Equidad: motor para el desarrollo de la agricultura familiar

Actualizado
  • 07/11/2016 01:00
Creado
  • 07/11/2016 01:00
Las brechas de género perjudican el rendimiento del sector agrícola. Empoderar a la mujer rural es vital para erradicar el hambre y la pobreza

Si las mujeres pudieran acceder en igualdad de condiciones a insumos productivos como semillas mejoradas y fertilizantes, la producción de sus campos aumentaría entre un 20% y un 30%. La equidad de género es la gran asignación pendiente que tiene América Latina y el Caribe.

El dato, citado por el director general del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), Víctor M. Villalobos, durante el Seminario Internacional: ‘Las Mujeres rurales pilar fundamental en el desarrollo y sostenibilidad de la agricultura familiar', realizado la semana pasada en Costa Rica, tiene otras dos implicaciones transcendentales: significaría un aumento en la producción agrícola total hasta en un 4% en los países en desarrollo y una reducción de personas que padecen hambre en el mundo de entre 100 y 150 millones.

El encuentro, realizado con apoyo del IICA, contó con la participación de la primera dama de Costa Rica, Mercedes Peñas Domingo y Carmen Moreno Toscano, secretaria ejecutiva de la Comisión Interamericana de Mujeres (CIM) de la Organización de los Estados Americanos (OEA).

‘El desarrollo es la suma de muchos factores, por eso es fundamental contar con una mirada amplia y multisectorial, no podemos seguir trabajando con una visión centralista donde se concentran los recursos en el gobierno central, las mujeres tienen que ser partícipes de su desarrollo y de la toma de decisiones que les atañen', aseguró Peñas Domingo.

En tanto, Moreno Toscano considera que ‘a 20 años de la adopción de diferentes acuerdos e importantes avances en este ámbito, la armonización de las legislaciones nacionales con el marco jurídico internacional sigue siendo incompleta, las garantías constitucionales de igualdad no se reflejan aún en la vida cotidiana de millones de mujeres de la región'.

La secretaria ejecutiva de la CIM argumentó además, que aunque las mujeres representan alrededor del 50% de la fuerza formal de producción de alimentos en el mundo, son colaboradoras fundamentales en las economías mundiales y juegan un papel clave para lograr avances en materia ambiental y social, siguen afrontando una serie de desafíos que las limitan.

Falta de acceso a la tierra, a créditos que las excluye de contar con recursos productivos o de préstamos para financiar sus emprendimientos, a servicios de salud, educación, vivienda, entre otros, son solo una pincelada de la realidad que enfrentan las mujeres rurales en la mayoría de países de América Latina y el Caribe.

‘Esas brechas de género perjudican el rendimiento del sector agrícola, la seguridad alimentaria y nutricional, el crecimiento económico y el desarrollo en general. Empoderar a las mujeres rurales es vital para erradicar el hambre y la pobreza, se requiere dar énfasis al desarrollo de políticas para avanzar en el empoderamiento de la mujer rural como elemento clave para la construcción de una sociedad inclusiva y sostenible en la región', añadió Toscano.

EXPLOTACIÓN AGRÍCOLA

Las mujeres deberían tener más acceso.

En América Latina y el Caribe, alrededor de 16.5 millones de explotaciones pertenecen a agricultores familiares, que agrupan a una población de alrededor de 60 millones de personas. Del total de explotaciones, un 17.8% son manejadas por mujeres.

El seminario facilitó la discusión sobre políticas diferenciadas e institucionales para el desarrollo de esta actividad económica, así como la discusión sobre el aporte de las contribuciones a procesos en marcha, como planes coordinados por instancias multilaterales.

‘Las mujeres no son una población vulnerable que tenemos que ayudar, no, son parte de las respuestas y la solución que estamos buscando para impulsar el mundo rural', dijo Glayson Ferrari, gerente de Programas, División de América Latina y el Caribe del Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA).

‘Es imperativo realizar transformaciones en estructuras, procesos y políticas que abran más oportunidades para las mujeres', dijo el director general del IICA, quien además hizo una invitación a Peñas para impulsar una agenda hemisférica de cooperación técnica en el tema de género y agricultura.

Durante la semana también se realizará un foro internacional —con la participación de reconocidos académicos y expertos de organismos internacionales— y un encuentro entre comités nacionales y regionales de agricultura familiar de Centroamérica, República Dominicana y México.

PROMOVER EL DESARROLLO

La agricultura familiar es un modo de vida que respeta el ambiente, resguarda la biodiversidad, protege tradiciones culturales y promueve el desarrollo territorial.

Su desarrollo implica un aumento en la oferta de alimentos y la consecuente reducción de los índices de desempleo, pobreza y desnutrición de la población más vulnerable de las zonas rurales.

En América Latina y el Caribe, alrededor de 16.5 millones de explotaciones pertenecen a agricultores familiares, que agrupan a una población de alrededor de 60 millones de personas. Del total de explotaciones, un 17.8% son manejadas por mujeres.

Las mujeres rurales son responsables de más de la mitad de la producción de alimentos a nivel mundial, desempeñan un papel importante en la preservación de la biodiversidad a través de la conservación de las semillas, también en la recuperación de prácticas agroecológicas y en la garantía de la soberanía y seguridad alimentaria.

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