Chiquita, una historia de compra y venta

Actualizado
  • 20/08/2018 02:00
Creado
  • 20/08/2018 02:00
La empresa se instaló en Bocas del Toro antes del nacimiento de la República. 

Bocas del Toro en general y Changuinola en particular, le deben a Chiquita sus primeras infraestructuras públicas. La empresa bananera llegó a la zona en 1896, cuando Panamá aún no era Panamá. Era un departamento de Colombia, y desde entonces y hasta el 2014, operó bajo la firma de Chiquita Brands, con base en Charlotte, en la costa este de Estados Unidos.

Ese año la multinacional decidió vender sus operaciones en Changuinola. La adquirió el grupo brasileño Cutrale-Safra, pero el nombre de Chiquita sigue impresa en la cáscara de los bananos y también en la mente de los bocatoreños. Eso sí, el poder que ejercía desde que llegó ha mermado, aunque sigue siendo la principal fuente de empleo de la región. El 80% de los trabajadores de Changuinola laboran en la empresa, según el Sindicato de Trabajadores de la Industria del Banano, Agropecuaria y Empresas Afines (Sitraibana).

Desde su instalación y por décadas Chiquita fue una especie de ‘gobierno paralelo' para los bocatoreños. Al mismo tiempo que explotaba cientos y cientos hectáreas de banano, construyó escuelas, calles, acueducto, electricidad, ferrocarril y hasta comisariatos, donde los trabajadores compraban sus mercancías.

Luis Nuques Saneth es historiador. Fue alcalde de Changuinola en el periodo militar y gobernador de la provincia en el gobierno de Mireya Moscoso. También es un productor de banano. Con La Estrella de Panamá se pone los tres sombreros: de historiador, de exfuncionario y de productor, para analizar el tema. Cuando llegó al istmo, Chiquita negoció con las autoridades colombianas la compra de lo que era un valle. Pagaron medio de millón de oro, Panamá aún no había adoptado la moneda norteamericana, el dólar. Ese valle era Changuinola que aún no era Changuinola, El distrito se fundó en 1970, casi siete décadas después que Chiquita llegará a esas tierras que fueron recorridas por Cristóbal Colón, a quien se le debe mucho de los nombres de lugares de la provincia: isla Colón, más conocida como isla Bocas y la capital de la provincia, Bastimento por ser un lugar que abasteció de alimento a la expedición del conquistador español. Y Almirante, en honor al almirante Cristóbal Colón.

‘Chiquita compró en medio millón de oro un valle de unas 40,000 hectáreas que es lo que hoy se conoce como Changuinola'

LUIS NUQUES

HISTORIADOR BOCATOREÑO

En Almirate, Chiquita construyó su puerto para la exportación de bananos que en principio eran transportados desde Changuinola, por el ferrocarril de la empresa. Ahora lo hace en contenedores, pero el puerto sigue siendo el mismo un siglo después.

Desde Almirante se exportan, anualmente, unas 17 millones de cajas para países tan impensable como Islandia, que paradójicamente tiene un punto en común con Panamá: por primera vez participaron en un mundial de fútbol este año. Durante el Mundial de Rusia, se difundió por las redes sociales un video del periodista internacional Carlos Montero, en la que decía que en Islandia se había comido una rica banana y por curiosidad se preguntaba ¿de dónde era? y mostraba una banana con el sello Chiquita. ‘Las mejores bananas de Islandia son de Panamá, vamos Latinoamérica, aguante Latinoamérica', dijo el periodista.

Chiquita empezó a construir en Bocas del Toro un comercio internacional desconectado del resto del país, al mismo tiempo que Estados Unidos construía el Canal. La explotación del ‘oro verde' se hacía sin intervención del gobierno panameño, pero llegó el golpe militar y las cosas empezaron a cambiar. Las tierras eran de propiedad de Chiquita porque se las había comprado a Colombia y Omar Torrijos quería que fueran devueltas al Estado. Fue así como se negoció el primer contrato ley entre el Estado y la empresa, documento que se concretó en enero de 1976. El contrato fue firmado por el entonces teniente coronel y ministro de Desarrollo Agropecuario y, ahora general retirado, Rubén Dario Paredes, quien en el que el gobierno militar decide comprar a Chiquita las tierras por la suma de $151,456.42.

Las tierras pasan al Estado y en el mismo contrato se establece el arrendamiento a la empresa de 15,700 hectáreas, de las cuales 12,700 hectáreas era para la explotación agrícola y el resto (3,000) para las instalaciones de la empresa. El arrendamiento se pactó por $1,000,000 anual cancelado por cuatrimestre.

Paredes recuerda que la empresa, incluso, pagaba el salario de los maestros que daban clases en las escuelas construidas por Chiquita y para la década de 1970 la provincia de Bocas del Toro solo tenía conexión aérea y marítima con el resto del país. Los militares empiezan a llevar infraestructuras públicas a la zona y se construye la segunda hidroeléctrica del país en la zona. Fortuna.

Con la restauración de la democracia, luego de la invasión, las intervenciones de los gobiernos continúan y se termina de construir la carretera que conecta Bocas del Toro con Chiriquí y con el resto del país.

También se negocia el segundo contrato con Chiquita que es aprobado por la Asamblea Legislativa el 12 de septiembre de 1997, actualmente vigente.

Un contrato que ha sido violado por las autoridades locales que en transacciones dudosas han vendido tierras que forman parte del arrendamiento con el Estado. El festín empezó en el 2006, un año antes de que el Ministerio de Economía y Finanzas decidiera traspasar los terrenos al Municipio de Changuinola con el compromiso de que las autoridades municipales respetaran al pie de la letra el contrato con la Nación.

Solo Chiquita puede decidir en que momento desafecta una finca para que el Muncipio le de uso, siempre y cuando que sea para infraestructura pública. Diversas fincas se han vendido alejado de este propósito. Lea mañana segunda entrega.

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