Piden reforzar ayuda infantil en América Latina ante desastres

  • 24/05/2017 02:03
Cepal y Unicef  hicieron un llamado a reforzar los sistemas de protección social de la infancia en los países de América Latina 

La Cepal y Unicef hicieron un llamado a reforzar los sistemas de protección social de la infancia en los países de América Latina debido a su vulnerabilidad ante los desastres naturales.

‘Los niños y las niñas en América Latina y el Caribe, particularmente los que viven en contextos de pobreza, son altamente vulnerables a los desastres y experimentan sus efectos en forma desproporcionada y creciente', precisaron la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) y el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) en una publicación conjunta.

Según el artículo, entre 2005 y 2015 hubo 380 desastres naturales en el mundo: Asia fue el continente más golpeado con el 44,4 % de los eventos, seguido de América (25,5 %), África (16,5 %), Europa (7,2 %) y Oceanía (6,4 %).

‘La frecuencia de desastres en América Latina y el Caribe ha aumentado 3,6 veces en medio siglo. En la década de 1960 hubo, en promedio, 19 desastres por año y en la primera década del siglo XXI ese promedio aumentó a 68 fenómenos anuales', aseguraron la Cepal y Unicef.

La mayoría de los desastres en la región están relacionados con fenómenos meteorológicos e hidrológicos, como huracanes, tormentas, inundaciones y sequías.

Al garantizar niveles básicos de ingreso y acceso a servicios sociales (salud, educación y vivienda, entre otros), la protección social fortalece la prevención y la capacidad de respuesta, y reduce la vulnerabilidad.

‘La protección social constituye una política pública clave para hacer frente a los desastres antes, durante y después de su ocurrencia', destacaron la Cepal y Unicef.

Pese a la existencia de normas internacionales sobre los derechos de la infancia ante situaciones de riesgo, ese colectivo es aún uno de los más vulnerables ante las catástrofes naturales. Para la Cepal y Unicef, es crucial aumentar la coordinación entre instituciones para atender los puntos vulnerables de los niños y adolescentes ante los desastres, así como promover la inclusión de las experiencias de los más pequeños en la elaboración de políticas sobre el tema

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