¿Influye la edad en las hormonas sexuales femeninas?

Actualizado
  • 23/06/2022 00:00
Creado
  • 23/06/2022 00:00
Según los expertos no hay que negar que durante la menopausia, disminuyen las hormonas del placer y ello actúa negativamente en el deseo sexual. Sin embargo, insisten en que la sexualidad es una necesidad, que dura toda la vida y que no cambia con la edad
Insisten en que el erotismo 'no envejece y no tiene fecha de caducidad'.

Estrógenos, progesterona y testosterona son las tres hormonas más importantes para el mantenimiento del deseo sexual. Sin embargo, a lo largo de la vida o conforme pasa la edad ese apetito o actividad sexual puede sufrir cambios significativos. No obstante, pese a ello, según han afirmado los expertos en el tema, la sexualidad es una necesidad, que dura toda la vida y que no cambia con la edad. Es inherente al ser humano, es decir, se nace y se muere con ella.

Para Jamil Rivera Sánchez, psicóloga y especialista en conductas sexuales, aunque la libido no debería cambiar conforme pasa la edad, no hay que negar que durante la menopausia, disminuyen las hormonas del placer y ello actúa negativamente en el deseo sexual. Además, la disminución de los estrógenos, provoca sequedad y se pierde músculo, elasticidad y firmeza de las paredes vaginales, provocando dolor durante la penetración.

La especialista en conductas sexuales, reconoce que una mujer puede tener una óptima salud genital al llegar su climaterio (una etapa de transición, de cambios, orgánicos, psíquicos y sociales) y menopausia, pero no necesariamente goza de una sexualidad como quisiera.

“De esta manera podemos entender, que, durante la gradual declinación en la producción hormonal, que se manifiesta en el climaterio y la menopausia, se producen ciertos síntomas físicos y psíquicos, que van disminuyendo la posibilidad de tener y gozar de una intimidad plena”, detalla Rivera.

Una mujer según expertos puede tener una óptima salud genital al llegar su climaterio, pero no necesariamente goza de una sexualidad plena.

Según el Instituto de Ginecología y Obstetricia (Gynenova) de Barcelona, España, la prevalencia de la disfunción sexual en la mujer se estima que puede oscilar entre el 25% y el 63 %, y sólo una tercera parte de ellas, consulta con un especialista. Por ello es necesaria una actitud proactiva del profesional, porque generalmente, la comunicación espontánea por parte de la paciente, es muy baja.

“Tendemos a asociarla con la postmenopausia. De hecho, del 50%-86% de las mujeres tendrán disfunción sexual en la peri y en la postmenopausia, pero en los últimos años se han dado casos de mujeres entre 18-44 años (27%) y entre 45-64 años(45%)”, reconoce el instituto en su sitio oficial.

Que la mujer tenga menos deseo sexual que el hombre, es un mito. “Sí es más fluctuante, dependiendo del estado hormonal y de cuestiones psicosociales como la propia rutina de una relación, el estrés, la falta de satisfacción o comunicación con la pareja, el “aburrimiento sexual”, la pérdida del interés por la pareja, y esto no debe confundirse con la falta de libido.

“Se sabe que el motor del sexo es el cerebro, ligado a emociones. En las relaciones sexuales la satisfacción personal con ellas es más importante que el número de ellas. Hacer comparaciones no sirve, la valoración de la satisfacción personal, es más importante”, detalla Gynenova.

Erotización en la adultez

David Barrios Martínez, médico cirujano, sexólogo y psicoterapeuta mexicano los adultos maduros también disfrutan de la erotización y del placer —que implica el encuentro entre ambos cuerpos—.

Solo que esta noción está llena de estereotipos, tabúes y falacias repetitivas como el hecho de que 'después de los 50 años olvídate del sexo, prescinde de las relaciones sexuales, porque puedes hacer el ridículo…', menciona Barrios.

El profesional agrega que es “cierto que hay una profunda discriminación hacia las personas de la tercera edad; los hombres y mujeres de 50, 60, 70 y de más edad tienen derecho al placer erótico”, subraya.

Insiste en que el erotismo “no envejece y no tiene fecha de caducidad'; el adulto mayor también se enamora, tiene deseos y tiene derecho a fusionar su cuerpo con el de otra persona, y por ende, la edad no elimina el deseo sexual”.

“Lo único que puede haber en contra es que la frecuencia sexual entre un hombre y una mujer disminuya o la lubricación vaginal de las mujeres se vea atenuada por la reducción de los estrógenos y probablemente haya otros cambios relacionados con el orgasmo; sin embargo, esto no debería afectar la actividad sexual”, comenta.

Diagnóstico y tratamientos

Para los expertos de Mayo Clinic, el poco deseo sexual en las mujeres puede ser diagnosticado como un trastorno del deseo sexual hipoactivo, si normalmente la persona no tiene pensamientos ni deseos sexuales, y la ausencia de estos sentimientos puede causar aflicción. Ya sea que este diagnóstico se adecúe a una situación personal o no, el médico puede buscar los motivos por los que ese deseo sexual no es tan alto como la persona quisiera y hallar formas de ayuda.

En ese sentido, los expertos de Mayo Clinic señalan que un asesor especializado o un terapeuta sexual pueden evaluar mejor los factores emocionales y de la relación que pueden disminuir el deseo sexual.

“Hablar con un terapeuta sexual o con un asesor capacitado en abordar temas sexuales puede ayudar con la disminución del deseo sexual. La terapia suele consistir en información sobre la respuesta sexual y técnicas sexuales. Es probable que el terapeuta o asesor recomiende material de lectura o ejercicios para hacer en pareja. El asesoramiento psicológico de pareja que aborda temas de relaciones también puede incrementar sentimientos de intimidad y deseo”, explican en un comunicado de prensa.

Según un estudio publicado en The Journal of Sexual Medicine sobre la correlación entre la falta de deseo y el estrés en el género femenino, de las 10,429 mujeres con baja libido encuestadas, un 27,5% sufría angustia sexual. Asimismo, la insatisfacción con la vida sexual es más frecuente en mujeres con poco deseo y ansiedad (65%) frente a quienes no sufren estas afecciones (20%).

De acuerdo con una publicación del diario El Mundo, la falta de actividad sexual puede conllevar a un aumento del estrés, ansiedad e incluso depresión. Los efectos en el estado de ánimo tienen su razón de ser en la liberación de hormonas que se produce durante el clímax: las endorfinas, hormona de la felicidad; la serotonina, que genera paz y felicidad; la oxitocina, que posee efectos analgésicos; y la dopamina, que causa sensación de placer y relajación.

En ese sentido, Rivera explicó que la vida en pareja y la sexualidad son dos cosas que van de la mano. En las terapias de pareja siempre les digo que el sexo es como la temperatura, tiene sus altas y bajas. “Es difícil encontrar parejas en crisis que disfruten de un sexo fabuloso, sin embargo no es imposible y ante cualquier inquietud es importante que acuda a un médico o especialista en el tema para que logre una vida sexual plena”, dice.

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