'La pura pureza de la luz', una obra que expone el acoso laboral

Actualizado
  • 09/07/2023 00:00
Creado
  • 09/07/2023 00:00
El dramaturgo Xavier Stanziola entrevistó e investigó sobre esta problemática para redactar el libreto. Estará en cartelera, del 19 al 23 de julio el Teatro Anita Villalaz
En la puesta actúan Natalia Beluche y Roberto Thomas Díaz

Catalina ha conseguido su pasantía soñada dentro de un centro de investigación en Panamá. Lo que inició como una oportunidad académica se convirtió en una pesadilla. Natalia Beluche interpretará a esta estudiante de doctorado en 'La pura pureza de la luz', una puesta en escena que expone el abuso del poder del hombre hacia la mujer en los espacios laborales.

La obra de teatro, que ha sido escrita por el cuatro veces ganador del Premio Ricardo Miró de Literatura Xavier Stanziola, se presentará del 19 al 23 de julio en el Teatro Anita Villalaz, ubicado en el Casco Antiguo, ciudad de Panamá.

Aunque 'La pura pureza de la luz' no expone las vivencias de ninguna persona en particular, ha sido escrita luego del acoso laboral que ha visto Stanziola en diferentes trabajos. “Hace once años trabajé en la Universidad de Leeds en Inglaterra. No me llevaba bien con el jefe, pensaba. Yo estaba haciendo algo mal, pensaba, y por eso merecía los gritos y desplantes que él me hacía. Si me congelaban proyectos de investigación, era mi culpa, pensaba”, cuenta Stanziola durante una entrevista con La Estrella de Panamá.

“Cuando otros colegas se quejaban del jefe, yo pensaba que ellos eran los del problema. Cuatro años de sentirme menos y me fui de la universidad. (...) Dos meses después, una de mis ex colegas de la universidad intentó suicidarse, luego de que el reporte formal contra el jefe por acoso laboral fuese rechazado por el decano. Para muchos de mis colegas, esa noticia fue como si nos hubiesen quitado una venda costrada sobre nuestros ojos. Varios colegas presentamos quejas formales a la universidad. En lugar de despedir al jefe, le dieron jubilación anticipada. En lugar de apoyar a mi ex colega, le pidieron su renuncia”, detalla.

El escritor y director de la obra, Xavier Stanziola.

Antes de escribir el libreto, Stanziola entrevistó a doce mujeres académicas, investigadoras y profesoras. Todas han logrado carreras excepcionales, inspiradoras y de gran valor para la generación de conocimiento en Panamá. A la vez, la similitud entre ellas sobre las barreras que tuvieron y tienen que enfrentar fue desconcertante, explica el dramaturgo.

Sus historias, añade, giraban alrededor de temas como el balance entre cuidados y quehaceres en el hogar y su vida profesional, la invisibilización de la labor académica de las mujeres, el desplazamiento de las mujeres académicas a trabajos relacionados a cuidados y quehaceres, además de las presiones de vestirse de cierto modo para ser tomadas en serio.

También leyó varios reportes académicos sobre el tema; los informes apuntan a la necesidad de más lideresas en las ciencias en Panamá, cerrar la brecha salarial por género, “tanto por monto en dólares, como por limitantes que se imponen a mujeres y no a hombres para progresar en sus trabajos, y [también] eliminar el acoso laboral, y el acoso sexual”.

El acoso laboral que sufren las mujeres se debe atacar por varios frentes, recomienda Stanziola, ya que es necesario que todas las personas que trabajen en una empresa o instituciones lo hagan bajo un reglamento interno de trabajo donde quede claro cómo se manejan estos casos, donde quede claro que el acoso laboral no se tolera, apunta.

Y si el acoso viene de parte del jefe, indica, las juntas directivas tienen la responsabilidad de responder inmediatamente, investigar, proteger a la persona acosada y tener sanciones claras, que incluyan el despido. “Estas no son cosas que se deben tapar o enterrar para proteger la reputación de la compañía”.

Pero también hay un tema de cómo se crían a los hombres para relacionarse con las mujeres, añade. “Desde las escuelas y hogares debemos criar a nuestros hijos para una masculinidad más empática, que valore la dignidad de todas las personas. Es importante criar a nuestros hijos varones para que tengan relaciones más sanas e igualitarias con las mujeres”.

“Nuestros líderes tienden a ser los Bukeles, Torrijos y Pinochet de este mundo. Personas autoritarias, que bajo el paraguas de la benevolencia sofocante, maltratan”. Esto se traslada a esos modelos de liderazgo al trabajo, el caudillo gerente. Muchos jefes creen que están manejando su propio partido político donde hay que negociar poder, comprar aliados y hundir a los que no nos apoyan. Un lugar de trabajo debe ser un espacio para negociar, sí, pero ideas, metas, formas de trabajar de manera colaborativa”, remarca.

La puesta en escena ha sido un gran reto, confiesa, porque solo se cuenta con dos actores: Natalia Beluche y Roberto Thomas Díaz (jefe). “Es una montaña rusa de emociones. El escenario solo tiene siete cubos y algunos otros elementos. Los actores, ni el texto, tienen donde esconderse. Como directores, Sandy Correa y yo hemos tenido que aceptar que eso nos hace muy vulnerables a todos en el proyecto, y alimentarnos, crecer desde esa vulnerabilidad”.

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