Relato de horror subterráneo

E poderoso ensayo Underground, realizado por Haruki Murakami, se divide en dos partes: ‘Subterráneo’, donde el escritor nipón presenta las entrevistas realizadas al 40% de los sobrevivientes y víctimas del ataque de gas sarín perpetrado por la secta AUM en el metro de Tokio, Japón, el 20 de marzo de 1995; y ‘El lugar prometido’, donde publica las entrevistas realizadas a los integrantes de la secta. Todos son relatos reales. Haruki lleva a cabo una gran investigación imparcial de ambas partes presentando una versión actualizada del ataque. El autor quedó muy impactado por los hechos. Acababa de regresar a Tokio de Massachussets, Estados Unidos, donde había pasado años exiliado. Quería presentar la mentalidad japonesa, saber realmente qué fue lo que sucedió. Entender el pensamiento de las víctimas, así como de los agresores. Descubrió que hubo personas que ayudaron a los demás, que el gas letal tenía un olor nauseabundo. Esto que sucedió no es un reflejo, es un espejo de la sociedad contemporánea en que vivimos.

Murakami realizó un excelente estudio de la psique japonesa. En este libro, estremecen estas entrevistas llevadas a cabo hace 6 meses. Cinco miembros de AUM colocaron bolsas de gas sarín que abrieron con la punta afilada de un paraguas en el metro a las 8:00 a.m. El saldo final del ataque fue de 12 muertos y 5 mil heridos.

Uno de los casos es el de una señora de 31 años, que había pasado la noche anterior al ataque con su familia dando gracias a Dios por todas las bendiciones que tenían. Al día siguiente queda en estado vegetal, luego de perder la vista totalmente. Con el tiempo logra recuperar la cuarta parte de un ojo y puede manejarse a nivel de un niño en los primeros años de primaria. Lo que llama la atención es que los que perpetraron el crimen eran personas instruidas: uno de ellos médico, otro ingeniero, etc.

El escritor presenta distintas versiones de los hechos y una visión de la secta AUM. Describe la manera como los miembros de la secta fueron manipulados por el líder de la secta, Shoko Asahara, que tenía poderes supernaturales. Empleaba su carisma para subyugar a sus discípulos. Emanaba una aberración psíquica, logrando que todos sus seguidores le entregaran sus pertenencias y abandonaran su trabajo y familia. Asahara secuestraba jóvenes para que entraran a la secta. Ejercía un control mental donde los miembros perdían su ego. Para algunos esta secta era una respuesta a la soledad de sus vidas, para otros esta acción terrorista fue un experimento donde utilizaron a seres humanos.