Manos de Seda

Actualizado
  • 20/11/2010 01:00
Creado
  • 20/11/2010 01:00
¿Cómo, dónde y cuándo hacerlo? Pues donde quiera, pero si de ideales se trata, use una cama o una superficie dura como una mesa. No dese...

¿Cómo, dónde y cuándo hacerlo? Pues donde quiera, pero si de ideales se trata, use una cama o una superficie dura como una mesa. No deseche esta idea: imagínese a su pareja encima de la mesa del comedor, desnudo, entregado a sus manos.

Cuerpo relajado, en medio de un ambiente especial, no necesariamente tiene que ser cinematográfico (velitas, luz tenue, incienso), pero sí uno en que se sienta a gusto. Acá el secreto es la entrega mutua.

IDEAS DE EXPERTOS

La doctora Balkis Álvares, psicóloga de parejas, les brinda unos consejitos para que hagan de este momento una fantasía, ‘cubra la superficie que eligió con una manta o sábanas y tenga a mano lubricantes como aceites par el cuerpo, crema o algo que facilite el desplazamiento y frote las manos por el cuerpo. Estos lubricantes pueden contener aromas o no, aunque recuerde que los aromas tienen propiedades específicas que pueden colaborar con sus intenciones’.

CUANDO LA GUÍA ES EL DESEO

La magia de un masaje radica en los distintos niveles de comunicación que se establecen al tomar contacto sus manos con cada parte del cuerpo del otro en una situación de disposición completa.

En este caso —advierte el doctor Diego González, ginecólogo—, interviene el instinto, las sensaciones, los olores, la piel, es una experiencia de conocimiento.

SABER ESCUCHAR

Para aprovechar este rito, debe existir la libertad de decir y hacer lo que más le guste o lo que cause mayor placer.

Se trata de hacer un mapa del cuerpo del otro, sus puntos más y menos sensibles, los más eróticos, los más excitantes, los que con un roce, una pulsión, un beso o un mordisco explotan.

Son las distintas mezclas de sensaciones las que hacen de esto un formulario infinito.

El doctor González dice que no hay nada mejor antes de tener una buena relación sexual que la preparación antes de esta.

O sea que para que todo funcione bien hay que ‘calentar el cuerpo antes de usarlo’.

CONOZCA SU CUERPO

Para que la pareja tenga una buena comunicación, debe llevar una vida sexual plena. No hay nada mejor que conocer hasta el último detalle del cuerpo de su pareja.

La única manera de conocerlo es buscarlo en la práctica erótica y, por supuesto, dialogando constructivamente sobre el tema, aclara la psicóloga.

‘Esto último es importante porque a la intuición hay que sumarle sin complejos el diálogo, la expresión abierta y clara de lo que es más o menos agradable o excitante. Juegue, invente formas de graduación, si quiere póngale notas a las distintas partes del cuerpo’.

No deje ningún punto del mapa corporal sin acariciar, dedíquese tanto a la delantera como a la trasera: cabeza, cuero cabelludo, cuello, cara, hombros, pechos, brazos, manos, dedos, espalda, cola, piernas y, por supuesto, los genitales.

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