'En Panamá no tenemos conciencia sobre el ruido y sus efectos negativos', dice directiva de Oír es Vivir

“Cada día tenemos más ruido en nuestras calles. Estudios realizados en 2015 en diferentes puntos de la ciudad capital, entre ellos calle 50, han demostrado que son puntos donde se producen altos niveles de ruido comparados con la ciudad de Nueva York, Estados Unidos”, detalló a este medio Marsha Díaz, miembro de la junta directiva de la Fundación Oir es Vivir.

“Esto quiere decir que a pesar de que somos un país pequeño, nuestra ciudad es muy ruidosa, y no hemos cambiado esos hábitos, sino todo lo contrario: vemos buses que suenan las cornetas con gran intensidad, mientras que los autos, cuando aún no ha terminado de cambiar a verde la luz del semáforo, comienzan a pitar. Tenemos que dejar esos hábitos que nos pueden causar pérdida auditiva”, dijo a La Estrella de Panamá.

Para Díaz, es necesario mantener una cultura en la cual todos contribuyan a disminuir los ruidos innecesarios, a fin de aportar al derecho humano de vivir en un medioambiente sano, y más en estos momentos de pandemia.

De acuerdo con Díaz, la vocina del auto en lugar de ser una señal de alerta, ha pasado a ser empleada “como una forma de comunicación; y esto no debe pasar”.

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), el ruido es un problema de salud pública que debe ser atendido por la sociedad en su conjunto, y sobre todo en las grades ciudades con grandes volúmenes de tráfico, industria o sector turístico y de ocio.

“La contaminación acústica afecta a las personas mientras duermen o efectúan cualquier actividad”, así lo determinó el Centro para la Audición y Comunicación (CHC) organismo estadounidense que crea en 1996 el Día Internacional de la Concienciación sobre el Ruido, el cual pretende llamar la atención e incentivar a las instituciones públicas y privadas a informar a los ciudadanos de los peligros que genera la exposición al ruido a largo plazo, así como invitar a las personas a realizarse pruebas auditivas.

“Hay que crear conciencia sobre el ruido y que las personas se interesen por cuidar sus oídos. Que busquen información de cómo esto afecta. De hecho, hay estudios recientes que indican que el sobrepeso y la diabetes están asociados a los altos niveles de ruido procedente del tráfico”, señaló Díaz.

Según la directiva de la Fundación Oír es Vivir, en el país existen muchos sitios donde no se respetan los límites en torno a esta problemática . “No dejan dormir a los vecinos muy a pesar de que hay decretos; lamentablemente no se cumplen y sobre todo no tenemos una conciencia cívica al respecto”, matizó.

En Panamá, por ejemplo, existe el Decreto Ejecutivo Nº 306 del 4 de septiembre de 2002 que adopta el reglamento para el control de los ruidos en espacios públicos, áreas residenciales o de habitación, así como en ambientes laborales.

Mediante este decreto queda prohibido producir ruidos que, por su naturaleza o inoportunidad perturben o pudieran perturbar la salud, el reposo o la tranquilidad de los miembros de las comunidades, o les causen perjuicio material o psicológico. También dice que toda actividad o trabajo deberá realizarse de manera que se reduzcan los ruidos producidos por ello, entre otras normativas.

Además está el anteproyecto de ley 171 “que establece medidas para el control del ruido y dicta otras medidas”, presentado el 25 de octubre de 2021 por los diputados Juan Diego Vásquez y Alina González ante la comisión de Trabajo, Salud y Desarrollo Social de la Asamblea Nacional.

De acuerdo con la OMS, la exposición a más de 80 decibelios, durante un periodo de tiempo prolongado, puede producir daños graves en el oído, con consecuencias irreversibles, y además afectar otros aspectos del ser humano incluyendo cambios de comportamiento, aprendizaje, patrones de sueño, enfermedades cardiovasculares como la cardiopatía isquémica, problemas cognitivos y otros desórdenes causados por el estrés.

“Ruidos por encima de 80 decibeles hacen daño a la audición. Y es que 80 decibeles representan un ruido que puede hacer un secador de cabello, aspiradora o licuadora. Una conversación normal está cerca de 45 o 50 decibeles”, detalló Díaz.

Recordemos que el 60% de las pérdidas auditivas se pueden prevenir con revisiones auditivas periódicas y evitando la exposición a sonidos fuertes, dijo.

Por su parte, en un comunicado de prensa, Giovanna Troncoso, presidenta de la Fundación Oír es Vivir, mencionó que la invitación para este 27 de abril, fecha en que se conmemora el Día de Concienciación contra el Ruido es muy simple: “Les hago este llamado a que nos apoyen guardando #Solo1Minuto de silencio desde donde estén, ya sea que lo hagan solos o con quien se encuentren; lo importante es que lo hagan y juntos creemos conciencia sobre la necesidad de un Panamá y un mundo con menos ruido.

“Únanse al minuto de silencio a las 2:15 de la tarde y aprovechen para tomarse un selfie haciendo 'shhhhhhhh', subirlo a sus redes sociales con la etiqueta #Solo1Minuto y taggear a @oiresvivir. Además, nos gustaría que nominaran a tres personas para que hagan lo mismo. Así seremos más los que contribuimos a un mundo con menos ruido”, invitó Troncoso.

Igualmente detalló que “es hora de tomar conciencia del daño inminente que el ruido representa para la salud auditiva y la salud en general para personas de todas las edades”.

La OMS indicó en su 'Informe mundial sobre la audición', publicado en 2021, que “si seguimos como vamos, 1 de cada 4 personas presentará problemas auditivos en 2050”.

El informe subraya  que cada vez son más las personas que padecen pérdida de audición o que corren el riesgo de padecerla. En este trabajo se destacaba el control del ruido como una de las siete intervenciones clave en materia de hearing, y se hace hincapié en la importancia de reducir la exposición a sonidos fuertes.

“Los altos niveles de ruido y sus consecuencias, lejos de solucionarse, han ido en aumento y es por ello que muchas instituciones, organizaciones y particulares se unen cada año para expresar su preocupación y generar conciencia en las personas”, explicó Troncoso.

Las estadísticas de la fundación en 14 años de gestión, revelan que más del 23% de la población en Panamá no pasa la prueba de audición.

La atención otológica y audiológica permite conservar una buena audición durante toda la vida.  Dependiendo de los hábitos que adquiramos en el presente, así será la salud de nuestros oídos en el futuro.

Estos consejos son fáciles de aplicar a nuestra vida cotidiana 

No sobrepasar los 80 decibeles. Con las nuevas tecnologías millones de personas están en riesgo de desarrollar una pérdida de audición debido a las malas prácticas del uso de reproductores de audio individuales, teléfonos o auriculares, en especial adolescentes y jóvenes. Por ello es importante bajar un poco el volumen al que acostumbra a escuchar música con audífonos, al igual que la televisión, radio o equipos de sonido.

Utilizar protección auditiva cuando se encuentre en eventos o sitios ruidosos.

Prestar atención a los sonidos que usted emite y respete la paz y tranquilidad de los demás a su alrededor.

Evitar pitar cuando está conduciendo. En restaurantes, discotecas, teatros y otros sitios de entretenimiento, solicite a los encargados bajar el volumen cuando lo considere necesario.

Reemplazar actividades donde hay altos niveles de sonido por otras con menos ruido.

Durante las gripes o resfriados somos más propensos a padecer una infección de oídos. Ante síntomas como el dolor, fiebre o mareos, es importante consultar al especialista para que paute un tratamiento correcto.

Nunca se deben introducir objetos en los oídos. Aunque parezca obvio, muchas personas tienen la costumbre de utilizar objetos para rascarse o retirar la cera, sin ser conscientes de las graves lesiones que se pueden ocasionar en la membrana timpánica. Incluso  no es recomendable la utilización de bastoncillos para la limpieza del oído.