Pescadores piden atención

Actualizado
  • 18/11/2014 01:00
Creado
  • 18/11/2014 01:00
Los pescadores artesanales de Panamá Oeste reclaman respuestas por la muerte de un compañero a manos del SENAN. 

La muerte del pescador artesanal de Puerto Caimito José Castillo, ocurrida el pasado 10 de noviembre a manos del Servicio Nacional Aeronaval de Panamá (SENAN), ha levantado una ola de indignación entre los habitantes de la provincia Panamá Oeste.

El incidente se suma a otros, en años anteriores, que también terminaron con la muerte de dos pescadores.

Castillo recibió el impacto de una ráfaga de ametralladoras cerca del puerto de Bique, al regresar de un viaje desde la capital, a donde había ido a comercializar sus productos.

‘Antes de soltar bala, los oficiales deberían hacer una persecución, porque no todos los que navegan cerca de la costa son narcotraficantes’, manifestó, molesto, el presidente de los pescadores artesanales de Puerto Caimito, Gabriel Caballero

‘Muchos de nuestros compañeros no cuentan con un permiso y al ver a las unidades del SENAN, se asustan y salen huyendo’, dijo, ‘pero creo que deben darles persecución, porque lo que hacen es que primero tiran bala y cuando se dan cuenta, ya no hay nada que hacer’.

Caballero, quien representa a unos 450 propietarios de pangas de Arraiján, Chame y San Carlos, ha solicitado a la SENAN y a la Autoridad de Recursos Acuáticos de Panamá (ARAP) una reunión para el próximo 21 del mes corriente para tratar el tema de la inseguridad en la que viven los pescadores.

‘Hemos sido olvidados por las autoridades’, dijo Caballero, quien no solo se queja de la muerte de sus compañeros, sino también de los problemas económicos de la comunidad costera.

‘No tenemos ningún tipo de incentivo. Todo se va en la agricultura. Si no hubiera sido por nuestro coterráneo Mariano Rivera, quien nos ayudó a organizar una cooperativa y nos prestó la plata, sin intereses, para que compráramos nuestras pangas y vendiéramos sin intermediarios, qué sería de nosotros hoy día’, dijo.

‘Nos enfrentamos a un vía crucis. También somos panameños y merecemos la ayuda de las autoridades’, reclamó Caballero.

Según el pescador, a quien llaman ‘Calule’, cada salida de una panga requiere de una inversión de $300, para la compra de combustible, hielo y comida. Lo que obtienen por la venta de sus productos, apenas alcanza para subsistir.

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