Ajuste al salario mínimo, ¿petición o reacción a mercados eficientes?

Actualizado
  • 03/01/2018 01:00
Creado
  • 03/01/2018 01:00
En la actualidad, el salario mínimo ha sido adoptado por diversas economías que al mismo tiempo consideran necesario la revisión y aplicación de ajustes a las tasas salariales.

El salario mínimo es una medida de protección al trabajador establecida aproximadamente en 1938 en Estados Unidos con el objetivo de incrementar la remuneración, promover la inclusión social y evitar la explotación de los trabajadores clasificados en el rango bajo de distribución de riquezas.

A pesar de que esta medida ofrece un grado de seguridad, es muy común que los receptores del salario mínimo en diversas economías consideren que no es suficiente para gozar del nivel de calidad de vida deseado.

En un mundo perfecto, lo ideal sería el establecimiento de un salario digno que considere la situación particular de los receptores, pero esto es irreal porque otros factores más allá de los deseos personales juegan un papel en la determinación del salario mínimo.

Estudios académicos reportan que el salario mínimo debe estar alineado a las necesidades básicas más no debe confundirse con el término salario digno, dado que la situación particular de una persona implica más que sus gastos esenciales relacionados con la canasta básica, residencia y vestimenta.

Debemos estar claros que más que una petición, la revisión y ajuste salarial están positivamente relacionados con la economía y las fuerzas del mercado. Por ende, no podemos obviar que la oferta y la demanda laboral también juegan un papel clave en la revisión y el cálculo del ajuste.

Aclarar el objetivo y de qué manera se establece, revisa y ajusta el salario mínimo es trascendental para evitar caer en una discusión incesante sobre cual es el correcto salario de equilibrio que permita a una persona cubrir sus gastos esenciales, se disminuya los niveles de pobreza y las firmas acepten las políticas laborales sin tener que recurrir a recortes de personal, recorte de horas laborales o al alza excesiva de precios al consumidor.

Para disminuir la inconformidad que existe por parte de los receptores del salario mínimo, un gobierno debería considerar otras medidas que ayuden a la población a aumentar su capacidad de nivel adquisitivo como lo es una mejora del sistema educativo que permita a nuestra sociedad ocupar plazas de trabajo decentes.

La Organización Internacional de Trabajo (OIT) define como trabajo decente la oportunidad de llevar a cabo actividades productivas y de calidad que otorgan una remuneración aceptable a los niveles de vida.

La teoría económica del salario eficiente corrobora que las habilidades y conocimientos son factores que inciden en la capacidad de una persona para percibir un salario por encima del salario mínimo. Dicha teoría afirma que la remuneración por arriba del salario mínimo incrementa productividad del personal, por lo cual una empresa debería percibir un ingreso mayor que le otorgaría la capacidad para cubrir el incremento de gastos en concepto de salario.

En la actualidad, el salario mínimo ha sido adoptado por diversas economías que al mismo tiempo consideran necesario la revisión y aplicación de ajustes a las tasas salariales.

En Panamá, el salario mínimo debe ser revisado cada dos años según lo indica así el artículo N°174 del Código de Trabajo.

Recientemente, las tasas salariales del mercado laboral panameño han sido ajustadas para el período 2018 mediante Decreto N°.75 del 26 de diciembre de 2017. Los ajustes oscilan entre el 4.5% y el 6.5%, no obstante, los receptores del salario mínimo han expresado su inconformidad con el aumento haciendo énfasis en que el ajuste no contempla la pérdida de poder adquisitivo y que la canasta básica cada día es más costosa.

Por otro lado, las empresas apoyan un incremento conservador ya que consideran que el incremento excesivo del salario mínimo podría conllevar al aumento de desempleo en el país. Panamá no es el único país donde se reporta inconformidad del ajuste al salario mínimo por parte de receptores y empresas, otras economías avanzadas como Estados Unidos también se han visto en la necesidad de responder a los receptores y al sector privado haciendo énfasis en que el salario mínimo tiene consecuencias tanto positivas como negativas.

Pero estas discrepancias probablemente son el resultado de la falta de comprensión del concepto de salario mínimo. Mientras unos lo definen como la solución a la desigualdad en una sociedad otros lo aplican como la ventaja de bajo costo de personal.

Ni una idea ni la otra son completamente correctas.

Educarnos y buscar alternativas que favorezcan de manera positiva al mercado laboral debe ser una prioridad, de lo contrario viviremos en el mismo escenario de discrepancias para final del período 2019 cuando las tasas salariales sean nuevamente revisadas y ajustadas.

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