Ciclovía, ¿solución o problema?

Actualizado
  • 23/11/2014 01:00
Creado
  • 23/11/2014 01:00
Las recientes declaraciones de Juan Carlos Tapia sobre la vía ciclista de la capital, ha reabierto el debate

Durante las últimas décadas, la mayoría de las grandes urbes en el mundo vienen sufriendo problemas similares en cuanto al transporte y contaminación atmosférica. En contra de lo que debería suponer el progreso, no parece que las ciudades se vuelvan más amigables para sus habitantes, quienes generalmente ocupan cada vez mayor tiempo en sus desplazamientos.

Nadie niega ya los nocivos efectos de la polución atmosférica para la salud -en gran medida ocasionada por los motores de combustión- ni los devastadores efectos que el cambio climático está ocasionando al planeta. Frente a ello, como una de las soluciones, en muchas ciudades se está haciendo énfasis en promocionar medios de transporte alternativos, más económicos y ecológicos.

Los ciclocarriles y ciclovías —entendidos como carriles que son cerrados al tráfico de vehículos de motor, de manera permanente o temporal respectivamente— suponen una apuesta en muchas capitales de nuestro entorno para facilitar el uso de la bicicleta.

La ciudad capital disfruta desde hace años de algunos carriles permanentes para el uso recreativo de los ciclistas, como el existente en la Calzada de Amador o la Cinta Costera fase I; y desde agosto de este año, por iniciativa de la alcaldía capitalina, se ha inaugurado una ciclovía temporal que ha generado opiniones encontradas.

A la opinión manifestada por Juan Carlos Tapia de que ‘la ciclovía la usaban solo cuatro gatos’ y causaba graves perjuicios al tráfico, especialmente para los residentes del área, se ha sumado la de otros ciudadanos que tampoco ven bien la iniciativa del recientemente elegido alcalde José Blandón. ‘Que se dedique a arreglar el tema de la basura y nos deje tranquilos. Ya tenemos suficientes tranques entre semana en la capital para que los únicos días que podemos manejar relajados nos cierren también las calles’, afirma José Rodríguez, taxista de profesión con 25 años al volante.

Uno de los argumentos manejados por los opositores a la iniciativa radica en que ya existe en Cinta Costera un carril exclusivo para bicicletas, y lo que se debería es controlar que ése sea su real uso, multando a las personas que usualmente caminan o se cruzan en el mismo, y que provocan incluso aparatosas caídas.

Frente a estas críticas, la propia alcaldía ha tomado acción y a través de sus redes sociales están difundiendo mensajes positivos a favor del mantenimiento de la ciclovía: ‘En la bicicleta no va un ciclista, va una vida. Aprendamos a compartir, la vía es de todos. La bicicleta no consume combustible, reduce el riesgo de infarto, cero emisiones de carbono, combate la obesidad, pone una gran sonrisa en tu rostro, haces muchos amigos, sientes que vuelas, más fácil y rápido que caminar, mejora tu salud y ejercita tu cuerpo, o te deja con las piernas de acero’, son algunas de las proclamas que más circulan. El objetivo de la ciclovía, según la Alcaldía, es promover el ejercicio sano, el transporte alternativo y la convivencia familiar entre los visitantes y capitalinos.

Pero como es lógico, los mayores defensores de la iniciativa son los propios usuarios. Para Carlos Alberto Santana, experimentado ciclista de downhill , la ciclovía tiene muchos puntos a favor: ‘Un ciclista más es un carro menos en la calles, es decir, menos tranque. El ciclista es otra persona con una vida igual a la de los demás y no un vago que sale a estorbar. Es una carga menos para el estado en términos de seguridad médica, o sea, un hipertenso, un diabético menos. Es un vehículo menos, un estacionamiento menos, menos gases tóxicos, menos llantas viejas, menos aceite de motor quemado desechado. Es el equilibrio de las clases sociales, de la comunidad, de las edades. Es donde se reúne el estudiante con el doctor, el niño con los padres, el rico con el pobre’.

Dick De León, atleta y ciclista, no oculta su entusiasmo. ‘La idea desde el día uno es excelente. Tenemos que rescatar espacios para estimular a la población a realizar actividad física y que no suceda lo que ocurrió años atrás cuando se usaban las bicicletas en el Parque Omar y en el Parque Metropolitano. De que se puede mejorar, sí, pero siempre buscando ir hacia adelante y culturizando a la población de todo lo que conlleva una ciclovía. Falta más publicidad para que la gente sepa cómo compartir la vía con el ciclista, el corredor, el patinador, skater y demás’, suscribe De León.

Para el consumado deportista Salomón Quijada, la ciclovía es una excelente iniciativa pero mal comunicada, para ambos, usuarios y no usuarios. ‘Muchas personas no saben de la existencia de la ciclovía, yo me di cuenta con un post de una foto mía y me preguntaron qué hacía corriendo por la calle y dónde estaban los carros. Otra cuestión es que la gente se molesta porque no se le ha comunicado un plan de vías alternas. Me gustó mucho la comunicación de los cierres de vías cuando los eventos de triatlón IM703 Panamá. Deben seguir ese ejemplo. Así que lo que le falta como complemento a este excelente proyecto es un plan y presupuesto de comunicación del mismo’. Rogelio De la Guardia, por último, cree que ‘los ciclocarriles existentes en la Cinta Costera son muy peligrosos para el ciclismo de ruta, y debemos asegurarnos que la ampliación a cuatro vías de Amador cuente con un ciclocarril para los que usualmente entrenamos en bicicleta’.

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