Trasplantes de órganos, un tema de concienciación institucional y social

Actualizado
  • 14/10/2020 00:00
Creado
  • 14/10/2020 00:00
Hoy se conmemora el Día Mundial de la Donación de Órganos, Tejidos y Trasplantes, de la mano de la Organización Mundial de la Salud. En Panamá, actualmente hay 225 pacientes que aguardan por un trasplante renal, siendo la lista con más personas en espera

Un informe de la Caja de Seguro Social (CSS) reportó que hasta el año pasado había 369 pacientes en espera de un trasplante de órgano. Sin embargo, de acuerdo con la Organización Panameña de Trasplantes (OPT), esta cifra ha aumentado en 2020 a más de 400, producto de la crisis sanitaria causada por la covid-19.

El proceso requiere acompañamiento familiar y mayor conciencia social.

“Antes de la pandemia teníamos alrededor de 12 pacientes en espera de trasplante de hígado, había aproximadamente 100 pacientes esperando trasplante de córnea, 225 estaban a la espera de trasplante renal y cero pacientes estaban aguardando por trasplantes de corazón”, afirma César Cuero, director de la OPT, quien precisa que de la lista de trasplantes de 2019 fallecieron tres personas.

De acuerdo con Cuero, durante enero y febrero de este año se hicieron varios trasplantes; no obstante, producto del nuevo coronavirus, desde el 16 marzo se vieron obligados a suspender las actividades porque no cuentan con instalaciones hospitalarias que dispongan de espacios físicos para llevar a cabo estos procedimientos.

“El hospital Santo Tomás y el Complejo Hospitalario de la Caja del Seguro Social están dedicados a recibir pacientes con covid-19. Esta fue la razón principal por la cual se tomó la dura decisión de cesar las intervenciones”, manifiesta.

Pero una buena noticia es que desde el pasado 10 de octubre se dio a conocer acerca de la reanudación de los trasplantes renales, de donantes vivos. “Dado que estas intervenciones son programadas, hay tiempo para adecuar las instalaciones, en caso de que se efectúen en hospitales públicos. Por el momento, vamos a trasplantar a dos parejas este año”, informa.

Añade que por el momento los trasplantes de donantes fallecidos seguirán suspendidos.

“Al parecer, la situación de los hospitales principales de la CSS y del Ministerio de Salud no va a cambiar como esperamos. En estos momentos no vemos como opción reiniciar la modalidad de donantes fallecidos, porque para hacerlo se requiere que los hospitales nos den las garantías y las facilidades para localizar a pacientes potenciales donadores de órganos. Pero lo cierto es que no contamos con esta facilidad en ninguna de las instalaciones de salud en el territorio nacional”, constata.

Cambios y aspecto social

Con relación a la Ley 3 del 8 de febrero de 2010, Cuero manifiesta que no está de acuerdo porque la misma no cumple con los requisitos para mejorar las condiciones de los pacientes de trasplantes. “Actualmente hay un anteproyecto de ley que está en revisión por parte del Minsa, que luego debe ser llevado por el ministro al Consejo de Gabinete y posteriormente a la Asamblea Nacional. Esta ley no reforma la anterior, más bien la reemplaza, puesto que tiene una gran cantidad de artículos nuevos”.

En esa línea, comenta que lo contemplado en este anteproyecto ayudará a solventar esta problemática. “La idea es seguir haciendo campañas para elevar la conciencia ciudadana para que se anoten como potenciales donadores de órganos en vida”.

En tanto, explica que una de las situaciones que ocurre actualmente es que, si el individuo se anota como donador de órganos, y al momento de su muerte la familia no quiere que sean donados, simplemente no se lleva a cabo el procedimiento. “Este es uno de los aspectos que se corrige en el anteproyecto actual, donde se establece lo siguiente: “La voluntad de la persona que expresó ser donante de órganos en vida va a prevalecer sobre el criterio de la familia”, de tal manera que “se respete la intención de la persona”.

En ese sentido, el sociólogo José Lasso explica que el desconocimiento acerca de los beneficios que conllevan los trasplantes es lo que empuja muchas veces a la población a creer en mitos sobre este tema.

Lasso recalca que en el caso de los donantes fallecidos existen muchos prejuicios con relación a quién era el donante y cómo se comportaba en vida. “Hay gente que cree que la energía de ese individuo se pasará a la persona receptora del órgano; eso es totalmente falso, parece mentira, pero esto sucede”.

Agrega que ante las creencias de dichos conceptos “es cuando aparecen conocimientos religiosos o sin base científica que determinan el comportamiento de los individuos que llegan a no estar de acuerdo con estos procedimientos. Este tipo de visión también se ve relacionada a la aplicación de las vacunas y la pandemia”.

Para elevar la conciencia ciudadana con relación al trasplante de órganos, Cuero manifiesta que es necesario realizar campañas sostenidas. “El objetivo detrás de este mensaje es que la donación de órganos salva vidas. Una vez que tenemos a nuestro familiar fallecido, nada haremos con esos órganos”.

Abdiel Herrera recibió un trasplante de riñón hace 12 años, por parte de su esposa, quien fue la donante. “Gracias a Dios nos hemos cuidado y hemos estado bien. Pasé de hacerme tres tratamientos de diálisis a la semana, a realizar mis tareas cotidianas y a estar más tiempo con mi familia”.

Herrera detalla que el periodo de trasplante le tomó aproximadamente un año y medio, y en este proceso comenta que fue esencial el acompañamiento de terapia psicológica. “No es fácil. Mi esposa y yo fuimos atendidos por un psicólogo para sobrellevar esta dura etapa. Durante las diálisis afronté procesos de depresión porque pasaba hasta cinco horas en el hospital”.

En Panamá se hacen trasplantes de órganos y tejidos desde 1985, según afirma el director de la OPT. “El programa de trasplante de córneas se inició en el hospital Santo Tomás. En 1990 se comenzó con los trasplantes renales (es el que cuenta con la mayor cantidad de pacientes actualmente), en 2000 se inició con el trasplante de células hematopoyéticas. Luego, en 2011 el de hígado y en 2017 se realizó el primer trasplante de corazón”, indica.

El programa de trasplantes de órganos en Panamá comenzó en 1985.

Un dato que comparte el médico es que en la actualidad, estos son los cinco programas que tiene en desarrollo el país. “Esperamos más adelante iniciar con el programa de trasplante de piel y hueso. Varios colegas ya se han acercado para organizar el programa de trasplante de pulmón, que actualmente no se realiza en Panamá. Producto de la pandemia, estas iniciativas se han tenido que postergar, pero esperamos retomarlas pronto”.

Asimismo, Cuero aclara que los trasplantes no solo se llevan a cabo en la CSS, sino en otros centros médicos del país. “También se realizan en el Hospital del Niño, el Instituto Oncológico y el trasplante de corazón se efectúa en el hospital Punta Pacífica”.

Con respecto a los trasplantes que no se efectúan en el territorio nacional, el médico manifiesta que el mecanismo que aplica el sistema de salud consiste en llevar al paciente a un país donde se haga el trasplante del órgano que necesita. “Un ejemplo es el caso del colega que requiere un trasplante de pulmón. A él se le deberá trasladar a Estados Unidos”.

Otro de los escenarios es el caso que involucra a los niños menores de un año que nacen con una anormalidad hepática. “En nuestra búsqueda nos encontramos con la Fundación Valle del Lili, en Cali, Colombia, que es un centro de referencia para ese país y sus alrededores en cuanto a los trasplantes de este tipo. Periódicamente los gobiernos envían a Colombia a pacientes. Panamá inició el año pasado; de hecho, ya se han trasplantado 16 niños. La donación que recibe el menor es de un donante vivo, precisamente de los padres”.

La estrategia y el plan de acción sobre donación y acceso equitativo al trasplante de órganos, tejidos y células 2019-2030 fue aprobada por los Estados miembros de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), en el marco del quincuagésimo séptimo consejo directivo de la institución.

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