El 'petting', una práctica consciente que conduce al placer

Actualizado
  • 19/11/2020 00:00
Creado
  • 19/11/2020 00:00
Besos en zonas erógenas y caricias son algunas de las técnicas que se emplean en esta variante sexual. A continuación, un sexólogo expone cuáles son los tipos de 'petting' y brinda algunas recomendaciones para disfrutar de esta actividad

¿Alguna vez ha escuchado acerca del petting? ¿Sabe cómo se práctica? ¿Reconoce cuáles son sus beneficios? En los siguientes párrafos le explicamos en qué consiste.

Las creencias erróneas más comunes es que el 'petting' forma parte de los previos en un encuentro sexual.

El sexólogo Pedro Rondón define el petting como una variante sexual en la cual no hay penetración, y que se manifiesta en una serie de cambios sexuales dirigidos a proporcionar placer a quienes lo lleven a cabo.

Generalmente esta práctica incluye besos, roces con o sin ropa, caricias, masajes con o sin aceites esenciales, uso de juguetes sexuales –que no incluyan penetración–, masturbación mutua, juegos de roles, frotamiento y caricias en los genitales.

Hay dos tipos de petting , el suave o ligero que incluye besos íntimos en los labios, el cuello, la nuca, caricias en diversas zonas del cuerpo, y el petting profundo que se realiza proporcionando caricias en los genitales y masturbación mutua. Ya sea con ropa o al desnudo.

Entre los beneficios de esta práctica se encuentra la prevención del riesgo de embarazos no deseados .

“Muchos creen que reduce el riesgo de enfermedades de transmisión sexual (ETS); sin embargo, no previene del contagio piel con piel y enfermedades como el virus del papiloma humano (VPH), algunas cepas del herpes, la gonorrea, la sífilis y el molusco genital”, manifiesta el especialista.

Más allá de este escenario, el acto sexual ya sea con penetración o sin ella potencia enormemente el vínculo con la pareja.

Estudios afirman que esto ocurre gracias a la oxitocina, una hormona vinculada al estado anímico, liberada durante la intimidad, y que potencia los sentimientos de afecto y cercanía con la otra persona.

Durante la vinculación íntima se produce una conexión más estrecha que puede ayudar a conformar una relación más sólida y estable.

Un estudio efectuado por investigadores del Bonn University Medical Center (Alemania) registra que practicar encuentros sexuales de manera habitual ayuda a potenciar la fidelidad, o al menos así lo exponen los expertos, pues la oxitocina generada hace que se desee ver a la otra persona más a menudo para volver a producirla, algo similar a lo que ocurre con el consumo de sustancias estupefacientes.

Mitos

Rondón sostiene que una de las creencias más comunes en torno a este tema consiste en que el petting forma parte de los previos en un encuentro sexual. Por otro lado, que la penetración anal es una actividad propia del petting al igual que el sexo oral.

Pese a que muchas parejas encuentran su punto más alto de placer en la penetración, esto no significa que el petting sea una pérdida de tiempo o que no conduzca a nada, ya que, por el contrario, sí es posible alcanzar un alto grado de excitación.

Otra de las creencias erróneas es que el coito interrumpido es parte de esta práctica. Asimismo, se cree que a través de este acto no se puede llegar al orgasmo, cuando es todo lo contrario.

Estudios científicos sobre el petting que están centrados en las manifestaciones de la sexualidad del adolescente, sustentan que un promedio de 73,1% de adolescentes de ambos sexos experimentaron el petting como forma de evitar las relaciones sexuales por motivos diversos (educación, religión, decisión personal de no ejercer la función sexual, prevención de ITS, VIH, o embarazos no deseados).

“Efectivamente, los adultos pueden practicar el petting cuando hay razones de salud que impiden el coito, cuarentena pre y posembarazo, en esta época de pandemia, o por simplemente disfrutar de una actividad donde no haya penetración, para salir de la rutina y aprender a disfrutar sin darle importancia radical al coito o a la erección”, apunta Rondón.

Variables

El petting en la intimidad es una decisión personal basada en la experiencia y el aprendizaje. En el inicio de la vida sexual es una práctica más común de lo que parece, pero debe considerarse que también los adultos pueden disfrutar de esta complicidad y revivir las primeras experiencias, independientemente de su edad.

Un aspecto que resalta el sexólogo es que las personas conservadoras, que tuvieron una educación sexual rígida y ortodoxa, es probable que rechacen dicha práctica por considerarla sin sentido.

“Mucha gente confunde el petting con los previos, pero son cosas diferentes ya que en los previos va a haber penetración, a menos que la pareja decida que no la habrá. En estos casos sí puede darse el petting”, aclara.

Una realidad es que esta práctica no solo es un método para experimentar y disfrutar de la sexualidad, sino que también estas técnicas son incluidas en el inicio de la terapia sexual, donde se recomiendan algunas variantes del petting ya que hay suspensión de coito, sobre todo en las disfunciones relacionadas con el vaginismo, disfunción eréctil y eyaculación rápida, por mencionar algunas.

Rondón precisa que las personas con disfunción, generalmente presentan ansiedad ante la ejecución del coito. En este caso, sugiere que el individuo aprenda técnicas de relajación y reestructuración cognitiva antes de cualquier actividad sexual. Conforme vaya desarrollando confianza y seguridad, poco a poco se van a ir introduciendo al coito programado.

Hacia el disfrute

Para practicar el petting no hay una guía específica, el único requisito es dejar volar la imaginación dejándose llevar, sentir, no pensar, perder la vergüenza, y jugar en pareja y con responsabilidad.

“La parte lúdica es indispensable para el disfrute de la sexualidad. Ejercer la función sexual sin presiones ni coacción y experimentar variantes es fundamental. En la actividad sexual todo puede ser normal siempre y cuando haya consenso y no cause daño a ninguno de los miembros de la pareja”, arguye.

La práctica del petting es una forma de aprender a conocer gustos y preferencias sexuales del otro, ayuda a comunicarse y a expresar la sexualidad sin inhibiciones cuando hay confianza.

En ese contexto, el especialista en sexualidad recomienda a los adultos experimentar esta práctica como una de las variantes sexuales que producen placer y que ayudan a terminar con los mitos del 'coitocentrismo'.

Más allá del placer, esta práctica independiente del coito es una de las formas de salir de la monotonía y de la rutina sexual.

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