Acelerado crecimiento vehicular contamina el aire de la ciudad

Actualizado
  • 04/09/2014 02:00
Creado
  • 04/09/2014 02:00
Las gases contaminantes, producto de la combustión vehicular, pasan a la atmósfera para ser absorbidos por el cuerpo humano

El último estudio del Laboratorio de Calidad del Aire de la Universidad de Panamá (UP), único sitio en el país que realiza este tipo de mediciones, ha revelado que aunque la ciudad no está expuesta aún a niveles críticos de contaminación, cada vez nos acercamos más a los límites tolerables establecidos por la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Los responsables principales de este creciente deterioro de la calidad ambiental son el medio millón de automóviles que circulan a diario por las vías de la capital.

Las gases contaminantes, producto de la combustión vehicular, pasan a la atmósfera para ser absorbidos por el cuerpo humano a través de la respiración.

Las PM10, diminutas partículas sólidas o líquidas de cenizas, hollín o polvo, registraron una presencia promedio en el aire panameño de 38.2 ug/m3 (microgramo por metro cúbico) en la estación de medición de calidad ubicada en el Casco Antiguo. En la estación de Curundú, el promedio llegó a 24.0 ug/m3.

NIVELES PREOCUPANTES

‘Panamá no tiene mucha industria, pero sí un parque vehicular creciente con calles congestionadas a toda hora; es decir, cientos de vehículos emitiendo gases que elevan la contaminación’, manifestó Hipólito Guerra, químico del Laboratorio de Calidad del Aire de la UP.

Los niveles saludables de micropartículas anuales en el aire, según los estándares de la OMS, no deben sobrepasar los 10.00 ug/m3.

Los registros del año pasado demostraron que durante los meses de enero, febrero, marzo y abril , el aire que se respiró en Panamá contenía niveles de contaminación muy cercanos a los 50 ug/m3.

SITUACIÓN LEGAL

En la actualidad, Panamá no cuenta con una legislación lo suficientemente clara que garantice un aire limpio, óptimo para la salud humana.

Aun así, no hay que desestimar las normas existentes, que regulan la emisión de gases en fuentes fijas y móviles, como en el caso del sector industrial o la concentración de azufre en los combustibles.

En el año 2006, durante el mandato presidencial de Martín Torrijos, fue presentado a la Asamblea Nacional un anteproyecto de ley que intentaba establecer normas de calidad del aire ambiente, pero el tema pasó al olvido y no pudo convertirse en ley.

‘Propusimos emitir una legislación que nos permitiera garantizar, tal como lo hacen países como Argentina, un tope tolerable de contaminación del aire, sin tener que descansar, como única referencia, en los estándares internacionales’, explicó Vasco Duke, director de calidad del aire de la UP.

Lo único que se pudo lograr, en dos años, fue la promulgación del Decreto Ejecutivo N° 5 del 4 de febrero, que redujo de mil a 500 ug/m3 la concentración de azufre en la combustión de la gasolina, siendo este el límite máximo.

Con esta regulación de las emisiones de gases se pretendía un control indirecto con respecto a la calidad del aire ambiente; por lo contrario, lo que se produjo fueron emisiones reguladas sin control de calidad externo.

‘Existe un normativa de calidad de aires interiores elaborada por el Ministerio de Salud para medir la calidad del aire en áreas de trabajo, pero debería ser publicada una más amplia de aire exterior’, expresó la directora ejecutiva del Parque Metropolitano, Dionora Víquez, quien cree que el tema debería ser retomado por la Asamblea Nacional y convertirlo formalmente en una ley.

TALA Y EDIFICACIONES

Algunos expertos creen que el control de calidad del aire ambiente va mucho más allá de legislaciones que lo regulen.

‘La tala indiscriminada de árboles es un factor que contribuye con esta severa contaminación’, asegura Rosabel Miró, de la Sociedad Audubon de Panamá.

‘Si talamos los árboles, sin tomar en cuenta que estos purifican nuestro aire, estaremos gravando el problema’, valoró Miró.

Otro punto en el que coinciden expertos es en el aumento progresivo de las edificaciones junto a las costas.

‘El viento que viene del mar tiene la capacidad para purificar el aire, pero los edificios que se han construido a lo largo de la bahía han creado una barrera que impide que el viento purifique la ciudad’, explicó Hipólito Guerra de UP.

Las mediciones de la calidad del aire son publicadas una vez al año, tras la recopilar la información proporcionada las cinco estaciones ubicadas en ciudad capital, excluyendo las provincias.

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