El acta: la fundación y organización

Actualizado
  • 22/05/2022 00:00
Creado
  • 22/05/2022 00:00
La celebración de los 500 años de la ciudad de Natá se basa en lo establecido en el Acta de Fundación de esta ciudad el 20 de mayo de 1522.
El acta: la fundación y organización

Las ciudades coloniales certificaban su autenticidad por medio de un Acta de Fundación. Este documento legal debía ser redactado por un escribano oficial de la Corona, quien desempeñaba la meticulosa e importante labor de dejar constancia de los hechos ocurridos como observador participante. En resumen, la redacción del Acta de Fundación era una parte esencial dentro de la acción misma de fundar la ciudad. Aquí se parte del acta de fundación de Natá con e l propósito de analizar los acontecimientos que se llevaron a cabo en aquellos primeros días de vida de la ciudad.

Como muestra de lo anteriormente expuesto, a continuación, se van a exponer brevemente esos primeros meses de vida de la ciudad colonial:

20 de mayo de 1522. El documento inicia con todas las invocaciones necesarias por parte del Gobernador Pedrarias Dávila a Dios, a Santa María y también a Santiago Apóstol, quien también se convertiría en el santo patrón del pueblo. Estas súplicas pedían que el lugar fuese favorecido y que “principie e funde esta ciudad e pueblo de Natá”. El nuevo pueblo habría de traer el cristianismo a la población indígena de los cacicazgos de Natá, París y Tabaraba. Igualmente se especificaban las cualidades de la zona, considerándola como el lugar más “aparejado y de mejor disposicion e donde se hallan las calidades e bastimentos e cosas nescesarias para poblar e hacer pueblos e poderse mantener e sustentar e ser mas provechoso asi para los vecinos e pobladores que en el poblar se vezindaran uno para favorescer a los otros pueblos que están fechos e fundados estos reinos e especialmente la gran ciudad de Panamá”. De esta forma quedaba clara la finalidad de la ciudad. En esa misma fecha se presentaron los términos jurisdiccionales de la ciudad, “porque señalar los términos de esta dicha ciudad es una de las cosas más importante para el aumento y sustentación”. Igualmente, la traza de la ciudad quedó señalada.

25 de mayo de 1522. Este día se volvió a hacer referencia a las cualidades del sitio, teniendo presente que cuando Pedrarias llegó, los conquistadores ya llevaban viviendo allí un año antes de la fundación, y que algunos vecinos, como Francisco de Compañón, Fernán Ponce de León y Fernando de Soto, ya contaban con su propio bohío-residencia. Además, la figura de Gaspar de Espinosa también salió a relucir como Alcalde Mayor de estos reinos.

El sábado 26 de mayo se estipuló que todos los que estuvieran en el pueblo fueran reconocidos como vecinos. Así, en el documento aparecen 41 personas, aunque se deja entrever que, “porque otros muchos vecinos estaban ausentes en la visitación de los caciques”. De este grupo de nuevos vecinos, que tenían por obligación residir en el pueblo, debía ser elegido mediante un escrutinio el primer Cabildo, conformado por dos alcaldes y seis regidores.

Ese día se especificó cómo debían ser repartidos los solares. A la vista de lo necesario para que los asientos elegidos fuesen provechosos y que pudiesen cubrirse las necesidades más apremiantes de los pobladores, se podían comenzar a “repartir los solares (…) según las calidades de las personas” e ir conformando las casas. El documento señala que esta manera de distribución de los solares haría que el pueblo pareciese más ordenado.

28 de mayo de 1522. El día anterior, Antón Cuadrado fue nombrado escribano público y se estipuló que los días de reunión del Cabildo ordinario serían dos días a la semana: los lunes y los viernes; que se reunirían después de la misa y que quien no acudiera a la reunión sería obligado a pagar un “tomín de oro”. Aquel día 28 de mayo de 1522 aconteció la primera reunión del Cabildo.

29 de enero de 1523. Ese día el Cabildo de la ciudad acordó que se midiesen los solares “que en ella había que hacer”. En el acta aparecen las especificaciones que regían la distribución de los solares; la calidad de los vecinos era el garante de dónde se iban a ubicar cada uno ellos. Según las palabras de Pedrarias, debió existir un plano donde se señalaba la ubicación de los poderes que regentarían la ciudad: la Iglesia y el Cabildo; y también un espacio destinado para la plaza. En resumen, la ciudad en papeles era una combinación del poder de la Corona, la Iglesia y el Cabildo, quienes, como bien señala Domínguez Compañy, regirían en conjunto, algunas veces en oposición, “los destinos y orientarán la vida de la población”.

Hay cierta conciencia de la necesidad de introducir nuevas técnicas de producción, como la ganadería, y los impuestos que esto traía consigo, por eso se solicitó la supresión de “todos los diezmos e primicias de los frutos e crianças e ganados (…) dentro de seis años por los vecinos desta ciudad en todos los términos della dentro de los dichos seis años los quales corran desde el dia de la fundación en adelante que como se le dieron a la ciudad de Panamá”.

Plasmado queda que el contar con el acta de fundación y la documentación que el Cabildo generó en los primeros días ha posibilitado un mejor análisis de dichos eventos, aseverando el planteamiento aquí presentando que fundar una ciudad no era tan sencillo como parece.

Información tomada del texto "Natá, la ciudad con historia” de la antropóloga Guillermina De Gracia, contenido en la publicación Viaje al Corazón del mundo, Las ciudades coloniales del Istmo de Panamá, Colección Acer Vos de Publicaciones Enredars, Universidad Pablo de Olavide, Sevilla, 2021.

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