‘Que viene el lobo': las reformas del sistema de pensiones

Actualizado
  • 21/08/2018 02:04
Creado
  • 21/08/2018 02:04
Los dos principales programas de la Caja de Seguro Social entrarán en crisis en 2025, según el último informe actuarial que data de 2015

Tic tac tic tac.

El reloj sigue corriendo y se acerca el momento en que los problemas corrientes de la Caja de Seguro Social se unan a los de largo plazo.

Mal servicio de salud. Desfalcos. Gastos excesivos. En el año 2020, estas dificultades empezarán a parecer cada vez más inocentes.

Lo dice el Fondo Monetario Internacional: las pensiones de la Caja de Seguro Social están en peligro. Los dos subsistemas.

Si todo sigue como está, el subsistema llamado Sistema Exclusivo de Beneficio Definido o SEBD –de todos aquellos que empezaron a trabajar antes del 2008 y que contiene a dos tercios de los asegurados- entrará en déficit para el año 2020. A partir de allí se tendrían que usar las reservas; pero estas se agotarían en el 2035.

Las pensiones del otro subsistema, llamado ‘mixto' o Subsistema de Beneficio Definido (DBM), establecido por la reforma de 2005, e integrado por quienes empezaron a trabajar después del 2008, estarán seguras hasta el año 2055.

Se requieren reformas para ambos subsistemas, un tema que el presidente Juan Carlos Varela no se atrevió a tocar.

SUBSISTEMAS

La división del sistema de pensiones fue establecida por la Ley 51 de 2005, durante la presidencia de Martín Torrijos, ante el inminente colapso del programa, causado por lo que el FMI considera un sistema ‘desproporcionadamente generoso' en comparación a las cuotas que aportan sus afiliados.

El primer subsistema, el SEBD seguiría funcionando de acuerdo con el viejo esquema ‘solidario', en el que las jubilaciones son pagadas con los aportes de las generaciones siguientes.

‘CUANDO EL PRESIDENTE MARTÍN TORRIJOS IMPLEMENTÓ LAS REFORMAS, LAS HUELGAS Y PROTESTAS FUERON TAN FUERTES QUE CASI LE CUESTAN LA PRESIDENCIA',

N. ARDITO BARLETTA

EXPRESIDENTE DE LA REPÚBLICA

El problema es que los últimos contribuyentes de este sistema piramidal habrían entrado a cotizar en el año 2009.

A falta de relevo generacional, el subsistema iría recibiendo cada vez menos contribuciones hasta entrar en déficit. Al momento de la reforma, se preveía que este aparecería para el año 2016, pero debido al crecimiento del PIB por encima de lo planificado y la consiguiente disminución de las tasas de desempleo, el problema se ha ido aplazando. Ahora se prevé que el déficit empezará a darse en el año 2020.

Pasados 20 años de la entrada al sistema de los últimos cotizantes, en el 2027, el subsistema no recibiría ningún ingreso de contribuciones o cuotas. Pero, según cálculos actuariales, los pensionados vivirían todavía hasta poco más de 2060, por lo que las obligaciones de la CSS continuarían.

El otro subsistema, el Mixto, está formado por quienes al momento de la reforma tenían menos de 35 años –o hubieran empezado a cotizar en el año 2008- y funciona de una forma diferente. No depende de los aportes de las nuevas generaciones porque cada cotizante se jubila con lo que se acumuló en su propia cuenta.

Este subsistema tendrá un respiro por los próximos 15 años, por lo que los fondos podrán irse capitalizando mientras que no se empiecen a pagar ni invalidez ni pensiones a los sobrevivientes.

Pero este subsistema tampoco está necesariamente a salvo. Los compromisos para con los cotizantes crecen a una tasa más alta que las reservas del subsistema, un problema que se disfraza con las prácticas contables usadas en los sistemas de seguridad social: los ingresos y reservas son presentados al completo, pero el valor de las pensiones obligatorias generadas por virtud de las mismas contribuciones está ausente de los estados financieros.

Las reservas del sistema mixto alcanzarían su pico en el año 2055, cuando tendrían un valor similar al 14% del PIB. Pero, sin una reforma adicional, estas reservas se habrán agotado al llegar el esquema a su madurez.

Se trata de un problema distante, pero es un hecho que este subsistema es igualmente insostenible.

La ley hace imposible que los dos subsistemas puedan subsidiarse el uno al otro.

FIDEICOMISO

¿A quién le corresponde compensar el déficit? No hay un compromiso claro de que el Estado lo vaya a hacer, asegura el economista y ex director de la CSS del Seguro Social, Juan Jované.

De hecho, fuera de determinados subsidios, el gobierno no tiene responsabilidad legal por la solvencia o liquidez de la CSS.

Los autores de la reforma de 2005, conscientes del problema que se avecinaba, establecieron la creación de un fideicomiso en el Banco Nacional de Panamá para apuntalar el programa.

El compromiso era que entre los años entre 2007 y 2009, el gobierno colocaría $75 millones por año en el banco. Entre el 2010 y el 2012, $100 millones cada año. Entre el 2013 y el 2060, $140 millones cada año.

Esto podrá parecer mucho dinero, pero no será suficiente para subsanar los costos del sistema de pensiones. Para Juan Jované, lo que hace falta es un 1% del PIB.

REFORMAS DE MARTÍN TORRIJOS

Las reformas que se hicieron durante la presidencia de Martín Torrijos solo eran buenas hasta ahora', señala el expresidente de la República Nicolás Ardito Barletta, consultado también para este artículo.

Según el expresidente, es el momento de empezar a pensar qué hacer, pero habría que analizarlo también en sus repercusiones políticas, pues ‘se trata de un problema explosivo'.

‘Cuando el presidente Martín Torrijos implementó las reformas, las huelgas y protestas fueron tan fuertes que casi le cuestan la presidencia', recuerda.

Aunque para solucionar este problema se requieren sacrificios, para Ardito Barletta se pueden explorar varias opciones que hagan estos más digeribles a la población panameña.

Según las recomendaciones del Fondo Monetario Internacional, la medida inicial sería aumentar la edad de jubilación, que actualmente es de 58 años para las mujeres y 62 para los hombres.

Pero el expresidente considera que antes de elevar la edad de jubilación, debe buscarse cómo aumentar el rendimiento de los fondos del Seguro Social.

Actualmente, la ley obliga a que los fondos del Seguro Social sean depositados en el Banco Nacional, donde reciben una tasa de interés del 2%.

Ardito Barletta recomienda explorar una serie de opciones, como por ejemplo: volver al programa de hipotecas que se mantenía en las décadas del 70 y 80. Estas le daban a los fondos de la CSS un rendimiento de alrededor del 7%, mucho más que lo que reciben actualmente.

Como esta, dice el expresidente, existen muchas posibles inversiones que podrían hasta triplicar el rendimiento actual de 2%.

Por otra parte, Ardito Barletta avala la recomendación del PNUD de que se establezca un equipo de técnicos que vaya estudiando el problema para que el gobierno próximo tenga ya una base para aprobar las reformas.

DIÁLOGO NACIONAL

‘Cuando AL ASALARIADO LE VA BIEN A LA CSS LE VA BIEN, PERO EN ESTE PAÍS AL ASALARIADO NO LE VA BIEN"

JUAN JOVANÉ

EX DIRECTOR DE LA CSS

Pero el profesor Juan Jované ve el asunto desde una perspectiva menos técnica. Para él, los problemas de la Caja de Seguro Social están muy ligados al modelo de país que tenemos los panameños.

‘Los problemas de la seguridad social van de la mano de las condiciones de los asalariados. Cuando a los asalariados les va bien, al sistema de seguridad social le va bien; pero en este país a los trabajadores no les va bien', asegura el también excandidato a la presidencia de la República.

El profesor Jované trae a colación algunas estadísticas: en el año 2000, los salarios de los trabajadores panameños constituían un 37% del PIB, pero en el año 2018, la suma de estos ha bajado hasta el 25%. Esto ratifica las quejas de los consumidores que aducen no haber sido beneficiados con la supuesta prosperidad que tuvo el país durante la última década, con tasas de crecimiento mayores al 6% y una de las tasas de desempleo más bajas de América Latina.

Para Jované, la solución es que el país inicie un diálogo nacional, sobre temas de futuro: qué tipo de país queremos tener, uno solidario o uno individualista donde los riesgos y problemas son de cada cual; un país que siga funcionando como un paraíso fiscal para los más ricos o uno donde las riquezas se redistribuyen hacia los sectores menos favorecidos.

Hace falta tomar decisiones difíciles. Pero en la experiencia de Jované, las soluciones impuestas no funcionan. Y nos presenta el ejemplo de Nicaragua, donde recientemente, y siguiendo las recomendaciones del FMI, el gobierno de Daniel Ortega decidió que la solución a los problemas de pensiones era poner impuestos a los pensionados.

‘Eso lo que hizo fue crear un caos social', dice el economista.

Por eso, se refuerza su posición: el país debe entrar en un diálogo. Este debió haber empezado hace años.

Lo Nuevo
comments powered by Disqus