Astronomía al servicio de la educación y el medio ambiente

Actualizado
  • 16/05/2023 00:00
Creado
  • 16/05/2023 00:00
Dos científicos panameños desarrollaron el primer proyecto con tecnología satelital CanSat en el país
El CanSat permite transmitir información y realizar mediciones desde la estratosfera.

Un dispositivo que sube a la estratosfera, capta información sobre los parámetros físicos y químicos de la atmósfera para enviarlos a un computador en Tierra, fue creado por científicos panameños. Un CanSat es una simulación de un satélite real y se utiliza en geociencias.

Por ejemplo, si hay un incendio forestal, el aparato permite visualizar hacia dónde se está moviendo y así se controla con más eficiencia. Además, arroja información de otros aspectos relacionados con el medio ambiente.

En Panamá no se había desarrollado un proyecto de este tipo, por lo que los científicos Carlos Fernández y Holbert Samudio decidieron hacer el primer CanSat del país, un dispositivo del tamaño de una lata de soda, que está próximo a lanzarse a la estratosfera.

La pasión por la astronomía junto al conocimiento en ingeniería electrónica y telecomunicaciones llevaron a Fernández a plantearse la posibilidad de incursionar en el campo espacial. En 2012, el ingeniero notó que constantemente surgían noticias sobre la colocación de satélites en el espacio, especialmente nanosatélites que estaban volviéndose más accesibles en términos de costos.

El proyecto también busca fomentar el desarrollo local de tecnologías espaciales.

Muchos países estaban logrando enviar electrónica al espacio para transmitir información desde la estratosfera o más allá del planeta hacia la Tierra. Esto despertó su curiosidad y lo llevó a investigar por qué Panamá no se aventuraba en temas espaciales. Decidió analizar qué países estaban más avanzados en esta área, y si Panamá podría unirse a ellos.

Sin embargo, tras su investigación inicial en 2012 no tuvo más interacción con el tema hasta que, en 2013, durante una clase de comunicación satelital, un estudiante le hizo notar que Panamá no tenía satélites propios. Si bien el país utilizaba dispositivos extranjeros para diversas aplicaciones, no había intentado desarrollar uno propio.

“No tenemos, pero bajamos información de satélites para telefonía y comunicación, algo que todos los países hacen. Usamos los satélites Noa y de otros tipos para lo que tiene que ver con meteorología, de ahí obtenemos datos de cuando está lloviendo, del viento o si hay un huracán, eso nos viene de satélites abiertos, pero Panamá no tenía ni siquiera un intento para hacer uno”, dijo Fernández a La Estrella de Panamá.

A partir de ese momento, el también profesor se propuso explorar la posibilidad de incursionar en el espacio desde Panamá. En 2016 comenzó a investigar las tecnologías y herramientas necesarias para llevar a cabo su proyecto. Durante varios años se dedicó a hacer simulaciones y pruebas con equipos de radio y computadoras, buscando reducir el tamaño de los dispositivos y mejorar su funcionalidad.

Del ensayo al error, pero con un objetivo claro

El objetivo era crear un sistema basado en nanosatélites y globos aerostáticos de altitud, que permitieran transmitir información y hacer mediciones desde la estratosfera. El proceso involucraba pruebas de transmisión, recepción, programación y electrónica, así como mejoras continuas en los equipos utilizados.

“Comenzamos a comprar equipos de radio, algunas computadoras pequeñas para hacer simulaciones. Desde 2016 hasta 2019 estuvimos haciendo muchas simulaciones, muchas, hasta que logramos transmitir información e imágenes. Entre agosto y octubre de 2020, durante la pandemia, fue cuando más tiempo le destinamos. Yo me dedicaba a hacer una parte y él [Holbert Samudio] a hacer otra. Ahí fue cuando vimos que se podía llevar a cabo exactamente como lo estábamos pensando e invertí en comprar más equipo”, relató Fernández.

Contribución al ambiente

La idea final, según el científico, “es lanzar el equipo, hacer pruebas de transmisión y demostrar que esta tecnología nos puede servir. Panamá es carbono negativo, si lo dotamos de un sensor de carbono y lo lanzamos en un globo, él va a empezar a medir la cantidad del mismo. Además, podría medir lo que uno quiera, como la humedad, temperatura, monóxido de carbono, dióxido de carbono, el ozono, todo lo que nosotros queramos, y él por telemetría va a estar enviándolo cada minuto a la Tierra”.

Se puede utilizar para llevar un control del medio ambiente, “podemos tomar imágenes fotográficas a 25.000 pies de altura, transmitirlas o grabarlas. Luego, en seis meses a un año, comparar esas imágenes con otras nuevas y ver en qué lugares deforestaron o si la arena que había en alguna playa desapareció”.

Educar, otra de las funciones del dispositivo

El proyecto también busca fomentar el desarrollo local de tecnologías espaciales, ya que actualmente se depende en gran medida de la importación de equipos. La iniciativa pretende demostrar que Panamá puede contribuir en este campo.

“Mientras no se haga ese tipo de tecnología localmente, nadie aprende. Sé que hay escuelas que se dedican a lanzar globos para hacer una competencia, pero la electrónica con la que se realizan viene fabricada. Todos los globos que se lanzan en Panamá son prefabricados con tecnologías que se compran afuera del país. Nadie sabe que hay dentro, se abren y tienen unos chips que nadie sabe cómo funcionan, entonces, no estamos aprendiendo”, explicó Fernández.

El científico detalló también que una vez obtengan los permisos necesarios, planean lanzar el equipo en un globo aerostático. Para garantizar un vuelo seguro, se calcula la cantidad de helio necesaria en función del peso del dispositivo. Se espera que el globo se eleve a una altitud donde pueda capturar imágenes y enviar telemetría a la Tierra cada minuto.

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