Los indicadores ambientales, una herramienta clave en el monitoreo de la sostenibilidad

Actualizado
  • 24/06/2022 00:00
Creado
  • 24/06/2022 00:00
El desafío para el Sistema Nacional de Áreas Protegidas es completar el análisis de vacíos de conservación para la protección de los ecosistemas más representativos bajo la categoría de área protegida que corresponda

La Comisión Económica para América Latina (Cepal), a través de una publicación titulada: 'Indicadores ambientales y de desarrollo sostenible: avances y perspectivas para América Latina y el Caribe' hace énfasis en que estos constituyen un sistema de señales, que pueden orientar respecto al avance en la consecución de objetivos y metas ambientales determinados, porque permiten ser objetivos al establecer las principales tendencias de las dinámicas ambientales y realizar una evaluación de ellas.

Al definir, como lo hace la plataforma economipedia.com, un indicador ambiental como el conjunto de datos clave que se usan para conformar un parámetro, con el fin de conocer el estado en que se encuentra el medioambiente en un tiempo y lugar determinado, se entiende que los indicadores ambientales son una herramienta, que robustece la evaluación sobre el progreso de los países y regiones hacia el desarrollo sostenible.

Es por ello que las agendas ambientales y de desarrollo sostenible en el mundo son claves en los avances para el diseño de indicadores, puesto que, a través de ellas, se establecen los parámetros que requieren ser medidos y las metas a las que serán aplicados esos parámetros.

Sin embargo, la medición de los parámetros ambientales debe superar obstáculos considerables en el avance conceptual y analítico debido a las debilidades institucionales que se reflejan en la disponibilidad de recursos para investigación y desarrollo, así como con dificultades derivadas de su doble condición de potenciadores y objetivadores de la eficacia de la política pública y el compromiso ciudadano en la forja de la sostenibilidad.

Las agendas ambientales y de desarrollo sostenible en el mundo son claves en los avances para el diseño de indicadores.
El caso local

Panamá es el quinto país de América Latina que ha generado indicadores ambientales, para dar así cumplimiento con lo establecido en la Agenda 21 de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y Desarrollo, ocurrida en Río de Janeiro en 1992, en donde se estableció que todos los países deben contar con estadísticas ambientales e indicadores, con el objetivo de evaluar el desarrollo sostenible.

Los indicadores para evaluar el desarrollo ambiental sostenible se basan en medir el impacto ambiental inmerso dentro del desarrollo conceptual y científico, de la institucionalidad, del diseño de políticas públicas, de la educación y los movimientos ciudadanos y de la gestión ambiental, de manera que, sirvan como instrumentos de medición del progreso hacia el desarrollo de forma sostenible en el tiempo.

Panamá estableció nueve temas para medir 20 indicadores ambientales. Los temas son bosques y diversidad, uso de suelo, recursos marino costeros, energía y transporte, desastres naturales, agua, aire, saneamiento y desechos y gestión ambiental.

Los recursos marino costeros tienen como indicador la regulación de la pesca y la producción nacional de camarones. La energía y el transporte tienen la intensidad energética del PIB, la proporción de recursos energéticos renovables en la oferta total de energía y la intensidad del flujo vehicular.

Los desastres naturales tienen como indicador la ocurrencia de inundaciones y deslizamientos donde entran en juego el agua, la descarga de aguas residuales y la extracción de agua en la cuenca del río Chiriquí.

El aire tiene como indicador la concentración de material particulado y la concentración de dióxido de nitrógeno en dos estaciones de la ciudad de Panamá.

El saneamiento y desechos tienen a los sistemas de abastecimiento de agua para beber, los sistemas de eliminación de excretas y el volumen de vertido de desechos solidos en el relleno sanitario de Cerro Patacón; por último, el tema de la gestión ambiental tiene como indicadores ambientales la evaluación de impacto ambiental y el ordenamiento territorial ambiental.

Los indicadores diseñados para el país son generados de manera interinstitucional entre el Ministerio de Ambiente (MiAmbiente), el Ministerio de Salud (Minsa), la Autoridad de los Servicios Públicos (ASEP), los Municipios, la Contraloría General de la República, la Autoridad Marítima de Panamá (AMP), el Ministerio de Vivienda y Ordenamiento Territorial (Miviot), el Instituto Geográfico “TOMMY” Guardia y el Sistema Nacional de Protección Civil (Sinaproc).

La metodología para elaborar los indicadores se basa en las características de: a) sensibilidad del indicador cuando se presentan cambios en los datos que lo soportan, b)disponibilidad de los datos que soportan las variables, c) nivel de precisión y calidad de los datos, d) relevancia o coherencia del indicador, e) complejidad o sencillez de mantener el indicador, f) relación costo eficiencia para mantener el indicador y obtener resultados adecuados y necesarios, y g) área de cobertura donde se va a establecer el indicador.

Adicionalmente, los indicadores ambientales establecen los niveles de contaminación contenidos en el ambiente, un ejemplo, puede ser, “cuánto nivel de Mercucio u otra sustancia química puede estar contenida en el suelo, agua o aire de un lugar de trabajo”.

Interpretación de los indicadores ambientales para el desarrollo sostenible

Un ejemplo de la aplicación de los indicadores es que proporcionan las tendencias y desafíos de cada uno de los temas a los que pertenecen. En el caso de las áreas protegidas, que es la proporción del territorio terrestre y marino bajo protección, según categorías de manejo y planes de manejo, este indicador señala que del total de áreas protegidas solo 22, cuentan con planes de manejo aprobados con la participación de los diferentes actores de la sociedad civil y de las instituciones públicas involucradas; y 6 planes de manejo están en proceso de elaboración.

Por lo que el desafío para el Sistema Nacional de Áreas Protegidas es completar el análisis de vacíos de conservación para la protección de los ecosistemas más representativos bajo la categoría de área protegida que corresponda y dar luces de que es necesario calcular la extensión de las aguas interiores dentro de cada área protegida, al igual que es preciso aumentar el número de áreas protegidas con planes de manejo, y gestionar el financiamiento para poner en ejecución los planes de manejo aprobados, con la participación de todos los sectores involucrados.

También indica que es crucial incorporar efectivamente a los gobiernos locales para la creación de áreas protegidas, mejorando su capacidad técnica y financiera y estimular la creación de áreas protegidas en terrenos privados; lo que permitirá cambiar la tendencia existente de no contar con planes de manejo de áreas protegidas en todas las cuencas.

Tomas de decisiones

Este indicador permite a los tomadores de decisión el uso de los desafíos y las tendencias para garantizar la integridad de los ecosistemas para el desarrollo de actividades como el ecoturismo, turismo sostenible y la recreación popular; contribuir al desarrollo de programas de investigación científica, inventarios de hábitat y ecosistemas, al monitoreo sistemático de la biodiversidad y al aumento del conocimiento de la biodiversidad del país, que sirven de laboratorios vivientes para la educación ambiental.

Al igual que identificar, prevenir y controlar la introducción de especies exóticas, así como la prevención, control de inundaciones y prevención de desastres naturales; y diseñar y ejecutar programas permanentes de educación ambiental y difusión en las distintas eco regiones, áreas protegidas, o unidades de conservación.

Con esto se logra reglamentar el uso de las áreas protegidas y tomar en cuenta su capacidad de carga, para actividades de ecoturismo, educación ambiental, interpretación ambiental e investigación científica.

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