Evolución de las suegras del siglo XXI

Diablo y suegra, palabras negras. A casa de tu hermana, una vez a la semana; a la de tu suegra, una vez, cuando se muera. De seguro conocerá otros refranes dedicados a las suegras y no tan halagadores, o bien habrá escuchado o compartido que las suegras creen ser dueñas de la verdad absoluta, que meten la lengua filosa en la crianza de los nietos avalada según ellas por la larga y comprobada experiencia.

La mala noticia es que las suegras con lenguas filosas y dueñas de la verdad absoluta no se extinguen. La buena es que cada vez son menos.

Muchas de las suegras modernas son más amigas y menos entrometidas, según un estudio realizado por la Asociación Psicoanalítica de Argentina.

‘La percepción de ‘mala', no es tan real como parece; porque a mi parecer es una respuesta defensiva, para salvaguardar sus creencias, con respecto a las reglas familiares, que hacen feliz o que son importantes para una vida funcional', explica el psicólogo y escritor Alfredo A. Arango.

Según Arango el rol de la suegra del siglo XXI, es el de una madre dos veces; pues le toca seguir velando por la felicidad de su hijo o hija y la del cónyugue, claro está, de una manera adecuada.

El punto quiebre entre la pareja y las suegras desde tiempos antiguos está, según los expertos, al querer esta última imponer sus criterios y normas en la relación, lo que en este siglo ha tenido una ‘mutación'.

-Desde que se creó el mundo cuando empezaron a surgir las vivencias sociales, Dios estableció que el hombre debía dejar a su padre y madre, esto nos indica que debe haber una independencia entre pareja y suegras, aclara la terapeuta familiar Mixela Salazar.

Añade que el hombre fue entendiendo esto poco a poco y hoy vemos como resultado a suegras totalmente diferentes a las de hace medio siglo atrás.

Antes era muy difícil para las madres aceptar la salida de su hijo o hija del nido familiar, sin embargo el cambio de rol de la mujer en el siglo XXI ha permitido que esta guerra milenaria entre suegras y la pareja haya bajado de niveles.

-El ritmo de vida acelerado que llevamos. Hoy la mujer tiene más intereses fuera de la casa, profesional o de recreación y si se quedan en casa, allí también tienen alguna actividad, esto ha dado paso a que no estén 100% dedicadas a ver qué pasa o hace la pareja y sus hijos (nietos) si los hay, manifiesta la terapeuta familiar.

El profesionalismo, la educación secular y hasta las experiencias ajenas y propias le han enseñado a las suegras a dar sus opiniones teniendo en cuenta que no es la verdad absoluta.

Según Arango, mantenerse callada cuando no se le pregunta su opinión; u ofrecerla, '...si a ustedes les parece bien/ conveniente....' "...cuando ustedes quieran , pueden contar conmigo...", realizar un proceso mental de desprendimiento del hijo/hija, como dependiente emocional, o peor, como posesión eterna; entendiendo que ya ‘cumplió su misión' y alegrarse de la madurez o autonomía con que crió y formó a su hijo/hija, son acciones que toman las suegras modernas para mantener una buena relación.

Hoy las suegras han encontrado ese equilibrio necesario para una sana relación, sin embargo asegura la terapeuta familiar que la pareja cuando se casa debe formar su estructura.

-Venimos de mundos diferentes con estructuras formadas por nuestros padres, pero ahora formaremos una nueva estructura, estableciendo nuestro propio mundo, dijo Salazar.

Para la psicóloga cuando se estructura el nuevo sistema familiar no se puede depender de la opinión de las suegras, al menos que la pareja (los dos) deseen conocerla.

En conclusión, según los expertos la guerra entre las parejas y las suegras no es que terminó, más bien mutó. Aún continúan opinando en la alimentación de su hijo o hija, en la crianza de los nietos, la ropa, la casa en fin; sin embargo, en su mayoría lo hacen de manera diferente y respetando la independencia de la pareja.