Y, vamos para el mundial

  • 07/12/2025 00:00

El pasado viernes el mundo, amantes del fútbol o no, pausó unos minutos para sintonizar el tan esperado sorteo con el cual se conformarían los grupos para el Mundial de Fútbol y por ende quienes serían los rivales por enfrentar.

La Confederación Norteamérica, Centroamérica y el Caribe de Fútbol (Concacaf), quizás una de las más numerosas en términos de países, tendrá este año 8 países que la representarán: los tres países anfitriones, (Canadá, Estados Unidos de América y México), tres países que se clasificaron directamente, (Panamá, Haití y Curazao) y dos posibles clasificados más que deberán ganarse su clasificación por repechajes, los cuales se definirán en marzo de 2026.

Los panameños estamos muy contentos, pues este sería nuestro segundo mundial y al cual ganamos el derecho de representar al país de manera directa, por haber sido los primeros en nuestro grupo. Yo fui uno de los que comentaron que para que esto se diera se tenía que dar un alineamiento de los planetas, poco común. Pues, no solo los muchachos protagonizaron un gran juego contra El Salvador, sino que Guatemala hizo lo impensable al golear a la temida Surinam.

Así nuevamente, este pequeño país se convirtió en el único centroamericano en estar presente en el Mundial 2026, para orgullo de muchos y el pesar de otros. El nuestro no es un país que se haya distinguido por ser una potencia de este deporte, ni siquiera en la región y muchos, al ver los primeros partidos clasificatorios, “colgaron los guantes” y empezaron a resignarse a no vernos lucir esa bella camiseta roja o blanca que nos caracteriza, en este Mundial que se celebra en nuestro propio continente.

Sin aspirar a ser un experto en fútbol, como si lo es mi amigo David Samudio Garay, puedo atreverme a comentar que tenemos a un director técnico que les ha transmitido a nuestros jugadores una técnica muy eficiente, pero que, a mi juicio, no solo ha cometido algunos errores de alineación, sino que le falta la capacidad de reacción que en muchas ocasiones nos ha hecho falta y que es el ingrediente necesario para poder hacer sentir más tranquila a toda una nación.

Siempre he comentado, repito sin ser un experto, que a nuestra escuadra le hace falta madurez. Ellos deben comprender que están jugando por ese escudo en la camiseta, por esa bella bandera que vemos ondear en las graderías, por ese grito de “Panamá” que se oye, no solo cuando cantamos “y viene el gol” o el tan esperado “gooooooool” que tantas alegrías nos causa, sino cuando vemos a los “canaleros” jugando un juego en el que no solo controlamos el balón, sino metemos el gol.

Como un buen ignorante, he hecho la consulta a otros que saben más que yo, sobre el por qué no se convocan a panameños que son goleadores en sus ligas, como lo son por ejemplo Juan David “el Tarzán” Tejada o de quien conocimos más recientemente el juvenil que juega para el Botafogo de Brasil, Kadir Barría, ambos con la capacidad de complementar la capacidad de disparar al gol que tanta falta nos hace.

Uno de los expertos me dice que la mezquindad de algunos jugadores que vienen de los clubes locales impacta en su rendimiento y no les permite apoyar a quienes no han salido de esas lides. Y aquí es donde me gustaría aprovechar estas breves líneas para exhortar a esos jugadores a pensar en el país.

Algo bueno es que ningún partido del mundial se jugará en Panamá, pues cuando los nuestros juegan aquí pareciera que jugaran para “alguien” en las gradas, sin ponerse a pensar que nos representan a todos y que a lo mejor en esas gradas hay un “scout” que podría hacerles cambiar su vida y la de toda su familia para siempre.

Repito una vez más, sin ser experto, nuestro enfoque debe estar en superar a uno de los tres países en nuestro grupo, empatar con otro y no permitir que nos metan muchos goles. Si pasamos a la segunda ronda ya habremos superado un nuevo escalón y nos permitirá a todos vivir una nueva etapa en nuestra vida futbolística.