Cuando la moda representa una amenaza para el planeta

Actualizado
  • 29/10/2019 00:00
Creado
  • 29/10/2019 00:00
Naciones Unidas revela hallazgos alarmantes sobre esta industria. Según un estudio, el rubro utiliza cada año 93,000 millones de metros cúbicos de agua. Frente a la problemática, diseñadores y organizaciones mundiales toman acciones

Políticos, científicos, investigadores y ambientalistas sostienen desde hace años que la conservación de la biodiversidad del planeta Tierra está en peligro. La mano del hombre, según investigaciones, ha contaminado ríos y lagos indiscriminadamente e impactado de forma negativa el hábitat de muchas especies y ocasiona la desaparición y amenaza de la flora y fauna mundial.

Hoy, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) suma a los problemas ambientales como la deforestación, contaminación, degradación del suelo, invasión y tráfico ilegal de especies; la industria de la moda.

Y es que “cuando pensamos en las industrias que tienen un efecto dañino en el medio ambiente vienen a nuestra mente la manufacturera, la de energía, la de transporte e incluso la alimentaria. Sin embargo, de acuerdo con la Conferencia de la ONU sobre Comercio y Desarrollo (Unctad, por sus siglas en inglés), la industria de la moda es la segunda más contaminante del mundo”, apunta un reciente informe de la ONU.

La escasez de agua potable, acentuada en algunas regiones como Oriente Medio y África del Norte, es otro de los grandes problemas ambientales a los que nos enfrentamos y en el que la industria de la moda tiene una participación no positiva.

Según la Unctad, la industria de la moda utiliza cada año 93,000 millones de metros cúbicos de agua, un volumen suficiente para satisfacer las necesidades de cinco millones de personas. El estudio ambiental también revela que confeccionar unos jeans requiere unos 7,500 litros de agua, el equivalente a la cantidad de ese líquido vital que bebe una persona promedio en siete años.

Como si fuera poco, la vida marítima también recibe un trato no grato, pues cada año la industria de la moda tira al mar medio millón de toneladas de microfibra, lo que equivale a tres millones de barriles de petróleo.

Además, “la industria de la moda produce más emisiones de carbono que todos los vuelos y envíos marítimos internacionales juntos, con las consecuencias que ello tiene en el cambio climático y el calentamiento global”, subraya el documento.

La buena noticia

Frente a las cifras alarmantes, diseñadores han tomado acciones a favor del medio ambiente. “Debemos salvar el lugar precioso donde vivimos, nuestra casa, nuestro planeta. ¡Actuar rápido! Nuestro propósito como sociedad global y nuestro compromiso como marca es cambiar urgentemente nuestra forma de producir moda, necesitamos cambiar el diseño a través de nuestra inspiración, imaginación e innovación. Buscar la belleza cuidando nuestro planeta”, afirma la diseñadora española Pilar Sáinz.

La española inició un programa de sostenibilidad buscando ser “responsables y tratando de hacer las cosas mejor dentro de este mundo del plástico, donde todo es muy complicado”.

La firma presentó en Panamá recientemente una colección en la que mezcla diferentes tejidos y texturas de seda natural con pieles cien por ciento reutilizadas y pelo sintético.

Erika Mawell, diseñadora panameña emergente, asegura que conservar la biodiversidad es tarea de todos. “Ahora con estas nuevas cifras dadas por los expertos, se hace imprescindible ser más creativos y responsables con el medio ambiente. Debemos conocer bien a nuestros proveedores e indagar sobre la procedencia de los materiales”, dice.

Además de los productores de moda, el mercado de consumo también juega un rol importante. Vivimos en sociedades donde la tendencia empuja a querer cada vez más y más en materia de productos y servicios.

El consumo como concepto, para satisfacer necesidades o deseos, no es perjudicial. Sin embargo, el consumismo, es otro escenario.

La Real Academia Española define el consumismo como “la tendencia inmoderada a adquirir, gastar o consumir bienes, no siempre necesarios” .

Hacerle frente a la cultura consumista es una tarea que requiere un plan que involucre a todas las escalas sociales. El psicólogo clínico Gilberto Canto aconseja pensar bien antes de comprar. “¿Realmente necesito esto o solo lo quiero porque me gusta? Esta es una de las preguntas que se debe hacer el posible comprador”, recomienda. “Otra opción es no botar la ropa que ya no desea, sino donarla o darle una segunda oportunidad con otro dueño”, dice.

Entre las iniciativas de la ONU con miras a frenar las prácticas ambientales y sociales destructivas, de la industria del vestido y de aprovechar la pasarela para proteger los ecosistemas, diez agencias de las Naciones Unidas lanzaron en la Asamblea sobre Medio Ambiente, realizada en marzo de este año en Nairobi, la “Alianza de la ONU para una moda sostenible”.

Elisa Tonda, jefa de la Unidad de Consumo y Producción del Programa de la ONU para el Medio Ambiente (Pnuma), uno de los diez organismos de la ONU que forman parte de la Alianza, explicó a Noticias ONU que la producción mundial de ropa y calzado genera el 8% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero. “Y con esas manufacturas concentradas en Asia, la industria depende principalmente del carbón y el gas natural para generar la electricidad y el calor que necesita.”

“Si continuamos trabajando con el enfoque de negocios actual, las emisiones de gases contaminantes de esta industria aumentarán casi un 50% para 2030”, advirtió.

¿Qué es la Alianza de las Naciones Unidas para la Moda Sostenible?

iniciativa

Es una iniciativa de agencias de las Naciones Unidas y organizaciones aliadas diseñada para contribuir a los Objetivos de Desarrollo Sostenible a través de una acción coordinada en el sector de la moda. Específicamente, la Alianza trabaja para apoyar la coordinación entre los organismos de las Naciones Unidas que trabajan en la moda y promueven proyectos y políticas que aseguran que la cadena de valor de la moda contribuya al logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

La moda, según lo entendido por la Alianza, incluye ropa, cuero y calzado, hechos de textiles y productos relacionados. El alcance del trabajo de la Alianza se extiende desde la producción de materias primas y la fabricación de prendas, accesorios y calzado, hasta su distribución, consumo y eliminación.

La sostenibilidad abarca cuestiones sociales, como las mejoras en las condiciones de trabajo y la remuneración de los trabajadores, así como las ambientales, incluida la reducción del flujo de residuos de la industria y la disminución de la contaminación del agua y las contribuciones a las emisiones de gases de efecto invernadero.

A través de la Alianza, la ONU se compromete a cambiar el camino de la moda, reduciendo sus impactos ambientales y sociales negativos; y convertir la moda en un impulsor de la implementación de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

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