Más del mil menores han infringido la ley

Actualizado
  • 10/01/2018 01:00
Creado
  • 10/01/2018 01:00
Las estadísticas del Ministerio de Gobierno indican que 1,213 menores de edad han incurrido en faltas a la Ley, de los cuales 325 cumplen medida de detención

Cada 48 horas, en el Primer Distritos Judicial de Panamá donde existe el mayor número de población del país, ocurre un delito donde se ve involucrado un menor de edad, indican las estadísticas que reposan en el Ministerio Público.

En el Primer Distrito Judicial, que comprende las provincias de Panamá, Colón, Panamá Oeste y Darién, entre enero y noviembre del 2017 se cometieron 223 hechos delictivos que involucra a menores de edad.

Los lugares en donde se registra la mayor incidencia de faltas cometidas por menores de edad son: Panamá (105), Panamá Oeste (50) y San Miguelito (32), Colón (30). Con menor incidencia está Darién (6).

Los delitos contra el patrimonio económico en su modalidad de robo son los en que mayormente incurren los menores (108). Le siguen los delitos contra la libertad e integridad sexual (35), contra la vida e integridad personal (31), contra la seguridad colectiva (24), contra el orden jurídico familiar y el estado civil (20), contra la libertad (3), contra la humanidad (1), contra el honor de la persona natural (1).

El informe indica que bajo el Sistema Penal Acusatorio (SPA) se han aplicado 14 sentencias. Se han otorgado 6 sobreseimientos provisionales, una solicitud de prórroga y 12 causas han sido archivadas. Otros 116 casos han sido resueltos mediante el criterio de oportunidades, 17 conciliaciones, 7 declinaciones en la esfera administrativa, 3 desestimientos, 2 a nivel interno y 5 están en el juzgado de niñez y adolescencia.

Según las estadísticas, a solo un mes de finalizar el año 2017, unos 27 casos están en proceso, de los cuales, los fiscales de adolescentes han aplicado 12 son detención preventiva, 13 presentarse periódicamente a firmar, una es casa por cárcel y otra es la prohibición de concurrir a determinados lugares.

‘Colón' (nombre ficticio), tiene diecisiete años de edad y dos meses de haber ingresado al Centro de Custodia Arco Iris, en Tocumen. No es la primera vez que este menor de edad tiene que enfrentar la justicia, es cuarta ocasión.

Dos veces no se le juzgó porque no existían las pruebas para determinar su responsabilidad en otros dos hechos delictivos (drogas y robo). ‘Me creía invencible. Pero, ahora me estoy volviendo loco encerrado en este lugar', cuenta.

El joven empezó su vida delictiva a los doce años de la mano de tres adultos que lo llevaron a ser responsable en segundo grado en un homicidio a un asiático. ‘Colón' pasó por un largo proceso de resocialización, pero no lograr superar su adicción por el consumo de marihuana.

En total hay 1,213 jóvenes en todo el país, que han quebrantado la Ley sobre el régimen penal de adolescente, de los cuales un 98% son varones y el resto son mujeres, según cifras del Ministerio de Gobierno (Mingob).

El informe revela que de este total, hay 513 jóvenes recluidos en diversos centros de detención. La Ley 40, que establece el Régimen Especial De Responsabilidad Penal para la Adolescencia, establece que los casos en los que procede una detención preventiva son homicidio, violación, secuestro y robo.

En total, 205 de estos menores están cumpliendo condena en el Centro de Pacora en Panamá. Otro 15% está recluido en el Centro de Custodia Arco Iris, Tocumen, !% en el Centro de Custodia y Cumplimiento Residencia Femenina de Panamá, 15% en el Centro de Custodia y Cumplimiento Basilio Lakas de Colón, 14%en el Centro de Custodia y Cumplimiento de Herrera, y 13% en el Centro de Custodia y Cumplimiento Aurelio Granados e Hijo de Chirquí.

Otros 188 jóvenes cumplen sus sentencias en centros penitenciarios de adultos a donde han sido trasladados tras cumplir la mayoría de edad, a criterio de la juez de cumplimiento del proceso, explicó Emma Alba Tejada, directora nacional de Estudios Interdisciplinarios. Aunque cumplen las penas impuestas bajo el régimen de los menores de edad, se les interrumpe su proceso de resocilización. Los jóvenes, sin embargo, que deciden hacer cambios positivos en su vida, reintegrarse a la sociedad, pueden permanecer en el Centro de Pacora hasta los 21 años, a criterio de la juez de cumplimiento, explicó Alba tejada.

A partir de junio de este año, un nuevo centro de transcisión empezará a funcionar para darle continuidad al proceso de resocialización que inician los adolescentes en los centros de cumplimiento y que se ve interrumpido cuando son trasladados a las penitenciarias de adultos, explicó Alba Tejada. Con una inversión de $5 millones, este centro replicará el modelo de la cárcel de menores de Pacora y se espera que albergue al menos un centenar de jóvenes. El centro de transición deberá satisfacer todas las exigencias de orden funcional; técnico, económico y de seguridad, dentro de un ambiente que facilite la resocialización de los jóvenes.

MÁS JÓVENES EN RIESGO

Las estadísticas también dan cuenta de 81 jóvenes menores de edad que cumplen medidas cautelares distintas a la detención preventiva. Un 35%, es decir, 437 jóvenes han sido sancionados con la aplicación de medidas reeducativas. A 182 se le ha suspendido condicionalmente su condena.

Alba de Tejada explicó que el denominador en los adolescentes infractores son la ausencia o desconocimiento de los padres. Hay casos de adolescentes con madres o padres detenidos. Este escenario, según Alba Tejada, es usado por las pandillas para introducir a los jóvenes a este mundo. ‘En muchas cosas, este es el entorno desde adolescentes desde que abren sus ojos a este mundo. Hay otros que lo hacen por amiguismo', explicó la directora de Estudios Interinstitucionales. Hay adolescentes, cuenta Alba Tejada, que son detenidos por un robo, pero en su prontuario delictivo tenían dos homicidios.

El criminólogo Marco Aurelio Álvarez, por su parte, explicó la juventud nace y muere víctima del sistema delincuencial, ‘su consigna es matar o morir, se trata de sobrevivir'.

Estos jóvenes que delinquen, en su mayoría, crecen en entornos familiares delictivos y la mirar este fenómeno como un modelo socialmente normal. ‘Sus niveles de peligrosidad y temibilidad superan sus miedos y por lo tanto no miden las consecuencias', explicó el experto.

Para concluir Álvarez dice que muchos de estos jóvenes son consecuencia de la corrupción moral y espiritual que se experimenta en los hogares panameños. ‘Muchos de los niños y adolescentes que hoy pueblan los centros de cumplimientos y de custodia, que luego pasan al sistema penitenciario son producto de hogares disfuncionales, así como de la violencia que viven dentro de sus hogares. Violencia que muchas veces viene generada por factores económicos', concluye Álvarez.

‘El denominador en los adolescentes infractores es la ausencia o desconocimiento de los padres. Hay adolescentes con madres o padres detenidos'

EMMA ALBA DE TEJADA,

DIRECTORA DE ESTUDIOS INTERDISCIPLINARIOS

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