Qatar 2022, eliminatorias sudamericanas

  • 15/10/2020 00:00
En estos días arrancaron las eliminatorias sudamericanas para el mundial de Qatar que se jugará en un par de años. Aquí analizamos a las diez selecciones que pelearán por cuatro cupos directos (y uno más en modo repechaje) para el próximo mundial. Este análisis toma como base los partidos disputados en las dos primeras fechas clasificatorias, acabaditos de jugar
Brasil
Ya Neymar mostró su recién adquirida madurez con el PSG en la pasada Champions League, en la que fueron subcampeones.

Brasil empezó su recorrido eliminatorio con solidez y contundencia. Dos victorias en las que anotó 9 goles son prueba suficiente. Brasil sabe a lo que juega y lo hace como un bloque solidario, lleno de excelentes individualidades.

Las encabeza Neymar, estrella indiscutible de este equipo. Ya Neymar mostró su recién adquirida madurez con el PSG en la pasada Champions League, en la que fueron subcampeones. En estos partidos eliminatorios se vio a un Neymar más responsable y participativo, menos individualista e histriónico. Pero Brasil no juega para él. Juega con él. Y los resultados lo demuestran.

Desde 2016, Tite entrena a esta selección. Lúcido estratega y gran motivador, Tite ha incorporado una variante táctica en estas eliminatorias. En lugar del clásico y elástico 4-3-3, ha impuesto un 4-2-3-1, con Casemiro y Douglas Luiz como pivotes en el mediocampo, y delante de ellos la amenazante presencia de Coutinho, Neymar, Everton (o Richarlison) y Roberto Firmino.

Un arranque sólido y promete mucho más.

Argentina

También ganó sus dos primeros partidos. Eso sí, más apretadamente y con mayores dificultades que los brasileños. Un triunfo por la mínima frente a Ecuador en La Bombonera y una meritoria victoria viniendo de atrás en la siempre temida altura de La Paz. Argentina mejoró en el segundo partido, desarrollando mayor movilidad en el mediocampo y cierta estabilidad bajo el mando de Lionel Scaloni. Pero aún le queda mucho por mejorar. Hoy, Argentina es Messi y un buen recambio generacional, que hace rato era necesario. Ocampos, Lautaro y Paredes destacaron y demostraron que Argentina puede tener éxito, sin una dependencia enfermiza del extraordinario jugador del Barcelona. Fue como ver cierta saludable oxigenación mental en los albicelestes, que no buscaban al astro en cada segundo del partido.

El entrenador Lionel Scaloni llegó como provisional luego del período comandado por Sampaoli, pero se ha quedado como permanente para estas eliminatorias. Y si bien Argentina tiene que ajustar algunos puntos, su inicio en la eliminatoria contiene promesas.

El esquema de juego de Scaloni es bastante claro, pero con un espacio de flexibilidad que le permite ciertas modificaciones puntuales. Su estilo goza de mayor verticalidad y si bien no es excesivamente vistoso, apuesta por una eficacia muy competitiva.

Uruguay

El equipo uruguayo empezó estas eliminatorias de modo muy decepcionante. Su victoria inaugural sobre Chile estuvo marcada por el escándalo arbitral, y en su segunda presentación cayó goleado en Ecuador de manera inmisericorde. Fue extraño pues el Maestro Tabárez sigue en las riendas del equipo, y la lista de talentos individuales suena muy convincente. Junto a veteranos ilustres como Luis Suárez o Godín, despuntan jugadores de gran capacidad como Valverde, Jiménez y Betancur, todos jugadores de grandes equipos europeos. Cuando uno piensa en este Uruguay, surge de inmediato la palabra homogeneidad, el concepto bloque. En los dos primeros partidos, ni Suárez ni Godín parecieron estar en sus mejores condiciones. Quizá la veteranía, las mil batallas han empezado a jugar en su contra. La verdad, en los dos primeros partidos clasificatorios, el bloque no funcionó bien. Sin embargo, la confianza en Tabárez (que está dirigiendo a la celeste en su quinta eliminatoria a un mundial) es absoluta.

El poderío uruguayo está en la solidez de su mediocampo, la seguridad de su defensa y el oportunismo de su ataque. Si evaluamos la lista de jugadores y la experiencia de Tabárez, se puede confiar plenamente en la clasificación al próximo mundial. No importa que los primeros pasos hayan sido algo temblorosos.

Colombia

Colombia arrancó con buen pie en la ruta que, de ser exitosa, lo llevaría a su tercer mundial consecutivo. En sus dos primeros partidos obtuvieron resultados positivos. Goleada sobre Venezuela y empate en Santiago de Chile.

Su entrenador, el portugués Carlos Queiroz es un tipo serio, intenso, concentrado y detallista. Juegan con un 4-3-3 de cierta verticalidad, que busca llegar sin demora al arco contrario. Con inteligencia, Queiroz ha situado a James en la banda derecha, en idéntica posición y función que el zurdo talentoso tiene en su club, el Everton de Inglaterra. De este modo Queiroz aprovecha el excelente momento de James, sin intentar inventos audaces o buscarle la quinta pata al gato. Este pragmatismo ya ha dado resultados, permitiendo que Colombia coseche 4 puntos en sus dos primeros partidos y dejando de paso muy buenas sensaciones.

Perú

La veteranía en el ataque es uno de los principales problemas del Perú. Su gran referente, Paolo Guerrero, tiene 36 años y para colmo está lesionado. Su otra estrella en el ataque, Jefferson Farfán tiene 35. La nota positiva es que en estos dos primeros partidos de la eliminatoria, André Carrillo ya anotó 3 goles de alivio.

Entrenado por el argentino Ricardo Gareca, este Perú tiene muchos vínculos de estilo con el seleccionado que participó en el mundial de Rusia. Su estructura es prácticamente la misma, con algunas puntuales variaciones que obedecen al rival con el que se estén enfrentando.

Gareca, que tiene un gran respeto en el Perú, luego de llevarlos al mundial 2018 y quedar subcampeones en la más reciente Copa América, está apostando por un 4-3-3 en este inicio. Sus tres mediocampistas son polivalentes y pueden desdoblarse en defensa y en ataque.

En Paraguay, Perú obtuvo un punto en un partido de vaivenes frente a una selección local algo rústica. El segundo partido los enfrentó a Brasil en Lima, en lo que resultaría una clara victoria brasileña. Sin embargo, Perú tiene la base suficiente como para ser considerado un sólido candidato a clasificar para Qatar 22.

Chile

La falta de recambio en la selección chilena augura dificultades y complicaciones. Los pronósticos venían muy obscuros, pero Chile inició la eliminatoria con algunas sensaciones positivas. Sobre todo frente a Uruguay, contra quien perdió en gran medida gracias al desastroso desempeño del árbitro, apoyado en la delirante y torpe actuación de sus colegas del VAR.

Al no tener suficientes piezas de recambio, la Roja sigue apoyándose en sus estrellas veteranas. Vidal, Alexis, Medel, Bravo, encabezan un equipo con opciones muy inciertas.

Su nuevo entrenador, el colombiano Reinaldo Rueda llegó con expectativas gracias a sus previas experiencias mundialistas con Honduras y Ecuador. Pero todavía está muy lejos de haber encontrado el funcionamiento del equipo. Parece sumergido en una fase de ensayo y error, mientras trata de encontrar la fisonomía definitiva de su equipo. A Chile le queda un largo camino, sembrado de incertidumbres.

Paraguay

Pasaron dos mundiales sin asistencia paraguaya. Y en este inicio de eliminatoria, cuando muy pocos, poquísimos, daban un real por el equipo paraguayo, han logrado arrancar invictos en dos partidos. Un empate de local ante la selección peruana y un triunfo de visitante frente a la muy desarticulada selección de Venezuela.

No sobran talentos en Paraguay. Muy por encima de todos, destaca el creativo Miguel Almirón que juega en el Newcastle de Inglaterra. En Paraguay es el líder. El que aporta mayores dosis de generación de fútbol. Claro, le falta buena compañía. Además, su entrenador, el argentino Eduardo Berizzo, no ha resultado excesivamente convincente. Su desempeño irregular en la anterior Copa América y la pobreza de juego en los amistosos más recientes, lo ha dejado en el ojo del huracán. Sin embargo, los cuatro puntos conseguidos en el inicio de las eliminatorias significan un respiro. Esta selección paraguaya mantiene su ya emblemática solidez defensiva, en la que apoya todo su juego. En eso y en el fluido talento de Almirón. Sin embargo, se nota un equipo poco conectado, de una fluidez muy limitada.

Ecuador

Pese a estar atravesando una etapa muy crítica a nivel institucional, Ecuador no inició nada mal su recorrido eliminatorio. Desde la pésima Copa América anterior, Ecuador cambió hasta tres veces de entrenador. El actual, el argentino Gustavo Alfaro, tampoco goza de excesiva popularidad o respaldo. Sus excesos defensivos y su incandescente personalidad, no han ayudado mucho a la conexión con la hinchada ecuatoriana.

La principal referencia en la cancha es el delantero Enner Valencia que se desempeña en el Fenerbahce de Turquía. Junto a él, destaca el potente carrilero zurdo Pervis Estupiñán, jugador del Villarreal de España.

La selección ecuatoriana refleja fielmente las ideas tácticas de Alfaro, siempre más preocupado en defender que en atacar. Aún así, logró golear a Uruguay aprovechando veloces desplazamientos y contraataques que le dieron la victoria. Ecuador supo aprovechar su velocidad y llegadas sorpresivas para dominar a un Uruguay desconocido. Si continúa aprovechando estas virtudes, podría convertirse en una amenaza durante las eliminatorias.

Bolivia

Desde 1994, Bolivia no asiste a un mundial. Y se ve muy difícil que esa racha negativa pueda interrumpirse en esta eliminatoria. Es cierto que arrancó contra Brasil y Argentina, las dos máximas potencias. Pero su desempeño en la cancha resultó flojo y errático, carente de identidad y con graves limitaciones de talento.

En esta ocasión los dirige César Farías, el venezolano que a base de entusiasmo competitivo y un fútbol sencillo pero pragmático, tratará de devolver a Bolivia a las justas mundialistas. Una misión que hoy parece casi imposible.

Venezuela

Venezuela ha iniciado la eliminatoria con el sueño intacto de llegar por primera vez a un mundial, una meta que se ve más que difícil. Si bien tiene jugadores de talento, como Salomón Rondón (que no jugó en estas dos primeras fechas) no parece tener fuerzas suficientes como para asaltar la eliminatoria. Dos derrotas (Colombia y Paraguay) lo han dejado con cero puntos. La falta de identidad sobre la cancha no augura un porvenir brillante. Su entrenador, el portugués José Peseiro, no parece haber tenido el tiempo suficiente para desarrollar un vínculo eficaz con los jugadores, o una idea de juego que los represente y extraiga sus mayores capacidades. Se ve un panorama muy difícil para Venezuela, que deberá apostar a su velocidad por las puntas para intentar mejorar su pobre desempeño y resultados.

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