El cese de la moratoria supone replantear las finanzas personales

Actualizado
  • 26/05/2021 00:00
Creado
  • 26/05/2021 00:00
En vísperas de un nuevo escenario financiero con el final de la moratoria bancaria a partir del próximo 30 de junio, damos una mirada cercana al tema, a la incertidumbre ciudadana y a las recomendaciones de especialistas en la materia.
El presupuesto es el mecanismo más eficaz para mantener en orden las finanzas personales.

La finalización de la moratoria bancaria será el próximo 30 de junio; sin embargo, el panorama socioeconómico del país implica grandes retos. Hoy se suman contratos suspendidos, reducción de jornadas laborales, y otros han perdido sus plazas de empleo.

Para el sociólogo José Lasso, la finalización de la moratoria traerá consigo una crisis. “Las personas deberán mover recursos para cumplir con estas obligaciones. La gente se va a debatir entre pagar la casa o el colegio de sus hijos; sin duda será un tema bastante difícil para los que no han podido retornar a sus trabajos o estabilizarse económicamente”.

Reconoce que las personas tienen la obligación de pagar sus deudas adquiridas, pero las condiciones económicas actuales dentro de la población no están equilibradas para afrontar los gastos. “Será un dolor de cabeza para muchos, en especial para los que no tienen empleo”.

Yaris Córdoba, trabajadora del sector privado, describe su situación económica tras la pandemia. “Ha sido bastante complicado. Tengo tarjetas de crédito, llamé a los bancos para que me acomodaran la letra del pago mensual de lo que adeudo, que son $3,000. Lo que resulta es que la mensualidad baja, pero al final terminaré pagando el doble de lo que les adeudo porque esas cuotas pequeñas tengo que costearlas por más tiempo y mientras tanto siguen los intereses, esto no es beneficioso para mí”.

Por el momento su plan es llevar a cabo una compra de saldo con otro banco, y salir de esa deuda en menos del tiempo estipulado.

“Una vez que salga de esa deuda no tengo pensado adquirir otra tarjeta de crédito. En mi caso, siempre la utilizaba y en ocasiones prolongaba el pago de la misma y este mal hábito te lleva a que se suban los recargos e intereses”, dice.

Desde su experiencia aconseja a todos los que van a adquirir tarjetas de crédito por primera vez, que “sean puntuales con las fechas de pago, que estén pendientes de las fechas de corte y de los días en que las utilizan”.

Manejo de las finanzas

Cuando una persona gasta más de lo que gana, no tiene un fondo de emergencia y tiene que recurrir a las tarjetas de crédito constantemente para cubrir sus gastos; necesita asesorarse. Estas son algunas de las señales que indican que un individuo está teniendo mal manejo de sus finanzas; así lo explica la asesora financiera Susette Sousa. “Las señales son muy claras, las finanzas son números y los números no mienten”.

En cuanto a las tarjetas de crédito, asegura que si una persona las paga a fin de mes y solo usa el 25% de su capacidad no tendrá problemas de deudas. “Lo que consume debe pagarlo completo a fin de mes”.

“La tarjeta de crédito no es la extensión de su salario y no fue hecha para que se pague a plazos, para eso es un préstamo personal. Muchas tarjetas de crédito tienen el beneficio de ganar puntos, millas, cashback o ahorro si las afilia a algunos servicios; esta es la manera de usarlas a favor”. La realidad es que para tener un buen manejo de las finanzas personales, es necesario vivir con menos de lo que se gana, llevando un presupuesto, invirtiendo los ahorros, teniendo diferentes fuentes de ingreso y educándose activamente.

“El presupuesto es el mecanismo más eficaz; si usted no le dice a cada centavo a dónde tiene que ir, es muy probable que lo vaya a gastar. El presupuesto es su guía y usted le dirá al dinero a dónde tiene que ir y cómo debe ser gastado”, subraya.

El balance entre gastos e ingresos se puede lograr acogiéndose a la realidad que vive cada uno. La experta en finanzas asegura que la clave está en no recurrir a las deudas para vivir de apariencias. “Esto lo veo a diario en mis asesorías; la persona debe mejorar sus ingresos continuamente para poder sostener los gastos. El balance está en siempre ahorrar de un 10% a un 15% como mínimo de lo que gana”.

El hábito del ahorro ha sido un pilar fundamental en estos tiempos de crisis sanitaria y económica. Arlen Muñoz, empleada del sector privado, expresa que actualmente paga su hipoteca, el préstamo de su carro y sus tarjetas de crédito.

Cuenta que desde que inició labores profesionales ha destinado el 1% de su salario a ahorros y esa reserva monetaria fue lo que le permitió sufragar sus gastos en pandemia.

“Ese ahorro fue un alivio porque me ayudó a pagar mis deudas en esos tiempos tan difíciles. Para mí fue complicado porque mi esposo se quedó sin trabajo, pero gracias a los ahorros nos pudimos sostener y ahora que las cosas se están reactivando gradualmente, esperamos que todo mejore”.

Sousa remarca que para fortalecer el hábito del ahorro es necesario establecer el hábito de pagarse a sí mismo al menos un 10% de su ganancia y enviarlo a una cuenta de ahorros. Así entenderá que se está ayudando a sí mismo para lo que necesite en el futuro, y a futuro podrá invertirlo y multiplicarlo. “Recomiendo que pongan un débito automático todos los meses de ese 10%; si paga al banco puntual, debe pagarse a sí mismo primero”.

Por su parte, Muñoz comenta que para el manejo de sus finanzas efectúa un presupuesto mensual, tomando como punto de partida las deudas que tiene.

El 'mindfulness' conecta a la persona con esa información acerca de sí misma.

Divide su salario cada quincena para costear sus gastos, la separación entre quincena le ayuda a saber cuánto le queda para hacerle frente a sus compromisos personales como luz, agua, servicios de internet y canasta básica.

Con relación a la finalización de la moratoria, manifiesta que durante la pandemia pudo conservar su empleo y no experimentó recortes en sus horas laborales por lo que decidió no acogerse a la misma. “Seguí pagando mis deudas porque gracias a Dios no me quedé sin trabajo; si me acogía a la moratoria sabía que tarde o temprano tendría esa deuda a largo plazo. Aunque no ahorré el 1% de mi salario, lo que había guardado anteriormente me sirvió para cubrir emergencias, por ejemplo, cuando mi hijo se enfermó”.

Su visión acerca de las deudas es a largo plazo. “Sé que todos los intereses que genere en algún momento los tendré que pagar. Supongo que en el caso de los bancos, alargarán las cuotas, es decir, si la deuda de mi carro la pagaba en siete años, ahora con la moratoria aumentará el tiempo de cancelación del monto adeudado”.

El 'mindfulness' y su impacto en las finanzas
Educación financiera

Si ha escuchado del mindfulness se preguntará, ¿cuál es su relación con las finanzas? Paula Cabalen, coach profesional, consultora de vida y de estrategia de negocios explica que el mindfulness ayuda a conectar con el momento presente en forma consciente.

Esta técnica le permite al individuo conocer y hacerse cargo, sin distraerse en el pasado o con el presente.

“Muchas de las técnicas para visualizar una vida feliz, y con comodidad económica y financiera están basadas en nuestra capacidad de ser creativos, de soñar, de tener la capacidad de crear aquello que soñamos, antes sintiéndolo”, anota.

Si la persona se basa en estas premisas, una de las mejores prácticas diarias que puede establecer es la de pausar, la de frenar los pensamientos, observarlos y luego hackearlos.

Para Cabalen, hackear es poder modificar un pensamiento que no me sirve, pero antes se debe aprender otros. “Si no tenemos hoy la vida financiera que deseamos, podemos comenzar por aprender el hábito de pausar, de meditar y obtener mayores conocimientos sobre nosotros mismos” y dice que “al pausar vendrán preguntas que son importantes a la hora de armar la vida: ¿Por qué necesito el dinero? ¿Para qué lo necesito? y, ¿en dónde está mi ego o mi desarrollo como ser en ese camino?”.

El mindfulness conecta a la persona con esa información acerca de sí misma, haciendo que desacelere, tome distancia y perspectiva, se conozca y esté lista para desaprender y aprender cosas nuevas.

Por otro lado, para detectar a tiempo malos hábitos de administración financiera es necesario saber si los hábitos financieros son los correctos. “Hay que preguntarse: ¿Conoce cuánto gasta? ¿Conoce sus costos fijos? ¿Conoce cuáles son los costos adicionales, como el café que toma camino a la oficina? ¿Puede ahorrar? Si la respuesta es sí: ¿Ahorra lo que queda luego de gastar? ¿O ahorra y luego gasta un monto prefijado? ¿Tiene un pequeño colchón de respaldo por si algo sucede? ¿Sabe cuánto paga de intereses por financiamiento? ¿Tiene alguna inversión? ¿Cuál es su relación con el dinero?, y, ¿qué concepto tiene de él?”.

Cabalen explica que antes de incorporar hábitos nuevos, es bueno reconocer qué es lo que se está haciendo mal. “Todos podemos mejorar en estas áreas, de modo que no se deprima, aproveche y aprenda. En mi caso, aprendo mientras escribo también. Conozca sus gastos. Arme una planilla en donde coloque: cuáles son sus gastos fijos, cuáles son los gastos que elige hacer, cuáles han sido los imponderables, esos que aparecieron y que tuvo que afrontar”.

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