Miles de feligreses celebraron este lunes el Día de los Reyes Magos en Bolivia con la costumbre religiosa de llevar las imágenes del Niño Jesús a los templos...
- 04/04/2009 02:00
- 04/04/2009 02:00
PANAMÁ. La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) advirtió que la crisis económica global “es la más severa desde la depresión de los años 30”, pero además prevé que el impacto en los países de América Latina será “fuerte y negativo”.
Nada más lejos de la realidad. Panamá, que pasó de una proyección de crecimiento de un 7% en septiembre de 2008, a un 3.2% en 2009, ya está sintiendo los embates de la crisis, reconoce el ex ministro de Planificación y Política Económica, Guillermo Chapman.
Pero Chapman fue más allá y agregó que la crisis ha comenzado a afectar las exportaciones de servicios como el Canal de Panamá, el turismo, así como el movimiento de contenedores.
En otras palabras, esto significa una caída en el crecimiento del ingreso per cápita, que según el experto, será al menos un 1%.
Con este panorama la deducción es simple: mientras haya menos ingreso por persona, habrá menos dinero para gastar. Y en los primeros dos meses de 2009 eso fue lo que ocurrió.
De acuerdo con la Cámara de Comercio, Industrias y Agricultura, el Índice de Confianza de los Consumidores Panameños (ICCP), para el mes de enero fue de 114.5 puntos. Es decir, mostró una disminución de 2.9 puntos si lo comparamos con los resultados del mes de diciembre, cuando se registró 117.4 puntos.
Sin embargo, el ICCP se mantiene por encima del punto crítico 100, lo cual indica “confianza” por parte del cosumidor panameño.
Esta “confianza”, según el gerente general de GFK The Marketing Group, Domingo Barrios, se reflejó como producto de las fiestas navideñas y comienzo del verano, además de los ingresos percibidos durante este período.
Por ello, las expectativas de los consumidores sobre la situación económica de su hogar para los próximos doce meses se incrementó 2.4 puntos, pasando de 118.4 puntos en diciembre a 120.8 en enero.
Pero las perspectivas sobre la situación económica general del país para los próximos doce meses presentaron una disminución de 1.7 puntos en comparación a los resultados de diciembre, cuando pasó de 131.7 puntos a 130 puntos en enero.
Pese a que el ICCP disminuyó 2.9 puntos, el índice demostró también que las perspectivas sobre el ahorro para los próximos meses bajan 4.2 puntos, ya que el índice pasó de 113.6 puntos en diciembre a 109.4 puntos en el mes de enero.
Este resultado indica que existe una percepción no muy buena sobre la capacidad de ahorro de los consumidores.
Aunque los expertos prevén que en el país no se darán escenarios tan “dramáticos” debido a la crisis, como en Estados Unidos, Europa y Asia, donde el consumo general —sobre todo en entretenimiento y compras- ha tocado fondo— lo cierto es que en lo que va del año en Panamá comienza a registrarse un cambio de actitud, sobre todo respecto al consumo en compras y diversión.
El gerente general de la discoteca Prive, Oved Mizrachi, dice que hoy día el panameño ya no gasta desmesuradamente en tragos que cuestan entre 5 y 6 dólares como antes, “ahora cuenta hasta los centavos en el bolsillo”.
Para Mizrachi, esta actitud ha significado para su negocio, en lo que va del año, una reducción de un 80% en el consumo local, cuando hasta diciembre de 2008 registraba un incremento de un 50%. Por ello, el empresario prevé que en el 2009 tendrá una reducción total de un 20% en el cosumo general.
Las discotecas como Prive, según Mizrachi, se están “sosteniendo” gracias al consumo extranjero.
Aunque Mizrachi prefirió reservarse nombres, dice que en el “entorno” hay empresarios que están contemplando la posibilidad de cerrar sus negocios debido a la situación.
Pero si los tiempos no son muy halagüeños para los negocios nocturnos, los centros comerciales tampoco se encuentran en la “época de las vacas gordas”, dijo un empresario que prefirió el anonimato a la vez que aseguró que las ventas de muchos de estos comercios como los de Mutiplaza Pacific, han caído hasta un 50% en lo que va del año.
Al parecer, la atmósfera “optimista” que se respiraba en el país —como si Panamá fuera inmune a la crisis—, ha cambiado: ahora prevalece el comportamiento cauteloso.