Maracaná, la historia que Brasil quiere olvidar

El Mundial vuelve a Brasil, con el debut del anfitrión hoy frente a Croacia en Sâo Paulo

El diario O Mundo se atrevió a publicar una foto de la selección de Brasil bajo el titular ‘Estos Son Los Campeones Mundiales’, y Angelo Mendes de Moraes, el alcalde de Río de Janeiro, se dirigió a los jugadores para decirles que en unas cuantas horas iban a ser aclamados por millones de sus compatriotas.

A Brasil sólo le bastaba un empate ante Uruguay para conquistar su primer título en una Copa Mundial y tenía la fiesta preparada para hacerlo en el monumental estadio Maracaná, símbolo de un país que quería mostrar su pujanza al planeta en los años posteriores a la Segunda Guerra Mundial.

Pero aquella tarde del 16 de julio de 1950 acabó en pesadilla, cuando los goles de Juan Schiaffino y Alcides Ghiggia le dieron la vuelta al marcador para concretar una impensable consagración uruguaya.

El Mundial vuelve a Brasil, con el debut del anfitrión hoy frente a Croacia en Sâo Paulo.

El técnico brasileño, Luis Felipe Scolari, es parco al respecto y se dice que dentro de la concentración dio la orden de no hablar del ‘Maracanazo’, para no afectar la preparación mental de un plantel de jugadores que, en su mayoría debutará, en un Mundial.

Y aunque aseguran que el fantasma no existe, el recuerdo de la tragedia en ese estadio aún ronda la mente de los brasileños.

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