Uso de drones, para tierras y bosques sostenibles

Actualizado
  • 22/07/2018 02:00
Creado
  • 22/07/2018 02:00
Después de haber sido implementada en tierras indígenas, la herramienta será puesta en marcha en 24 fincas de Parita y Tonosí para analizar la vitalidad, los bosques, los cultivos menores y los pastos

La degradación de las tierras es una problemática que afecta a por lo menos 300 millones de hectáreas en América Latina como consecuencia del mal manejo agrícola y forestal. Pero, también por las malas prácticas de pastoreo, que provoca deforestación, pérdida de suelos fértiles, disminución de caudales de agua, y una mayor vulnerabilidad al cambio climático y a los efectos de las sequías.

En este escenario, los drones son una opción para mejorar el manejo y proteger estas áreas al ofrecer imágenes de alta resolución mucho más rápido y más económico que cualquier otra herramienta tradicional. Y porque, además, apoyan los trabajos de los técnicos ambientales.

EL IMPACTO DE LA DEFORESTACIÓN EN EL CLIMA

La deforestación y la degración de los bosques constituyen una fuente de emisiones considerables. Las estadísticas indican que las zonas reforestadas a nivel global son comparables con la superficie de Italia: 301,340 km2, es decir, cuatro veces Panamá.

Los bosques del mundo pueden constituir hasta el 30% de las reducciones totales de emisiones que evitarían un cambio climático peligroso, anadió Gabriel Labbate, miembro de ONU REDD.

Además, los bosques son una fuente de alimento, medicinas y una forma de vida para muchas comunidades en Panamá. ‘La deforestación y degradación de los ecosistemas son riesgos reales para su seguridad alimentaria y cultura de los pueblos', concluye Labbate.

Los investigadores han determinado que las concentraciones de gases de efecto invernadero en la atmósfera están aumentado muy rápido como consecuencia de las actividades humanos y el fenómeno de El Niño, según la Organización Mundial Meteorológica (OMM). La concentración de CO2 en 2017 fue de 403,3 partes por millón (ppm), frente a las 400 ppm del año 2016.

En 2015, Panamá incorporó esta tecnología en siete comunidades indígenas (Bribri, Bugle, Emberá, Kuna, Naso, Ngäbe y Wounnan) para proteger los bosques. Ahora será utilizada en 24 fincas de la cuenca de Parita y Tonosí para analizar la vitalidad y los cambios de la cubierta vegetal (boscosa y agropecuaria).

Dos vehículos aéreos no tripulados o drones tipo cuadricóptero, uno con sensor fotográfico y otro con sensores multiespectrales, permitirán procesar imágenes y elaborar mapas de la cobertura boscosa, explicó el Ministerio de Ambiente (MiAmbiente).

El sistema de sensores de uno de estos drones, se compone de uno multiespectral que se ubica frente a la vegetación durante la toma de la imagen para captar la luz que reflejan las plantas en cuatro bandas diferentes: verde, rojo y dos infrarrojas que son invisibles para el ojo humano.

Además, consta de un sensor que se encuentra ubicado encima del dron, y memoriza la intensidad de la luz que emana del sol en las mismas cuatro bandas de luz que el sensor multiespectral.

‘Con ambos drones, el personal del Departamento de Manejo y Conservación de Suelos de la Dirección de Seguridad Hídrica de MiAmbiente, levantará una línea base del uso y cobertura actual de las 24 fincas', explicó la institución.

La iniciativa forma parte del proyecto ‘Apoyo en la toma de decisiones para la integración y ampliación del manejo sostenible de la tierra' (DS-SLM por sus siglas en inglés).

LA EXPERIENCIA INDÍGENA

El uso de drones y de nuevas tecnologías han hecho que el monitoreo comunitario de los bosques se haya transformado positivamente, indicó la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), en su informe ‘Nuevas tecnologías para la autogestión de los territoriosindígenas en Panamá'.

‘Con los nuevos concocimientos las comunidades pueden generar datos muy precisos que ayudan a tomar decisiones y gestionar su territorio', agregó la organización en su informe.

La deforestación en Panamá está en 15 mil hectáreas anualmente. ‘Esto es bastante menos de lo que se deforestaba en el pasado. Hasta el momento, Panamá ha perdido un poco menos de la mitad de sus bosques', explicó Gabriel Labbate, miembro de ONU REDD.

Los indígenas son los principales habitantes de las áreas boscosas. Ellos desempeñan un papel clave en el monitoreo y conservación de los bosques, un recurso fundamental para la biodiversidad y la seguridad alimentaria.

‘Esas herramientas nos permien conocer las características de los bosques y los recursos que tenemos en nuestros territorios.

ELICEO QUINTERO,

JOVEN INDÍGENA DE LA COMARCA NGÄBEBLE BUGLÉ

La FAO con el apoyo de la ONU REDD implementó El proyecto comunitario para el monitoreo forestal en las zonas indígenas.

La iniciativa incluyó un entrenamiento de planes de vuelo, armar y maniobrar drones, procesar y mapear imágenes de alta resolución para identificar los cambios en la cobertura forestal.

‘Esas herramientas nos permiten conocer las características de los bosques y los recursos que tenemos en nuestros territorios. Se han realizado entrenamientos para analizar información geográfica y uso de herramientas tecnológicas en campo, con aplicaciones directas en los bosques', dijo Eliceo Quintero, un joven indígena de la comarca Ngäbeble Buglé, citado por la FAO.

‘Hemos identificado especies nativas locales, analizando la cobertura boscosa, como ha ido cambiando el impacto de la deforestación y nos ha sido de utilidad para conocer algunos lugares interesantes y sitios sagrados. También nos ha permitido ver lo niveles de organización de la comunidad y fortalecer la gestión administrativa de nuestras autoridades', añadió Quintero.

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