La ciencia del polígrafo

Actualizado
  • 02/07/2022 00:00
Creado
  • 02/07/2022 00:00
El polígrafo en sí siempre ha tenido un aura de polémica. En más de 90 países permiten su uso, mientras que otros lo limitan solo al nivel judicial
En Panamá es ilegal usar el polígrafo para pruebas de empleo, en capacitación y sesiones de psicología.

¿Qué tan fiable es el polígrafo? ¡Vaya que esta ha sido una de las preguntas más constantes en mis cursos! Bueno... llegó el momento de hablar de él y dejo a su criterio la conclusión de su viabilidad.

¿Partimos de algo interesante? ¿Sabía que para engañar al polígrafo basta con apretar los dedos de los pies fuertemente contra el suelo o bien concentrarse en operaciones matemáticas complejas con lo cual sus niveles de tensión y nervios serían tan altos que eclipsaría la prueba? Ahora le acabo de revelar al menos dos de seis técnicas para despistar a la máquina.

Desde ya, amigo lector, debo decirle responsablemente que no revelaré todas las técnicas usadas y tampoco hablaremos del “efecto Hollywood” que ha perjudicado grandemente la reputación de este sofisticado equipo. También debo recordarle que, y esto es clave, hay profesionales muy bien entrenados para leer no solo correctamente los resultados que este dispositivo genera, sino también a la persona y su lenguaje no verbal, entre ellos, uno de mis instructores más respetados de la CIA Phillip Houston.

El polígrafo en sí siempre ha tenido un aura de polémica.

En más de 90 países permiten su uso, mientras que otros lo limitan solo a nivel judicial.

En Panamá es ilegal usarlo para pruebas de empleo, en capacitación y sesiones de psicología (aún por empresas donde en sus países de origen sea legal). También debo decir que, debido a estas máquinas, en los países en los que sí puede ser usado como evidencia ante un tribunal, muchos inocentes han acabado entre rejas y muchos otros, que sí son culpables, han salido en libertad.

El llamado “detector de mentiras”, máquina de la verdad o polígrafo es un tipo particular de instrumento de medición utilizado para el registro de respuestas fisiológicas.

Generalmente registra las variaciones en: la presión arterial, el ritmo cardíaco, la frecuencia respiratoria, estímulos nerviosos y en la respuesta galvánica (variantes de la piel como sudor o temperatura), generadas ante determinadas preguntas que se realizan al sujeto sometido a la prueba, la cual no debería durar más de 30 minutos, porque al pasar el tiempo la persona se va inquietando y su lectura final puede estar contaminada por la circunstancia del momento, por ende, la sesión debe ser preparada a conciencia con todos los datos necesarios.

Cuando se trata de medir la precisión total de la prueba, hay que tener en cuenta que son cuatro sus posibles resultados en función de lo que diga la persona (verdad o mentira) y de lo que indique la propia prueba (verdad o mentira). Así, la tasa de detección de posibles mentiras se conoce como sensibilidad, mientras que los aciertos reales detectados durante la sesión se conocen como especificidad.

¿Qué tan sensible es? Con la CQT (prueba de la pregunta de comparación) la sensibilidad promedio varía entre el 74% y 82% y la especificidad promedio entre el 60% y 83% en los estudios de laboratorio; mientras que en los estudios de campo la sensibilidad y la especificidad varían entre el 84%, 89% y entre un 59% a 75%, respectivamente.

Con la CIT (prueba de información oculta) la sensibilidad promedio varía entre el 76% y 88% y la especificidad promedio entre el 83% y 97% en los estudios de laboratorio; mientras que cuando en los estudios de campo hay pocos datos, habiendo únicamente dos trabajos sobre ello, arrojan unas sensibilidades del 42% y 76% y una especificidad del 98% y 94%, respectivamente.

O sea, aún hay cisnes negros en sus resultados... ¿qué es un cisne negro?, ¿los ha visto en vivo? Son animales majestuosos, pero rarísimos de ver, y en el arte de detectar mentiras a través de un polígrafo son pequeños detalles inesperados de información, incertidumbres desconocidas que, cuando salen a la luz, tienen la propiedad de cambiar el terreno de juego y la dinámica de interrogación.

Es aquí donde tiene que entrar si o si una variable inigualable que viene acompañada de: la escucha activa y la observación asertiva... el ser humano.

El poligrafista debe ser un profesional debidamente entrenado en microexpresiones faciales, lenguaje corporal, paralingüística, áptica y detección de mentiras; le puedo asegurar, amigo lector, que el entrenamiento en esta línea de investigación debe ser constante y consciente porque llegar a la verdad o descubrir la mentira es una tarea titánica.

¿Le doy dos datos escalofriantes? David Parker Ray, el asesino serial más sádico de Estados Unidos, al ser psicópata y tener una ausencia total de conciencia logró pasar la prueba, sin embargo, las evidencias contra él eran tan contundentes que no había forma alguna que dicha prueba superara a las otras. Por otro lado, Curtis Edward McCarty estuvo 22 años en prisión al no pasar el polígrafo y, unos meses antes de ser ejecutado, una prueba de ADN y múltiples apelaciones por parte de sociedades de derechos humanos lo dejaron en libertad ya que había sido condenado siendo inocente.

La realidad está muy alejada de Hollywood, ¡Dios! Ojalá se pudieran resolver muchos crímenes en esos 45 minutos que duran series como C.S.I., Criminal Minds, Bull, La Ley y el Orden, Bright Minds, etc., etc. Llegar a la verdad puede tomar días, meses y hasta años, dependiendo de las pruebas que se tengan a mano.

No se deje convencer de Hollywood, de los mitos y leyendas urbanos que andan rondando internet, no permita que la ignorancia juegue con sus derechos laborales, civiles o penales, no importa si está del lado de la fiscalía, de la defensa, del jurado o de la audiencia. Es su obligación investigar, saber, preguntar y, sobre todo, conocer.

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