Así lo confirmó el viceminsitro de Finanzas, Fausto Fernández, a La Estrella de Panamá
- 25/01/2009 01:00
PANAMÁ. Panamá es conocida ante todo por su Canal, el paso marítimo entre el océano Pacifico y el Atlántico construido hace 100 años y uno de los mayores logros de ingeniería moderna. ¿Pero creería usted que el Canal de Panamá puede ser aún más valioso y por una razón que no tiene nada que ver con el mundo marítimo?
Pues todo parece indicar que es así. Las excavaciones para la ampliación del Canal han dejado al descubierto hallazgos que los expertos aún no se atreven a calificar, pero que pueden ser de un gran valor arqueológico y antropológico. Se trata de alrededor de 1,800 fósiles que incluyen dientes y huesos pertenecientes a caballos, cocodrilos, rinocerontes, llamas, y tortugas que existían antes de que se formara el puente de tierra que hoy conecta el Norte y el Sur de América.
El equipo de científicos extranjeros que participa en la exploración en la zona de las excavaciones del Canal está conformado por cinco especialistas en geología estructural y dos paleontólogos del Instituto Smithsonian. Los descubrimientos, dicen, podrían ayudar a comprender lo que sucedió hace 50 millones de años.
Camilo Montes, doctor en geología estructural y encargado del proyecto, está fascinado con el hallazgo. “Lo más sorprendente de los fósiles descubiertos son los restos de los caballos”, dice. Para él, este descubrimiento podría marcar un hito regional. “En el trópico nunca se ha encontrado en un solo lugar tantos fósiles, como hemos encontrado aquí. Este lugar es único”, dice.
De acuerdo con los expertos, cuando emergió la conexión entre las Américas —lo que hoy llamamos el Istmo de Panamá— hubo una migración masiva de animales.
Además, al separar el Istmo los dos océanos se transformó el clima mundial, lo cual generó el desarrollo de nuevas especies.
Con el descubrimiento, los paleontólogos pueden determinar la proveniencia de cada especie en cuanto a tiempo y lugar, utilizando pedazos de rocas volcánicas encajados en la misma capa de roca en que se hallaron los fósiles. Se podrá conocer la época en que vivió el animal y de qué lado del puente se encontraba.
“Estudiamos las rocas magnéticas y los cristales, que actúan como relojes para estimar más o menos cuanto tiempo tiene un fósil”, explica Sara Morón, otra especialista en geología estructural.
Las fallas también son estudiadas de cerca para aprender sobre los movimientos de las placas tectónicas y determinar exactamente cuándo ocurrió la clausura que unió los dos continentes. “Hasta nos podría dar respuestas sobre la relación entre los océanos y el clima, los efectos del calentamiento global”, concluyó Montes.
Los científicos llevan un año y medio de excavación concentrados en el Corte Culebra y no saben cuánto tiempo más les llevará cubrir los 70 km involucrados en la zona de ampliación del Canal, pues hace apenas unas semanas iniciaron la excavación en el área de Colón. De lo que sí están seguros es de que todavía quedan por descubrir muchos restos fósiles de gran valor.