Medidas contra la artritis reumatoide

  • 16/06/2014 02:00
Se trata de una enfermedad crónica que afecta las articulaciones, principalmente en las mujeres. 

La artritis reumatoide (AR) es una enfermedad crónica porque persiste mucho tiempo y sistémica porque afecta a otros tejidos y órganos. También es de carácter inflamatorio y de causa desconocida. Suele afectar con más frecuencia a las manos, muñecas y rodillas, aunque cualquier articulación puede afectarse, afirma el doctor Luis Górriz Añorbes, especialista del hospital Santo Tomás.

Aunque no se conoce exactamente cómo se produce la enfermedad ni que la desencadena, se sabe que se origina con el ‘ataque’ de nuestro propio sistema inmunitario (nuestras defensas) sobre la membrana sinovial de la articulación, señala Górriz, quien también es jefe de la Sociedad Panameña de Reumatología.

Pero, ¿qué es una membrana sinovial? Es una fina capa de tejido que recubre la parte más interna de la cápsula articular – un tejido de colágeno que rodea a todas las articulaciones-, que tiene como función producir un líquido acuoso llamado líquido sinovial, que es el que facilita los desplazamientos de los extremos óseos mediante su lubricación. Si este líquido se produce en exceso la articulación se hincha o inflama, explica el especialista.

¿A QUIÉNES AFECTA?

Según Górriz, es posible que afecte a cualquier a persona desde que nace hasta un día antes de morir. Sin embargo, hay dos tipos de incidencias: la primera es que puede afectar a personas alrededor de los 20 años o a los 50 años. El otro grupo son las mujeres que están en la edad de la menopausia, y por falta de hormonas femeninas se desencadena la AR, una condición que deja a la persona discapacitada de por vida.

SÍNTOMAS

Aunque el inicio de la enfermedad es variable, es frecuente que la enfermedad comience con síntomas no específicos, que pueden ser cansancio, falta de apetito, debilidad generalizada y dolores musculares u óseos, que persisten semanas o meses, señala el doctor ecuatoriano Luis Zurita.

El dolor suele acompañar a los brotes agudos de inflamación, de hinchazón, sensibilidad, calor, enrojecimiento de las articulaciones y esto provoca limitación en el movimiento de tales articulaciones. Aunque puede afectar a cualquier persona, es una enfermedad que prevalece más en las mujeres, detalla Zurita.

TRATAMIENTOS

El especialista ecuatoriano señala que en la actualidad se dispone de datos que permiten pensar que la enfermedad es más agresiva durante los dos primeros años de evolución, especialmente en el sentido del daño sobre el hueso que se puede detectar en las radiografías. Se piensa, además, que el curso de la enfermedad es mucho más influenciable (responde mejor a las medicinas) en esas fases iniciales, siendo este el momento idóneo para intentar parar o detener la enfermedad.

Para conseguir estos objetivos disponemos de un amplio arsenal de fármacos, que van desde los analgésicos y antiinflamatorios, corticoides y terapia biológica. Como complemento se añade el uso de otras medidas como la inyección de fármacos dentro de la articulación, medidas de fisioterapia y rehabilitación y, por último, la cirugía y la colocación de prótesis en casos muy avanzados.

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