Cambio climático o es necesario un cambio en la manera de actuar

Actualizado
  • 27/07/2017 02:00
Creado
  • 27/07/2017 02:00
Todos los fenómenos son producto de alteraciones antropogénicas con las cuales afectamos nuestra convivencia y la de todos los seres vivos

En los últimos años hemos escuchado mencionar los términos cambio climático y calentamiento global, hasta el punto que han logrado convertirse de manera comparativa en una moda, moda tan frecuente como el uso de nuestro teléfono celular, ver la televisión o sencillamente ir al cine. Pero, ¿le hemos dado la relevancia que amerita o, sencillamente, hemos ignorado su importancia y las consecuencias nefastas que puede tener y que en la actualidad tiene este fenómeno, si no nos unimos todos y logramos detener su avance?

En Panamá, por ejemplo, hemos sido testigos impotentes de los estragos de este fenómeno, que sin duda alguna es consecuencia de las desacertadas actuaciones de los seres humanos, tales como la deforestación, pérdida de suelos por mala utilización de los mismos, contaminación de ríos y cuerpos de agua, eliminación inadecuada de desechos domésticos e industriales, tala indiscriminada de árboles y eliminación de desechos producto de procesos industriales, entre otros.

Desde la academia vemos con preocupación cómo el avance de la deforestación, la cual en Panamá supera las 20,000 hectáreas anuales, ya ha reducido la superficie del bosque natural en más de un 65% y que las medidas correctivas no son suficientes para enmendar el daño producido, lo que acrecienta más, día tras día, el impacto negativo de este fenómeno en nuestro país.

Advertimos con inquietud cómo eventos como el Fenómeno de El Niño afectan en gran manera la producción agrícola y ganadera, en casi todas las regiones del país.

Observamos con angustia cómo las precipitaciones excesivas traen consigo inundaciones e incrementos en los niveles de turbiedad de las aguas para consumo humano, lo cual en ciertos eventos ha traído situaciones de emergencia nacional.

Percibimos cómo, poco a poco, se ve vulnerada la capacidad de carga de los suelos ocasionando deslizamientos de tierra, produciendo la pérdida de bienes materiales y más importante aún, la pérdida de vidas de muchos panameños.

Contemplamos con incertidumbre, cómo enfermedades reemergentes como el sika, dengue, chikungunya, cólera y malaria han sido y son objeto de incrementos sustanciales en el número de casos reportados, y por consiguiente en el incremento sustancial en el presupuesto de los servicios médicos, pues su demanda se ha convertido en casi insostenible para el Estado.

Advertimos con zozobra cómo progresivamente se pierde la capacidad productiva de nuestros suelos haciéndolos infértiles y restringiendo su capacidad como factor multiplicador de la vida.

A nivel mundial, Panamá se ha unido de manera efectiva a un acuerdo multinacional abierto a la firma, en la Cumbre de París de 22 de abril del 2016. El mismo se trata de un hecho histórico, jurídicamente vinculante, el cual en la práctica compromete a los gobiernos alcanzar el techo de emisiones de gases invernadero ‘lo antes posible' y poner en marcha un mecanismo de financiación que permita a los países más pobres e industrializados, pero más afectados por el cambio climático, mitigar sus consecuencias.

Volvemos, entonces, a la premisa inicial, pues todos estos fenómenos son producto de alteraciones antropogénicas con las cuales afectamos nuestra convivencia y la de todos los seres vivos en la ‘Madre Tierra'.

Corresponde decir, entonces, ‘cambio climático o es necesario un cambio en la manera de actuar'.

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