'Avatar 2: El camino del agua', el regreso de los Na'vi y la fortaleza de la familia

Actualizado
  • 15/12/2022 00:00
Creado
  • 15/12/2022 00:00
El director James Cameron regresa a la pantalla grande con una historia cargada de nostalgia, acción y fantasía, centrada en el valor del medioambiente y el núcleo familiar
Sam Worthington y Zoe Saldaña regresan como Jake Sully y Neytiri como padres de una familia en problemas.

Tras más de una década de espera, el cineasta James Cameron regresa a la pantalla grande con Avatar 2: El camino del agua, la ansiada secuela de Avatar (2009), que sigue siendo la película más taquillera de todos los tiempos, teniendo una vida útil bruta de más de $2,8 mil millones, según Box Office Mojo del sitio web especializado IMDbPro. La cinta sigue al marine convertido en Na'vi, Jake 'Toruk Makto' Sully, quien debe enfrentar una nueva amenaza y proteger a su familia, las tribus y redescubrir lo que significa ser padre.

Cuando un nuevo coronel se levanta para atacar Pandora y eliminar a Jake, los Sully deben abandonar su hogar en los bosques de Pandora y a su tribu Omatikaya para buscar refugio. Tras un largo viaje llegan a la tribu oceánica de Metkayina donde encuentran asilo y empiezan a navegar las peligrosas aguas del mar y los nuevos cambios en las dinámicas sociales que enfrenta su familia.

Sam Worthington y Zoe Saldaña regresan a sus roles originales como Jake Sully y Neytiri, respectivamente, quienes ahora son padres amorosos de Neteyam (James Flatters), Lo'ak (Britain Dalton), Tuk (Trinity Jo-Li Bliss) y su hija adolescente adoptiva Kiri (Sigourney Weaver), mientras que también albergan al joven Spider (Jack Champion), un niño humano huérfano por la guerra y quien no pudo regresar a la Tierra. En el centro de la historia que nos atrapa por 3 horas y 10 minutos se encuentra la importancia de una de las fuerzas universales más especiales: la familia.

Al empezar la película, nos recuerda mucho al estilo utilizado por Cameron en su primera entrega, mostrando el mundo actual y los cambios sucedidos tras la guerra que separó a las tribus de las Personas del Cielo. El manejo de los efectos especiales de la cinta hacen que cada momento sea inmersivo y único, logrando captar movimientos faciales en los Na'vi de una forma mucho más natural que en su primera cinta, y mostrando un mundo ampliado con criaturas excepcionales y mucha más historia con ramificaciones emocionales y espirituales.

La cinta se centra en la familia y el cuidado del balance natural que nos rodea.

Con 13 años de ventaja, la película vive a la altura de sus expectativas en cuanto a los efectos visuales que atrapan a la audiencia por completo, desde la vegetación del bosque, hasta la fauna del mar y sus conexiones con los Metkayina y los Sully. Incluso hay diversos guiños a las fantásticas montañas flotantes de Pandora y el uso de criaturas voladoras para el transporte y combate de los Omatikaya, mientras que los Metkayina crean lazos con criaturas marinas voladoras y grandes tulkuns para proteger sus hogares de invasores.

Ante la llegada del general Francis Ardmore (Edie Falco), la historia toma un giro sombrío y dramático en el que Jake deberá entender lo que realmente significa ser padre y líder. “Un padre protege. Es lo que le da propósito”, comenta Jake en medio de una pérdida, donde Cameron nos recuerda que el mensaje no es simplemente ver a una familia sobrevivir la adversidad, sino el rol de la paternidad más allá de la crianza como una fortaleza y un lugar donde encontrar refugio en todo momento.

Si bien la cinta nos muestra a un Jake tratando de ser el mejor padre posible, y una Neytiri capaz de sacrificar lo que sea necesario con tal de proteger a sus hijos y a su pueblo, también nos deja ver sus vulnerabilidades y sus miedos. Las promesas entre ellos y con sus ancestros se mantienen como piedra angular en las decisiones y señalan sus fortalezas como individuos y como matrimonio, aun en medio de las dudas, lo que significa un crecimiento en sus personajes como muy pocos se ven en la pantalla grande dentro del género de fantasía.

Cameron, junto a los guionistas Rick Jaffa y Amanda Silver, redefinió a los hijos e hijas también, dándoles espacio para crecer tras la pantalla, descubrir sus inseguridades, su valentía y sus valores como conjunto y como personas. Tuk, la menor, se centra en la belleza de la vida y la esperanza en todo momento, Kiri es una adolescente que busca conocer su verdadero origen y su propósito con el conjunto de especiales poderes que posee; mientras que Lo'Ak –como todo hermano del medio– busca descubrir su fortaleza y traer orgullo a sus padres en su individualidad, y Neteyam, el mayor, cubre con su corta madurez a sus hermanos, poniendo el bienestar de ellos frente a lo demás, y siguiendo los pasos de su padre.

Cameron presenta nuevos actores jóvenes que dejan una representación genuina de las dinámicas familiares.

En cada escena, los hijos muestran sus verdaderos centros, motivados por los grandes cambios en sus vidas, que puede resonar con familias amplias en la audiencia, y aún más con aquellas madres y los padres que buscan lo mejor para sus hijos y muchas veces se ven confrontados durante la etapa de la adolescencia. Sin embargo, Cameron, Jaffa y Silver lo representan de forma natural y espontánea, pero con un cargo de responsabilidad y sinceridad en las relaciones familiares.

Aun con un gran elenco y una gran historia, Cameron sufre de ignorar algunas lagunas en el desarrollo de la trama. Cuando aprendemos lo que significa el “camino del agua”, podemos entender el balance natural que buscan proteger los Metkayinas, pero también se aplica a aquello que perdemos, que encontramos, y cómo todo está unido por medio del agua, incluso las memorias y las tradiciones. Sin embargo, el camino del agua no logra entrar más profundo a muchas de las interrogantes que surgen tras ver la cinta: ¿Significa que las conexiones nos hacen a todos parte de cada uno? ¿Somos capaces de perdonar y dejar que las corrientes borren viejas heridas?

Mucho del tiempo que pasamos viendo la cinta está fragmentado entre puntos de vista distintos: desde Jake, hasta Spider, y los enemigos que rodean a la familia. Vemos diferentes historias ramificarse a través de los personajes, e incluso los lugares y las criaturas se convierten en narradores que traspasan sus límites para decir lo que los personajes no pueden. El manejo especial de Cameron ante los detalles nos hace olvidar por momentos las fallas narrativas que se hacen más evidentes a medida que nos adentramos a la realidad que sucede más allá de los arrecifes brillantes y los atardeceres envidiables.

Cameron trata de sostener 'El camino del agua' con el centro de la familia por una parte, aunque por otra se centra en el medioambiente, en el balance de los humanos, la fauna y la flora que se rodean entre sí. En una actualidad donde los incendios forestales, la sequía, las alertas de peligro de extinción para múltiples especies de animales, y los arduos esfuerzos de oenegés por revertir el cambio climático, las escenas crudas y algunas enternecedoras crean un vínculo especial en cuanto a la importancia de cuidar todo lo que nos rodea.

La historia toca momentos de inseguridades, fortalezas y valentía en medio de la adversidad.

La llegada de Avatar 2: El camino del agua genera un cambio en la narrativa de las historias de fantasía, de las familias en la gran pantalla y la calidad visual de la construcción de mundos increíbles como Pandora, dejando mucho en juego en el caso de que Cameron decida regresar con una continuación. Asimismo, la cinta nos deja diversas reflexiones con la frase: “Esta familia es nuestra fortaleza”. Una fortaleza que se cimenta en el perdón, el amor y lo lejos que llegaríamos por proteger a otros.

Para los amantes de la fantasía, Pandora se proyecta como un mundo aún inexplorado y lleno de maravillas.
Lo Nuevo
comments powered by Disqus