Productores buscan posicionar a la caña paraguaya como un "ron prémium"

Actualizado
  • 18/05/2019 20:15
Creado
  • 18/05/2019 20:15
Entre las plantaciones de caña de azúcar comienza la "Ruta de la Caña", una introducción del visitante en la historia y el proceso productivo de la caña paraguaya

A través de una ruta turística que conecta la producción de la caña paraguaya con la historia del país, los productores de esa tradicional bebida pretenden darle proyección y posicionarla cualitativamente frente a otras bebidas alcohólicas derivadas de la caña de azúcar como el ron caribeño o la cachaza.

En los cañaverales de Takuare'e, en el departamento de Cordillera (centro) se encuentra el origen de esa bebida que, aunque tradicional y demandada en el exterior por su calidad, resulta muy poco "valorada" en Paraguay, según confesó a Efe María González la representante de una de las empresas productoras, Fortín.

Entre las plantaciones de caña de azúcar comienza la "Ruta de la Caña", una introducción del visitante en la historia y el proceso productivo de la caña paraguaya, una bebida que resulta de la fermentación de la "miel virgen" extraída de la planta, y que fue descubierta por los Jesuitas que evangelizaron el país como forma de conservación.

González especificó que, en cambio la materia de la que parte el ron caribeño es la "melaza", que es un "subproducto" compuesto por el azúcar no extraído de la caña en el proceso de producción del mismo.

La elaboración del azúcar implica la utilización de productos químicos "que se arrastran" con la melaza, mientras que la caña plantada para el producto paraguayo, solo se utiliza con ese fin.

Por su parte, la cachaza, otra bebida derivada de la caña de azúcar no se extrae de la miel, sino del mosto obtenido mediante el aplastamiento de la caña en "trapiches", aparatos visibles en la suerte de museo instalado en el cañaveral, en el que el visitante puede observar y probar los diferentes métodos de elaboración.

Pese a la mayor calidad de la caña paraguaya, su desconocimiento hace que deba ser vendida en el exterior como un "ron prémium", aunque los productores negocian con la Dirección Nacional de Propiedad Intelectual (Dinapi) para que les otorgue una denominación de origen que les permita exportar la caña paraguaya como tal.

González reconoció que el desconocimiento de la caña paraguaya se debe a un "fallo de comunicación" que ha permitido que el ron caribeño sea el más conocido en el mundo.

Una vez extraída la miel, que la mayor altitud y humedad de la zona de Cordillera aumentan su calidad, ésta pasa a fermentar, primero en unas gigantescas pailas y después en barricas o "pipones" de madera o metal, según el resultado que se quiera conseguir.

En las instalaciones de Fortín, la caña paraguaya destinada al mercado interior es "añejada en pipones de madera de incienso" de entre 30.000 y 35.000 litros cada una, durante unos 9 o 12 meses.

En cambio, el producto de mayor calidad que se exporta, principalmente a países de Europa, envejece durante años en barricas de roble, previamente tostado en diferentes grados según el sabor que se quiera lograr.

La porosidad de la madera, explicó González, permite que entre el oxígeno a la vez que se expulsan los gases nocivos que genera el alcohol.

Una parte de la producción permanece en gigantescos barriles de acero inoxidable, que dan lugar a la caña "orgánica", ya que no se adereza con los sabores de la madera.

El recorrido incluye también una visita inicial a la histórica localidad de Piribebuy, también llamada "ciudad heroica" por la resistencia que opuso a los ejércitos invasores en la Guerra de la Triple Alianza (1864-1870).

Allí la comitiva turística se detiene en el Santuario Nacional y en el modesto Museo Histórico de la ciudad, escenarios de la batalla.

Más allá de los variados objetos e imágenes bélicas que guarda ese museo en proceso de restauración, el interés del mismo reside en el relato del historiador local Miguel Ángel Romero.

El historiador relató como el 12 de agosto de 1869, unos 20.000 soldados aliados (brasileños, argentinos y uruguayos) masacraron a los escasos 1.600 paraguayos guarnecidos en la ciudad y de los que solo sobrevivieron una veintena.

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