Coclé: amo y señor del béisbol de categorías menores

Uno, dos, tres títulos y dos subcampeonatos. El béisbol de Coclé goza de muy buena salud; así lo demuestran sus últimas actuaciones en la categoría menor, donde han sido un dolor de cabeza para sus adversarios.

La liga de Pocrí dio la primera clarinada con el equipo preinfantil, y luego siguió Aguadulce en la infantil e intermedia, todas involucradas en el programa de las Pequeñas Ligas.

Además, suman dos subcampeonatos nacionales en las categorías U12 y U15 de la Federación de Béisbol.

En Coclé trabajan siete franquicias del programa de Pequeñas Ligas (La Pintada, Antón, Penonomé, Natá, Aguadulce, Río Grande y Pocrí), cada una con niños a partir de los 4 y 5 años (prebimbim).

Esto, unido al hecho de que hay más de una veintena de escuelitas o academias, donde se suplen estas organizaciones deportivas.

“Estas son las que mantienen la llama encendida, para que en los últimos años Coclé sea tan exitoso”, dijo el técnico Francisco González, quien ganó el panamericano U10 en 2019.

“Las escuelitas han proliferado mucho en la provincia. Cuando antes había tres o cuatro en Aguadulce, ahora hay cinco o seis; mientras que en Penonomé hay cinco, por ejemplo”, aseveró.

El trabajo en el béisbol pequeño y los títulos no son nada nuevo para la pelota coclesana.

Al decir del expelotero Boris Polanco, las cosas comenzaron a cambiar cuando el instructor Ruperto Cooper inició en los años 90, un trabajo en las categorías más pequeñas.

Polanco es el director del equipo campeón intermedio (Aguadulce), que participará en el Latinoamericano de Pequeñas Ligas, y del subcampeón nacional U15 del torneo que realizó este año la Fedebeis.

“Cooper es el verdadero iniciador de esto. Los frutos de él nunca se vieron porque, de repente, los técnicos que iban (a los nacionales) no sabían manejar las cosas y no finiquitaban el trabajo”, señaló.

Dijo que los campeonatos intermedios y varios segundos lugares entre 1994 y 1996, fueron logrados gracias al trabajo del veterano instructor bocatoreño.

“Después de esa era, llegamos nosotros a cambiar el sistema de trabajo en 2006, la gente lo aceptó y de ahí pa lante no hemos parado”, señaló Polanco.

Es un convencido que la proliferación de escuelitas ha contribuido al trabajo que realizan las franquicias, porque “son los que mantienen activos a los peloteros”.

“Nosotros en la liga nos encargamos de mejorarles el trabajo técnico, porque en las escuelas no pueden darle tanta técnica porque son demasiados”, precisó.

En cuanto a la novena intermedia que acaba de ganar el título, es casi la misma que fue al torneo del año pasado y que en 2020 fue finalista en el preintermedio.

Polanco recordó que estaba trabajando en la categoría intermedia hace dos años, cuando tuvo que sustituir al técnico en el nacional de la categoría inferior.

“Esa vez entrenamos muy poco porque no estaba desde el principio, pero me di cuenta de que se podían alcanzar mayores triunfos, y les di seguimiento”, aseveró.

Para Polanco, una muestra de que el béisbol menor está en su gran momento es la gran actividad que hay todos los fines de semana, y porque ya Aguadulce no es la única que gana títulos.

“Por lo general, siempre las cuatro categorías las ganaba Aguadulce, pero tenemos dos años que no ganamos el preinfantil, ya que en 2021 fue Antón, y este año, las pequeñas ligas de Pocrí”, indicó.

“Acá son siete franquicias y todas hacen el intento por ganar”, matizó.

Explicó que este año se repitió el triplete de títulos de 2017, con la diferencia de que el preinfantil 2022 lo ganó Pocrí, el primer título que obtiene, y que el equipo infantil irá directo a la Serie Mundial de Williamsport.

Para el instructor Francisco González, los equipos a vencer en la provincia coclesana siempre serán los de Aguadulce, por organización, disciplina y grupo técnico.

No obstante, reconoció que otras franquicias, como la de Antón, han ido reduciendo las distancias, conforme pasa el tiempo.

“Antón está creciendo. Antes para los equipos provinciales no aportábamos tantos peloteros, si acaso uno cada cinco años, porque no teníamos una estructura”, explicó.

“No obstante, las cosas han cambiado a partir de 2011, porque se empezó a trabajar con los padres de familia. Recientemente, aportamos cinco peloteros para los nacionales U12 y U15”, añadió.

Sostuvo que así está ocurriendo con otras franquicias, que están subiendo su nivel de competencia y, al final, el producto se ve en los torneos provinciales.

Polanco tuvo la oportunidad de llevar a la representación provincial al nacional U15, en marzo pasado, tras conformar una selección entre los peloteros de todas las franquicias.

“El material estaba gracias al trabajo de las escuelitas y de las pequeñas ligas”, destacó.

Dijo que llamó a los siete presidentes de pequeñas ligas y les pidió que enviaran a todos los peloteros nacidos en el año 2007.

“De allí hicimos una liga selectiva y fuimos recortando hasta que llegamos a la selección”, detalló.

Otro equipo que se vio beneficiado con el trabajo de las escuelas y del programa de Pequeñas Ligas fue el U12, cuando el director hizo la convocatoria.

“Hice un llamado a las siete franquicias y a los niños que nacieron entre 2010 y 2011, y me llegaron 86 jugadores”, señaló Joel Ramos.

“Muchos peloteros llegaron con alguna falla técnica, pero los fuimos corrigiendo y algunos pudieron hacer el equipo, como fue el caso de Manuel Rosales”, explicó.

Ramos, que llevó a la selección al subcampeonato U12, es junto a su hermano Abdiel los responsables de la academia Los Leones de Pocrí, cuyo equipo preinfantil ganó el nacional de las Pequeñas Ligas.

Explicó que la totalidad del preinfantil son de su academia, fruto de cinco años de trabajo. “Ellos son producto del primer semillero que trabajamos, cuando apenas tenían 4 o 5 años”.

“Ha sido un trabajo duro y difícil, pero ya vemos los frutos”, puntualizó.