata de una teoría de corte neo-shumpeteriano, que presenta graves dificultades conceptuales y de apego a la realidad.

Aghion y Howitt sostienen que la innovación tecnológica es capaz de generar un crecimiento contínuo que se ajuste a las restricciones naturales – ecológicas. Esta tesis se desarrolla con mucha formalidad matemática en dos libros de sus autorías: Endogenous Growth Theory (MIT Press, 1998) y The Economics of Growth (MIT Press, 2009). Adicionalmente Aghion, en colaboración con Céline Antonin y Simon Bunel, desarrolla la misma tesis con menor rigurosidad matemática en un libro titulado El Poder de la Destrucción Creativa (Deusto, 2021).

En el capítulo 16 de The Economics of Growth Aghion y Howitt introducen un modelo formal de crecimiento en que argumentan que, gracias a la innovación, es posible un crecimiento permanente ajustado a la existencia de recursos naturales no renovables. Para esto intentan señalar que, si los mismos se utilizan a una tasa decreciente, no se agotan finalmente y por lo tanto el crecimiento puede continuar permanentemente. La demostración contiene diversos problemas.

En primer lugar, resulta obvio que lo que se está proponiendo es que sería posible producir cada vez más con cantidades prácticamente infinitesimales de recursos naturales. En este sentido, con un poco más de matematización formal, se mantiene una posición similar a la de Robert Solow, que ha sido ampliamente cuestionada por autores como Nicholas Georgescu-Roegen y Hernan Daly.

Más allá de lo anterior, Aghion y Howitt introducen una función de producción de bienes y servicios finales que no utiliza capital, es decir medios de producción, solo aparecen el trabajo, el coeficiente de productividad, un insumo y el flujo de recursos no renovables utilizado. Esto tiene importantes consecuencias.

Aghion y Howitt no toman en cuenta que la introducción de las nuevas tecnologías precisa, normalmente, de la inversión en nuevos medios de producción, esto pese a que Aghion y sus coautores lo admiten en El Poder de la Destrucción Creativa (p. 84). Se rompe así uno de los vínculos fundamentales entre el agotamiento de los recursos y el crecimiento económico, el cual está dado por la acumulación de capital. Más aún, se evita introducir el hecho de que en el modelo de economía actual el crecimiento y la acumulación de capital es el elemento central de la dinámica económica y su contradicción con el ambiente.

En relación al problema de la contaminación ambiental, relacionada, entre otras cosas, con la emisión de gases invernadero, la visión de Aghion y Howitt también muestra problemas significativos.

En The Economics of Growth se conceptualiza el ambiente como una variable simplemente cuantitativa que sufre transformaciones estrictamente lineales (p. 382). Se trata de un grave error dadas las conocidas discontinuidades y puntos de no retorno vinculados a los fenómenos ambientales, como es el caso de los fenómenos relacionados al calentamiento global.

A esto se puede agregar que los autores bajo análisis hacen una distinción dicotómica y sin interrelaciones entre lo que llaman las tecnologías limpias y las sucias (pp. 381 y 382) Se pierde así un elemento básico que, en la práctica, las tecnologías supuestamente limpias dependen de producciones y técnicas contaminantes. Por ejemplo, el automóvil eléctrico, depende de procesos de la extracción de recursos como el cobre y el litio, que generan contaminación y destrucción ambiental. Esta problemática se acrecienta en El Poder de la Destrucción Creativa, donde se piensa en una solo forma de problema ambiental: el calentamiento global. Efectivamente se olvida la vinculación compleja entre los diversos elementos del ambiente y su dinámica.

En El Poder de la Destrucción Creativa también se reconoce el calentamiento global como una externalidad negativa, producto de la emisión de gases invernaderos, así como la existencia de una trayectoria dependiente que favorece a las tecnologías contaminantes. Para enfrentar esta situación de dos externalidades, el Estado debe activar dos palancas: el impuesto a la emisión de CO2 y el subsidio a la introducción tecnologías limpias.

Esta visión, sin embargo, no discute la naturaleza del Estado que podría tomar estas medidas, habida cuenta de los intereses que influyen en el mismo. Tampoco hace una reflexión sobre la posibilidad que se tenga suficiente tiempo para introducir las innovaciones necesarias. Se argumenta en el papel positivo que pueden jugar los consumidores y sus preferencias de demandas, pero se omite el poder de la propaganda guiada al consumo ejercida por las corporaciones.

A final de cuentas un Premio Nobel que no es capaz de responder a la gravedad de la actual situación ambiental.