¿Crimen? ¿Castigo? La saga del Manchester City y el Financial Fair Play

Actualizado
  • 22/05/2019 02:00
Creado
  • 22/05/2019 02:00
Finalizada la investigación de la UEFA sobre supuestas rupturas del Financial Fair Play por el Manchester City, un tribunal superior determinará si suspende al club inglés de la próxima Champions League

Desde marzo pasado, la UEFA ha venido investigando los llamados Football Leaks, documentos publicados el año pasado por el diario alemán Der Spiegel. En estos documentos se mostraba que el Manchester City había engañado a la UEFA al no revelar el ingreso de enormes sumas de dinero a sus arcas, mediante el uso de patrocinadores vinculado al dueño del club, el jeque Sheikh Mansour. De manera falsa, el City habría inflado sus ingresos comerciales, contraviniendo las reglas del Fair Play Financiero de la institución reguladora del fútbol europeo. La suma es exorbitante: se mencionan 2,700 millones de euros.

El City negó cualquier manejo fraudulento, mientras se mostraba oficialmente ‘decepcionado' afirmando que el procedimiento era ‘insatisfactorio, restringido y hostil'.

Sin embargo, la investigación concluyó que existían pruebas suficientes para iniciar un juicio. Ahora, el club del norte de Inglaterra deberá enfrentar un proceso por parte de la mayor oficina encargada de impartir justicia en la propia UEFA: la cámara de adjudicación. El cuerpo investigador sugirió el castigo máximo, es decir suspender al City de la próxima edición de la Champions.

¿Qué pasará ahora? Bueno, pueden hacer sus apuestas, pero por lo general la UEFA es benigna y permisiva con sus miembros, aunque este caso promete un poco más de rigor. La sanción de privar al Manchester City, es de efecto múltiple: económico, deportivo y de honor. Es decir, que el club quedaría privado de los enormes beneficios económicos que vienen con la Champions, se perdería la oportunidad de participar del torneo futbolístico de clubes más atractivo y relevante en el mundo, además de quedar manchado con el estigma del deshonor. La cámara de adjudicación está compuesta por tres miembros: el juez portugués José Narciso da Cunha Rodrigues, el holandés Christiaan Timmermans y el suizo Louis Peila. Los miembros adicionales que podrían participar en el juicio son el inglés Charles Flint y el polaco Adam Giersz, exministro de deportes de su país.

El Fair Play Financiero de la UEFA se estableció para prevenir que los equipos de fútbol profesional gasten más de lo que ganan. Es decir, se busca la autosostenibilidad de los clubes. Además pretende ayudarlos a mantener la salud financiera cara al futuro.

El Manchester City es propiedad, desde 2008, de un miembro de la familia real de Abu Dabi. Desde hace mucho se sospecha de irregularidades financieras en el City, a la par del Paris Saint Germain (otro de los clubes protagónicos en el escándalo de Football Leaks), club cuyo dueño es Qatar Sports Investments, empresa cuyo mayor accionista es Nasser Ghanim Al-Khelaifi.

Según expresan los reglamentos de la UEFA, la cámara de adjudicación podría archivar este caso, descalificar al club de las competiciones europeas, multarlo o tomar otras medidas disciplinarias.

Ahora hay que armarse de paciencia y preferiblemente esperar sentados. Tal vez el veredicto final tome meses en salir. Y, además, no cabe duda que el Manchester City apelará. No sería la primera vez que el TAS (Tribunal de Arbitraje Deportivo, por sus siglas en francés) anule una decisión de los tribunales de la UEFA. No hace falta ir muy lejos. Apenas el año pasado, el TAS anuló la sentencia que la UEFA había impuesto al Milan por romper regulaciones del Finacial Fair Play.

Pero este caso parece diferente. Existen elementos de mayor contundencia que podrían condenar al club del norte de Inglaterra.

Y mientras se prepara el juicio, el City se queja por padecer manías persecutorias del máximo poder del fútbol europeo, y se dispone a recibir el veredicto de la UEFA, que en esta ocasión no parece estar dispuesta a dejarse intimidar por la riqueza inmensa de un club.

Todavía resuenan en las calles de Manchester los gritos entusiastas de los simpatizantes del City; aún no se borran las imágenes del desfile triunfal de este lunes, para celebrar el récord absoluto de los cuatro trofeos locales conseguidos esta temporada. Pero en medio de los festejos efusivos y las declaraciones triunfales, una humillante amenaza, tal vez, deportivamente la mayor, se cierne sobre el poderío futbolero del Manchester City y sus arcas rebosantes.

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