Covid-19 llegó a las cárceles con un alto riesgo de contagio

Actualizado
  • 07/04/2020 00:00
Creado
  • 07/04/2020 00:00
El hacimiento y el reducido espacio físico hace de las prisiones un sitio perfecto para que la contagiosa enfermedad se propague

Fredy Gutiérrez, detenido en el Centro Penitenciario Tinajistas, en San Miguelito, siente que el Covid-19 le respira en la espalda. Los temores del recluso, condenado a dos años y medio por un robo agravado, que cometió siendo menor de edad, se acrecentaron al conocerse de dos casos positivos en el Complejo Penitenciario Nueva Esperanza de Colón, el día de ayer, los primeros en una cárcel panameña.

La cárcel Nueva Esperanza de la provincia de Colón

Las penitenciarias son sitios olvidados por la sociedad y las autoridades. Allí predomina la sobrepoblación, prevalecen las malas condiciones sanitarias y, escasean los servicios médicos, según un informe del Departamento de Estado, elaborado en 2018, para Panamá.

Estas condiciones hacen particularmente vulnerables a la población penitenciaria. El Sistema Penitenciario Nacional, con una capacidad para 14,591 reclusos, tenía 16,685 frente a los 17,837 de enero de 2020. Las cárceles más pobladas son La Nueva Joya (2,631), La Joya (1,653), La Joyita (1,557) y Chiriquí (1,266). “El riesgo de contagio del virus es muy elevado por las condiciones de hacinamiento y el limitado espacio físico”, advierte Xavier Sáez-Llorens, infectólogo y miembro del comité asesor del Ministerio de Salud para el Covid-19. El hacimiento es perfecto para la propagación de enfermedades contagiosas. En 2017, el 1.5% de los detenidos del país padecía del virus de inmunodeficiencia humana (VIH) y tuberculosis. En el caso de la tuberculosis, una persona puede contagiar a varias al toser, lo que también podría ocurrir con el Covid-19 si no se toman las medidas sanitarias.

En los entornos penitenciarios panameños, la enfermedad ha causado estrés y ansiedad entre los detenidos, que temen por su vida. Ayer, los presos de Nueva Esperanza en Colón protagonizaron una protesta después de conocerse los casos positivos de Covid-19.

En China se reportaron 500 presos contagiados. En Estados Unidos, la cifra ronda varias decenas. La Organización Mundial de la Salud (OM) aboga por medidas de acceso limitado, la toma sistemática de la temperatura e incluso aislamientos para reducir los riesgos de un brote. “Los esfuerzos de lucha contra la propagación de la enfermedad podrían fracasar si se descuidan las medidas contra la infección en las prisiones”, advirtió la OMS Europa, en un informe dirigido a los gobiernos y establecimientos penitenciarios.

Los “privados de libertad (...) pueden ser más vulnerables a la epidemia del coronavirus que la población en general, debido a las condiciones de confinamiento en las que viven”, advierte el reporte de 30 páginas. En las cárceles, “deben respetarse los derechos de todas las personas y todas las medidas de salud pública deben aplicarse sin discriminación de ningún tipo”, añade la organización. En los centros carcelarios, las medidas de prevención y mitigación recomendadas para reducir los riesgos de contagios (lavarse las manos y reducir las interacciones sociales...) son impracticables. El agua es escasa, existe falta de ventilación y dificultad del distanciamiento físico entre reos y custodios. Además, la desnutrición, el tabaquismo, el alcoholismo y depresión son otros factores que favorecerían el contagio del virus, añade Sáez-Llorens.

El médico especialista recomienda una coordinación efectiva entre autoridades carcelarias y sanitarias para que tanto custodios como reos estén bien educados, protegidos, evaluados y aislados para evitar que se propague el virus.

La afluencia de visitantes (familiares, abogados, pastores) debe limitarse a lo estrictamente esencial. Y, quienes tengan acceso a los detenidos deben ser evaluados por fiebre, síntomas respiratorios e historia de contactos con enfermos de Covid-19, establece el infectólogo.

También debe haber disponibilidad de equipo de protección: mascarillas, guantes, gafas, batas, lavamanos con agua y jabón y geles alcoholados. La limpieza de objetos y superficies con soluciones cloradas o peróxido de hidrógeno debe ser más intensa, sugiere el especialista.

Otra de las cosas que recomienda el infectólogo es separar a los reos mayores de 60 años o que padecen enfermedades crónicas del resto de prisioneros, porque son más vulnerables a la enfermedad, que ha causado la muerte de más de medio centenar de muertos en Panamá.

Por último, se debe aislar en una celda individual al reo que presente síntomas respiratorios o Covid-19 por al menos 14 días, con evaluaciones médicas periódicas y/o toma de muestras. Y trasladar a hospitales a custodios/reos con dificultad respiratoria, bajo estrictas medidas de seguridad y sanidad.

La Dirección del Sistema penitenciario Nacional (DGSP) ha suspendido la visita externa y ordenado estrictas medidas sanitarias a los custodios y personal administrativo. Los familiares de los reclusos pueden llevar enseres y alimentos, pero no tener contacto con los reclusos, explicó la institución.

La DGSP no permite el ingreso de nuevos aprehendidos a los centros penitenciarios sin pasar por protocolos de salud y un aislamiento de 15 días, en una zona que se equipó para ese objetivo. El sistema ha promovido beneficiar con una rebaja de pena a los privados de libertad con enfermedades crónicas. Los detenidos con una buena conducta e índice de readaptación, también podrán beneficiarse con esta medida. Las proyecciones indican que en el país podrían enfermarse 20 mil personas, entre ellos, 2 mil en cuidados intensivos y darse hasta mil muertos de no cumplirse estrictamente con las medidas sanitarias impuestas para evitar la propagación del virus.

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