Alejandro Giammattei: 'Se debe aumentar la presión contra el régimen de Maduro'

Actualizado
  • 13/10/2019 00:00
Creado
  • 13/10/2019 00:00
El presidente electo de Guatemala cuenta el incidente que vivió en Venezuela, tras ser expulsado por el Gobierno de Nicolás Maduro. Hace un llamamiento “una cooperación internacional más contundente y firme”
El presidente electo de Guatemala , Alejandro Giammattei en Panamá, horas después de su expulsión de Venezuela.

“Me ha sucedido de todo en la vida, pero nunca me habían deportado”. A solo pocas horas de que el régimen de Nicolás Maduro le negara la entrada a Venezuela, el presidente electo de Guatemala, Alejandro Giammattei mantiene la serenidad y las ganas de bromear, sin apartar su postura “firme” en cuanto a las políticas internacionales de lo que será su Gobierno.

El veterano político iba a Caracas para sostener una reunión con el presidente encargado de Venezuela,  Juan Guaido, una iniciativa propia que pretendía dar tres mensaje claros: “Pedir restitución de la democracia de Venezuela con la solicitud de la renuncia de Maduro para que se convoquen a elecciones libres, la segunda: la liberación de los presos políticos (que están siendo maltratados) y la tercera, que se permita ingresar la ayuda humanitaria”, expone.

Giammatei arriba a Panamá, en una breve escala de su forzado retorno. Responde con camaradería a La Estrella de Panamá sin demostrar la frustración de no haber logrado su causa. “No se podía esperar algo diferente de una dictadura”, sentencia. “Que, ¿para qué me metía en la boca del lobo? Venezuela es una prisionera. Sí fue arriesgado ¿y? Soy de los hombres que cree en la democracia y que odia la injusticia porque me ha tocado vivirla de cerca. Todos los países del mundo, más de 50, han manifestado su respaldo a la lucha contra la dictadura venezolana, pero desde fuera. Nadie ha hecho el intento de entrar a Venezuela, ni de poner en evidencia al gobierno de Maduro”, expone. “Sí, entrar era un riesgo, pero pensamos en un momento, que el riesgo sería no salir de allí”.

Cuando arribó al país suramericano, junto con el ministro de relaciones exteriores Pedro Lobo y otro miembro de su gabinete, comenzó a percibir que las cosas no irían bien. Ya se lo había advertido extraoficialmente la tripulación del avión comercial en el cual viajó. Sin embargo decidió no claudicar. “Eran casi las 5:00 de la mañana. Bajamos del avión. Me había puesto de acuerdo con mi equipo (tres en total) de no viajar juntos. Al descender habían dos hombres que se les notaba que eran de seguridad del Estado, pese a que estaban vestidos de civil. Estaban hablando por teléfono y tomando fotos. Entramos a Maiquetía, caminamos de un extremo hasta llegar a migración. Luego prosiguió un interrogatorio incisivo de unos 25 minutos. Cuando vi que se llevaron a Pedro, me preocupó. Eran dos guardias de migración. Ya después nos informaron que no podíamos ingresar. Lo que me acaba de suceder es constatar algo que ya sabemos. El régimen de Maduro es una dictadura que viola los derechos humanos”, relata.

Giammattei transmite lo que es: un hombre claro, sin desvíos pero sin gritar muy alto. Con determinación, la misma que transmite en sus discursos, busca la manera de sumar esfuerzos “contudententes” para lograr la libertad del país petrolero. Parece concocer la fórmula mágica para alcanzar el “cese de la usurpación”, primer punto que antecede al “gobierno de transición” y a las “elecciones libres”, un compendio de tres peticiones que tantas veces ha repetido el presidente Guaidó. “Hay que obligar a que Venezuela elija. No hay que invadirla; no es accionando el Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR) que algunos han dicho que se haga. Allá no hay solo una agresión militar, hay también una agresión civil. Se debe aumentar la presión contra el régimen de Maduro. Se debe perseguir a Maduro a través de La Haya por los crímenes de lesa humanidad. A él, a Diosdado Cabello y a toda esa cúpula corrupta. Ese es el llamamiento, pero no solo a los presidentes, también a los pueblos que creemos en la democracia. Todo aquel que cree en la democracia tiene que sentirse ofendido por lo que está pasando en Venezuela”, exclama.

Hay un descontento por una parte de la sociedad venezolana y de algunos líderes opositores, en cuanto las acciones prometidas y no ejecutadas por el presidente Guaidó, sin embargo el presidente guatemalteco lo defiende y desmenuza su visión. “La posición que ha asumido Juan Guaidó es muy valiente. Se lo dije una vez y le reiteré que el nuevo gobierno de Guatemala iba a ser diametralmente opuesto al de ahora. Íbamos a tomar una política definida en el tema de la preservación de la democracia en el continente. Es una cuestión de hoy por ti, mañana por mí. Guaidó está solo y por eso no ha podido avanzar. Todas la declaraciones que se producen sobre Venezuela, son diplomáticas, etéreas, nadie hace nada. Nosotros decidimos ir porque nadie hace nada”, da un sorbo lento a su vaso de agua y agrega “Venezuela y el mundo moderno necesita una diplomacia mucho más activa”.

“Hemos visto veinte años de dialogo en Venezuela. Un diálogo fallido. Por eso la libertad de Venezuela se logrará a través de la presión internacional, insisto. Guatemala resolverá sus problemas internos pero no podemos olvidarnos de los problemas de la región, Ecuador, Perú, Nicaragua… Sé que nuestra posición nos va traer consecuencias. Estamos en un momento en el que debemos ser solidaridarios”, zanja.

En cuanto la postura del gobierno panameño, ante la crisis venezolana y regional, Giammattei opina que respeta “muchísimo al Gobierno de Panamá. Lo considero un país hermano. Vamos a trabajar de la mano con el proceso de integración de la región. No pretendo hacer una crítica al gobierno de nadie, pero sí te voy a decir que tenemos una OEA inoperante, un elefante blanco que no reacciona. Se lo dije al secretario de estado de los Estados Unidos Michael Pompeo, en una reunión que tuve hace unas semanas en Washington: 'Ojalá cuando el mundo reaccione con el tema de Venezuela, no sea demasiado tarde, tal como pasó en Uganda. En Guatemala ya hay unos 10,000 venezolanos. No quisiera ver, lo que pasó en Uganda en el continente americano. Por eso reitero: la posición debe ser más firme. No soy un hombre muy diplomático y soy político de una cepa diferente, tal vez por eso digo las cosas así”.

A la vez que añade: “Hay que tener una política internacional muy definida, el mensaje es claro. Vamos a luchar por la democracia para que en nuestro Guatemala se fortalezca, pero también vamos a ser garantes de que otros países también lo sean, y que estabilicemos América Latina y nos unamos como un bloque. Somos una región con un potencial increíble, el futuro de la prosperidad en el mundo, debería estar en América Latina”.

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