Bye bye, bebé

Actualizado
  • 26/10/2008 03:00
Creado
  • 26/10/2008 03:00
T En los primeros meses de vida el bebé establece una estrechísima conexión con la persona que le cuida, normalmente su mamá. Tú le alim...

T En los primeros meses de vida el bebé establece una estrechísima conexión con la persona que le cuida, normalmente su mamá. Tú le alimentas, le bañas, le calmas cuando llora y satisfaces todas sus necesidades. Por eso se siente tan seguro contigo.

Después, hacia los 6 meses, se da cuenta de que él no es una parte de ti, sino un ser independiente, y le angustia que le dejes. Y hacia los 9 o 10 meses aprende que lo que desaparece de su vista no deja de existir; sabe que aunque no te vea, estás en algún otro lugar. Pronto este desarrollo cognitivo se acompaña de una maduración de sus habilidades sociales: le gusta que estés cerca, pero también quiere ser autónomo y hacer cosas por sí mismo.

Éstas son algunas de las razones por las que tu pequeñín sufre la ansiedad por la separación, que suele alcanzar su pico máximo entre los 8 y los 18 meses y que vuelve a aparecer cuando el niño es más mayor y se enfrenta a situaciones difíciles, como ir al colegio. Si aprovechas para enseñarle y manejas con habilidad la forma de decirle adiós, lo aceptará sin traumas.

AYÚDALE SEGÚN SU EDAD

Cada etapa de su desarrollo condiciona sus reacciones. Por eso, considera su edad cuando te despidas de él.

HASTA LOS 6 MESES. Tu hijo aún cree que es una parte de ti. Utiliza el contacto visual para asegurarse de que estás con él, por eso cuando sales de la habitación rompe a llorar. Pero estos berrinches suelen durar poco, porque su memoria es corta, y acepta las separaciones con más facilidad que un niño más mayor. Empieza ya a enseñarle y no te vayas a escondidas para evitar que llore, dale un beso y dile cuándo volverás. A su manera, él lo entenderá.

DESDE LOS 8 A LOS 18 MESES. A esta edad casi todos los niños experimentan la crisis de los extraños.

Cuando tu hijo era más pequeño no le importaba tanto pasar de unos brazos a otros; ahora la presencia de un desconocido le genera ansiedad. ¿Por qué? Porque es más consciente de sí mismo, ha desarrollado el apego a uds. los padres y es capaz de anticipar lo que puede ocurrir («me van a dejar con esta persona que no conozco»).

Para calmarle, utiliza técnicas de distracción: ofrécele juguetes nuevos que capten su atención. Después dile adiós rápidamente, aunque llore.

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