Farah Urrutia: 'La pandemia ha sido cruel al desnudar la realidad de las desigualdades que existen'

Actualizado
  • 05/12/2020 00:00
Creado
  • 05/12/2020 00:00
Este sábado desde Espacio Gente conversamos con Farah Urrutia, secretaria de Acceso a Derechos y Equidad de la Organización de Estados Americanos. Una plática en la que plantea la importancia de la participación ciudadana y el establecimiento de una agenda de equidad como motor de la transformación para la región

¿Qué tanto escuchan los gobiernos el eco de la voz ciudadana? Para la secretaria de Acceso a Derechos y Equidad de la Organización de Estados Americanos (OEA), Farah Urrutia, los desafíos en materia de democracia y gobernabilidad permanecen como una realidad en la región; un contexto en el que precisamente las recientes explosiones sociales dan señales de que la presencia ciudadana debe ser incluida en todas las mesas de diálogo, de manera oportuna. “Si reflexionamos sobre estas explosiones sociales, están basadas en la desigualdad; con los ciudadanos desmotivados y cansados por la situación de extrema desigualdad que viven, empieza este estallido social cimentado en la corrupción y en la acumulación de poder”, afirma durante una entrevista para Espacio Gente, desde Washington, donde además expresa su confianza en el recién instalado diálogo nacional 'Pacto del Bicentenario', sobre el cual plantea la necesidad de generar consensos que “aterricen” las políticas públicas, a favor del bien común.

Mucho se debate frecuentemente en torno a la equidad. Y a veces pareciera más bien un anhelo efímero de nuestros políticos y gobiernos. ¿Qué tan lejos estamos en la región de alcanzar este objetivo?

Lamentablemente hay que reconocer que las Américas han sido designadas como las regiones más desiguales del mundo. Es una lástima, obviamente se habla de la importancia de la equidad; había muchos avances, de los cuales podríamos tener indicadores, sin embargo la pandemia ha sido bien cruel al desnudar la realidad de las desigualdades que existen. El evento que estamos viviendo en este momento dejó al desnudo cómo hay grupos de personas en una situación de vulnerabilidad, donde aún les cuesta muchísimo acceder a salud, educación y al reconocimiento de sus derechos humanos más básicos. Creo que este es un momento para reflexionar sobre la importancia y la necesidad de cambiar nuestras prioridades y trabajar más en temas de agenda de equidad. La Secretaría General de la Organización de Estados Americanos creó hace cinco años esta Secretaría de Acceso a Derechos y Equidad, porque entendió que estando en la región más desigual del mundo, teníamos que trabajar en esto.

¿Cuál es la visión de la OEA con respecto a las políticas públicas implementadas en Centroamérica en aras de garantizar la igualdad de derechos?

Lamentablemente nos enfrentamos a la situación de ser la región más desigual del mundo. Entre los países más desiguales hay dos países centroamericanos y también del sur. Queremos hacer una reflexión sobre la implementación de estas políticas públicas: siempre mandamos el mensaje de que las políticas públicas deben estar basadas en la evidencia, es decir, cada país tiene sus características y una razón por la cual se manifiestan estos índices de desigualdad y lo importante es que trabajemos sobre esos análisis y diagnósticos que existen; nosotros lo que hacemos es apoyar a los países desde la Secretaría General de la Organización para diseñar esas políticas públicas hechas a medida, según las circunstancias del país, para garantizar una eficacia que sea sostenible. Ya la pandemia nos ha demostrado que muchos avances eran efímeros, porque desaparecieron. Debemos trabajar para que sean sostenibles aun cuando nos encontremos en situaciones tan extremas como una pandemia.

Urrutia fue elegida en 2017 como una de las Mujeres líderes emergentes del sector público de Panamá, por el Banco Interamericano de Desarrollo.
Democracia y gobernabilidad. ¿Cuál es el estatus en las Américas? ¿Hay una verdadera cultura de cooperación del Estado con otros actores y de participación ciudadana en la construcción del orden social?

El desafío de democracia y gobernabilidad es latente en la región y los países lo saben. Hace dos años se celebró una Cumbre de las Américas y el tema específicamente era cómo la corrupción estaba atentando contra la democracia y la gobernabilidad. No debemos perder de vista el hecho de que ha habido explosiones sociales últimamente que atentan contra esta gobernabilidad y democracia. Si reflexionamos sobre estas explosiones sociales, estas mismas están basadas en la desigualdad; con los ciudadanos desmotivados y cansados por la situación de extrema desigualdad que viven, empieza este estallido social que está cimentado en la corrupción y en la acumulación de poder que llevan a esta situación. Es importante que no lleguemos al punto de que haya estallidos sociales. A todas las voces hay que oírlas; la sociedad civil que representa esa voz ciudadana debe ser parte de los diálogos e incluida en un momento oportuno; no llamarla a último minuto cuando ya todo está aprobado o las leyes y políticas listas, debe estar desde un inicio para que su aporte sea constructivo.

El drama de la migración y los refugiados es un tema cada vez más tangible. Lo vemos en el caso de países como Nicaragua, Honduras, El Salvador y Venezuela. Hay ejemplos increíbles que dejan ver la vulnerabilidad de las madres y niños en este proceso. ¿Qué tipo de participación podrían tener los gobiernos de las Américas según la visión de la OEA para desarrollar políticas de protección más nobles y empáticas hacia esta realidad?

Tenemos un mecanismo denominado Mirps (Marco Integral Regional para la Protección y Soluciones) en el cual participan varios países de las Américas, Panamá está incluido, en el que trabajamos para diseñar los planes estratégicos para atender la situación de la migración. Es una situación sin precedentes. América nunca se había visto expuesta a una situación de migración irregular como la que está teniendo, y como dices, ocurre desde varios frentes; tenemos el tema Venezuela, Centroamérica con el triángulo norte, extracontinentales... de alguna manera nos ha sorprendido y quizá ha rebasado a nuestros gobiernos. Hay un tema importante en materia de derechos humanos y sensibilización. Desde la OEA, la Secretaría de Acceso a Derechos y Equidad trabaja en planes estratégicos que atiendan la migración, así como muchas políticas públicas en las que el ser humano sea el centro de las mismas; no podemos poner ni las leyes ni las políticas por encima de los derechos humanos de las personas, al contrario, estas deben trabajar a favor de los derechos humanos. Estas participaciones de los Estados con las características particulares de la migración que reciben es lo que intentamos atender y hacer planes piloto que tengan en consideración a la migración que recibe cada país, para trabajar y apoyarlos.

¿Creen desde la OEA que el desempeño de las instituciones de gobierno en Panamá, se corresponde con el desarrollo integral enmarcado en la igualdad, el acceso a la educación y a la justicia?

Panamá cuenta con esa estructura institucional que tiene la misión de velar por los grupos más vulnerables. Tiene un Ministerio de Desarrollo Social, un Viceministerio de Asuntos Indígenas, la Secretaría de Discapacidad, la Secretaría Nacional para el Desarrollo de los Afropanameños , un Instituto Nacional de la Mujer. Así que la estructura institucional existe; en cuanto a las políticas públicas, ellos son los encargados de implementarlas y creo que debemos revisar si las mismas están aterrizadas. Siento que de alguna manera, y vuelvo al tema de la pandemia, es una oportunidad de mejorar. En la OEA y en muchos organismos están preocupados porque las brechas de desigualdad se están agrandando; solo en el tema de educación lo vemos; pero tenemos una oportunidad de mejorar. Panamá hace poco ganó un premio por el programa Panamá Solidario, otorgado por la OEA y el BID por una política pública moderna e innovadora; entonces creo que esto nos tiene que hacer reflexionar, porque si este programa funcionó en una situación tan particular como la pandemia, en la que logró apoyar a personas afectadas económicamente, debemos reflexionar sobre cómo la tecnología nos puede ayudar a aterrizar muchas de las políticas públicas que necesitamos diseñar para que podamos ayudar a cerrar esas brechas.

Sin embargo, preocupa que las cifras en materia de deserción escolar son alarmantes y de alguna manera pareciera que seguimos estando lejos de lograr los objetivos. Desde las voces de expertos, académicos y economistas, Panamá sigue siendo uno de los países más desiguales.

Sí, exactamente. Panamá está entre esos países centroamericanos con un alto índice de desigualdad, pero hay una nota técnica del año pasado elaborada por el BID donde determina a qué se atribuye esa desigualdad y entre uno de los puntos más relevantes está el desequilibrio territorial; así que es importante que atendamos esos diagnósticos y análisis con base en estos y trabajar para que las políticas públicas sean eficientes. Es necesario que no dejemos a nadie atrás y que lo que estamos haciendo rinda frutos; soy una fiel creyente de la evaluación porque nos da la mejora continua. Nosotros mismos nos podemos evaluar y a partir de los resultados, diseñar las estrategias para ir cubriendo esas brechas.

La confianza en las instituciones es fundamental para el pleno ejercicio de la democracia, que a su vez se traduce en participación e igualdad. Hoy la región enfrenta una inestabilidad sociopolítica indiscutible. ¿Cómo pueden recuperar la credibilidad las instituciones?

Creo que no hay nada más oportuno que trabajar y escuchar. Nadie es dueño de la verdad; no solo el gobierno puede diseñar el resultado mágico para que podamos cerrar las brechas y no solo el sector privado lo determinará. Es necesario un proceso de diálogo donde todas las partes sean escuchadas oportuna y constructivamente y de alguna manera aporten para trabajar unidos. La cooperación técnica es la única manera de que podamos seguir avanzando; es un cúmulo de actores que deben participar de una forma constructiva y positiva para que podamos recuperar la credibilidad; no estar distanciada la voz del ciudadano de la voz de los gobiernos.

Precisamente Panamá se ha recién encaminado al ejercicio de un diálogo nacional o 'Pacto del Bicentenario'. ¿Qué espacio de participación debería tener la sociedad civil en este proceso democrático?

No me parece nada más oportuno el título que tiene el plan, como lo es 'Cerrando Brechas', en el momento que estamos viviendo. Es también una oportunidad que tendrán todos los actores que participarán para aportar de una manera constructiva y positiva. Desde la Organización de Estados Americanos, específicamente la Secretaría de Acceso a Derechos y Equidad es la que maneja las relaciones con la sociedad civil, y para nosotros es muy importante la participación de esta en todos los foros políticos que tiene la organización para que sea escuchada en momentos oportunos. También es importante que no solo sea escuchada en el organismo multilateral, sino en sus propios países. Creemos en la capacitación de la sociedad civil para que sepa cuál es su momento de actuar, cómo puede incidir constructivamente y a tiempo en el diseño de esas políticas públicas. Desde mi punto de vista, este diálogo es una gran oportunidad; deseo éxito a Panamá y a todos los actores que participarán para que tomando en consideración las evidencias y los diagnósticos que nos lleven a aterrizar las políticas públicas, podamos lograr lo que todos queremos. A veces pensamos que los gremios, los gobiernos y la sociedad civil estamos distanciados, pero no es así, de hecho, tenemos muchas más cosas en común de lo que creemos que nos separa. Todos queremos lo mismo, que es el bienestar, vivir en paz, con el respeto de nuestros derechos humanos; eso que nos une es lo que nos debe dar la fuerza para sentarnos y trabajar constructivamente en el futuro del país. Desde la OEA, por supuesto, una panameña estaría más que dispuesta a aportar lo que sea necesario.

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